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Thor: El mundo oscuro

Fantástico. Acción. Aventuras Thor lucha por restablecer el orden en el cosmos, pero una antigua raza liderada por el vengativo Malekith regresa con el propósito de volver a sumir el universo en la oscuridad. Se trata de un villano con el que ni siquiera Odín y Asgard se atreven a enfrentarse; por esa razón, Thor tendrá que emprender un viaje muy peligroso, durante el cual se reunirá con Jane Foster y la obligará a sacrificarlo todo para salvar el mundo. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 144
Críticas ordenadas por utilidad
4 de noviembre de 2013
77 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que este personaje tiene la negra en cuanto a las adaptaciones cinematográficas se refiere. Lo primero, la revisión del aspecto del personaje: de momento Thor siempre llevaba casco, un casco monísimo con alitas a los lados, que tenía mucho que ver con la mitología nórdica a la que pertenece el personaje (los vikingos, ya sabes...); después la "deconstrucción" del resto del traje, que ahora es una especie de armadura metálica con su correspondiente capita colorá; por lo menos le dejaron el martillo, que ya es algo. Y de toda la vida, Thor no llevaba barba -salvo en la evolución del personaje en el cómic, que por cierto no llegó a triunfar-. Seamos sinceros: casi ningún personaje de "Los Vengadores" llegó a triunfar por separado y precisamente por eso la Marvel hizo el supergrupo, para así poder vender mejor a cada uno de estos superhéroes cuya historia personal interesaba más bien poco.

Además de todo ello, la primera adaptación al cine de Thor fue un completo fracaso, a pesar de tener a un antaño valorado director británico, Kenneth Branagh, al mando. Insípida, aburrida (en serio, he intentado verla por lo menos 4 veces, y todas las veces he terminado durmiéndome, sea en el cine, en DVD, en la televisión...) y ni siquiera la estimulante presencia de Natalie Portman, o del guaperas Hemsworth (que en realidad no es tan guaperas, sencillamente tiene encima muchas horas de gimnasio y esteroides, porque su cara no es precisamente la de Paul Newman...) hacía mantener el interés. Y aquí ya se pasaron por el forro toda la tradición nórdica y los personajes de cómics (¿Dioses nórdicos de raza negra o china?). En fin...

Pero en vez de corregirlo ¡¡resulta que lo han empeorado!! Dejando a un lado la completa incoherencia de tecnología entre los personajes (sinceramente, creo que se han hecho la picha un lío con la mística, los ordenadores, los lásers, espadas, hachas, y lo han intentado mezclar todo en un incomible gazpacho que no tiene ni pies ni cabeza...) resulta que el guión es un completo desastre, que no hay quien se lo trague: resulta que el ser que desencadena la batalla de los nueve mundos, es ¡¡la enamorada de Thor!! O sea, de todos los planetas de los nueve reinos, el nexo de unión está en la Tierra. Pero ojo, no es sólo que esté en la tierra, sino que está en la misma ciudad donde ahora vive este personaje. Y, claro, como la ciudad donde vive es tan pequeñita (ejem, hablamos de Londres, con ocho millones y medio de habitantes, aproximadamente...) resulta que -¡¡qué casualidad!!- es ella quien se encuentra con todo el pastel. Muy creíble, vamos.

Por si faltara poco a este desmán de guión -en el que podemos ver a Thor cogiendo un coche o el metro para llegar a un sitio (pero ¿no volaba con su martillo?)- resulta que tienes que saberte de memoria toda la mitología nórdica, con Yotungheim, Asgard y la madre que los parió para poder entender medianamente la trama. Porque ahora resulta que los Elfos oscuros han estado ahí toda la vida, y es el abuelo de Thor y padre de Odín quien los frenó en la batalla de.... o sea que para entender algo tienes que haber hecho un master en mitología nórdica; demasiado agotador. Son demasiadas licencias las que hay que dar por supuestas para entrar en la historia, que no es más que una fanfarria cada vez más grande de efectos visuales, explosiones y fuegos artificiales que no llevan a nada. Un completo desastre, que para colmo, aburre hasta la desesperación.

Y duele mucho ver, como un realizador de talento que ha formado parte de series tan importantes como "Los Soprano", "Roma", "Deadwood", "Mad Men", "Boardwalk Empire" o "Juego de Tronos" ahora estoy seguro que se ha visto completamente relegado por los ejecutivos de Disney, que querían hacer un producto comercial sin aspiraciones, un caro anuncio de merchandising de casi dos horas de duración, con todo tipo de parafernalia visual para impactar a los espectadores. Pero se confunden de parte a parte, porque un espectador, sea de la edad que sea, que haya visto "Avatar", que haya jugado a cualquier videojuego reciente, o visto una gala de premios de la MTV no es fácil de impresionar. Mejor dicho, es casi imposible de impresionar. Por eso deberían trabajar bastante más los guiones, hacerlos creíbles, sólidos, para así poder comunicar lo que quieren. A ver ¿Thor no es un superhéroe retórico, barroco, lleno de clichés clásicos? Pues hay que hacer que la gente lo vea desubicado, con códigos de honor que le hacen caer, en vez de convertirlo directamente en un imbécil que no se entera de nada. Un completo desastre, que no sirve ni para entretener.
Federico_Casado
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18 de noviembre de 2013
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una buena noticia para los seguidores de las franquicias Marvel: la secuela de Thor es sustancialmente mejor que la segunda, dentro de las limitaciones de la fórmula. No sólo por sus delirios de grandeza cósmica que se pierden en maravillosas panorámicas de bellos mundos digitales, sino porque su historia, dentro del esquema habitual de malo-que-quiere-dominar-el-universo-con-algún-artefacto-todopoderoso, resulta más atrayente, épica y vistosa que la que se narraba en la primera parte.

Asimismo se saca todo el provecho posible a la dicotomía poli bueno/poli malo que presenta la relación entre los hermanos Thor y Loki. Y si Loki fue un villano un tanto enclenque y llorica en su presentación, en esta segunda parte resulta ser de lo mejor de la película y es que el personaje funciona mejor cuando se lo dosifica más.

Por otra parte Chris Hemsworth hace lo que se espera de él: ponerse muy cachas, tirar de martillo, sonreír con socarronería y enseñar su supertorso, cláusula que debería ser obligatoria en todos sus contratos. Su campechano garrulismo en contraposición con la irónica elegancia de Tom Hiddleston es una combinación ganadora y debieran ser también el único contrapunto cómico de la película, ya que el intento de mantener a Kat Dennings como secundaria graciosa sigue siendo completamente prescindible.

De Natalie Portman decir que le ha tocado en suerte la novia de superhéroe más insulsa de todos los Marvel hasta la fecha y las partes en las que sale ella sabiamente no se prolongan demasiado, pues a la mujer le caen los diálogos más pavos, las coñas más anodinas y las escenas más tediosas, que por suerte parecen haber recortado habilidosamente en la sala de montaje (la escena en que conoce a Frygga tiene un tijeretazo sonrojante).

En cuanto a lo que más interesa de todo, que es el apartado visual, presenta unos efectos de infarto, algunos diseños interesantes y atractivos (la nave de los malotes por ejemplo) y una recreación más rica de Asgard que en la anterior entrega.

La trama, pues cabe en un post-it: unos drows malvados quieren tener un coso ultrapoderoso para arrasar con todo, los buenos no están nada de acuerdo y caen hostias como panes con algunos chascarrillos por medio (nada nuevo bajo el sol).

El logro más relevante, hacer que 112 minutos pasen como un suspiro, enredados en batallas de esas donde no se ve quién pega a quién, pero todo queda como muy espectacular y brilloso.

Ojo con quedarse al final de los títulos de crédito, que hay escenas de propina.
Neathara
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29 de agosto de 2018
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Razones por las cuales Loki debería ser el protagonista de la saga:

-Loki es la personificación de la inteligencia, en contraste al alma belicosa de Thor.
-Loki es coherente con su personalidad, Thor no, y es que este último arranca siendo un chulo de mierda para acabar convirtiéndose en un filosofo ilustrado.
-Loki no lleva una capa ridícula como la de Thor.
-Loki hace gracia, Thor no.
-Loki no necesita a una novia florero, Thor si.
-Loki no es subnormal como Thor.
Alberelvis
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2 de noviembre de 2013
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por esta línea, por la continuista de lo bien hecho en Los Vengadores, así es como Marvel ha decidido seguir con su fase 2. Lo hicieron con la tercera parte de Iron man y lo han vuelto a hacer con la secuela de Thor. El principe Asgardiano ha vuelto con su martillo lleno de ganas de golpear a villanos y con un importantísimo cambio en la dirección (sale Kenneth Branagh del proyecto y entra Alan Taylor).

Thor: El mundo oscuro, no es una película del universo Marvel al uso. Si bien la primera fue la más rara, por sus escenarios y por la mitología de la que estaba rodeada; esta cinta se desmarca aún más del universo de la casa de las ideas y del mundo de Los Vengadores. Alan Taylor y su equipo logran que el mundo oscuro en el que sumergen a Thor sea una mezcla perfecta entre lo antiguo y mitológico con lo tecnológico, creando un lugar particular; una combinación rara y bella de universos como el de Juego de Tronos, El señor de los anillos, La Guerra de las Galaxias y el mundo Marvel, pero a su vez intentando desmarcarse e intentando parecerse lo más mínimo a ellos para crear un Asgard único. No sólo el escenario es una aleación notable de los mejores mundos épicos; la cinta también equilibra de manera satisfactoria la acción, lo cómico, lo épico y lo dramático (esta parte muy bien acompañada de una gran banda sonora que hace enfatizar esos momentos).

Mundos creados aparte, la cinta no funcionaría igual de no ser por el gran tandem creado por el director y los guionistas. Con la presentación del héroe realizada y la posterior reunión de héroes marvelitas, las bases estaban realizadas más que de sobras con Thor. El guión no se olvida del éxito vivido en Los Vengadores y enlaza muy bien la aventura vivida con Iron man, Hulk y compañía y tiende un puente hacia la fase 2 vengadora (cosa que ya vimos en la tercera parte de Iron man). Aquí se pasan de las medias tintas de la primera parte de Thor y se va más directamente al grano. Más acción, más repertorio de golpes con el martillo, mayor dosificación de humor y romanticismo…y lo que es más importante, actores más afianzados en sus respectivos papeles.

Desde el primero y más importante, Chris Hemsworth, hasta Tom Hiddleston o Natalie Portman, todo lo referido al plano actoral es muy superior al de su predecesora. Aquí vemos a un Thor afianzado en su trono, al nivel de Los Vengadores pero con una cuota de minutos en pantalla mucho mayor, lo cual nos permite ver al semidios asgardiano en su máximo nivel. Su hermanastro Loki, aunque con menos protagonismo que en Los Vengadores, al contrario que Thor, vuelve a estar muy afianzado para Tom Hiddleston, el actor se ha adueñado del hermano y rival del protagonista de la cinta, y pese a perder peso en la trama muestra su máximo potencial como hechicero y maestro del engaño. En cuanto a Natalie Portman, la profesora Jane Foster, deja de ser la científica enamorada de Thor para tener un mayor peso y relevancia en la trama, no hay nada que objetar en cuanto a su actuación, ella siempre está muy bien, pero la evolución positiva de su personaje hacen sumar a una cinta muy superior a su predecesora.

Como personajes secundarios, pero con menor relevancia en la saga, nos encontramos a un formidable Anthony Hopkins en el rol de Odin, rey de Asgard y padre de Thor, a una sorprendente Rene Russo en cuanto a peso, a un loco y gracioso Stellan Skargard (muy afectado por los sucesos de Nueva York), a un villano de nivel interpretado por Christopher Eccleston (cumple y al menos no da risa), o a un Idris Elba que repite en el papel de Heimdall.

Pero no todo es positivo en esta cinta notable y entretenida. A pesar de todo lo bueno nombrado con anterioridad nos encontramos con lastres como un mal uso del 3D, hecho menos importante desde que productoras y salas de cine decidieron suprimir los costes de dicho suplemento. La tercera dimensión es un bien innecesario en la cinta, más aún después de haber visto maravillas como Gravity. En Thor 2, el ojo tarda mucho en adaptarse a un 3D que no explota el potencial de su acción, y no sólo eso, cansa y daña constantemente enfocando directamente a lo que el film quiere que veamos, olvidándose del resto de la escena que le rodea. Hagan caso y si pueden eviten entrar a salas con este suplemento, porque la verdad que es totalmente innecesario.

Otro de los problemas que se le puede achacar a la cinta es la falta de más minutos de batalla, un servidor pensaba que se encontraría con más guerra en pantalla, y tal vez la falta de 20 minutos más nos haya privado de algo más de belicismo en la cinta (o tal vez encontrarnos ante un producto Disney para todas las edades). A pesar de esa pequeña decepción, la papeleta está bien resuelta por un gran final en Londres (ni un sólo minuto en tierras americanas, cosa de aplaudir), donde héroe y villano se retarán en un duelo definitivo.

Si con Iron man 3 se afianzaba el camino hacia la fase 2 de Los Vengadores, con Thor: el mundo oscuro se corrobora. Sólo queda las confirmaciones del Capitán América: el Soldado de Invierno y, la que puede ser la sorpresa de 2014, Guardianes de la Galaxia. La fase 2 de Marvel pinta muy, pero que muy bien.

Posdata: no abandonen las butacas con las primeras letras de créditos, porque hay doble sorpresa (una tras los primeros créditos y más sorprendente, y otra tras los largos y segundos créditos).

Más y mejores críticas en la revista digital ojocritico.com
prosikito88
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5 de noviembre de 2013
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como ya saben no es este semi-dios de la mitología nórdica una de nuestras preferencias cinematográficas, aunque la primera entrega fuese motivo de reseña en este espacio, saliendo, por cierto, bastante mal parada. Disfrutada aquella desde el confortable sillón de casa, ya nos sugería que aproximarnos a cualquiera de las entregas de la saga en el cine podría dar algo más de juego (tampoco pensábamos que mucho más o que pudiese modificar nuestras sensaciones al respecto), donde la espectacularidad de Asgard podría merecer la pena. A ello le sumamos el 3D, del que tampoco somos fanáticos, no obstante, después de Avatar, ésta será la segunda cinta que vemos en este formato. Pues bien, qué quieren que les digamos, más de lo mismo; los mismos santos con las mismas telas.
Por un lado, es una pléyade de efectos visuales y sonoros tratando de esconder la falta de guión. Por otro, una pléyade de figuras del celuloide (Hopkins, Russo, Portman, Hemsworth, Skarsgard) que trata de esconder la falta de buenos personajes. Todo fuegos de artificio, detrás de los cuales no hay otra cosa que el más profundo de los vacíos, por mucho que se quiera edulcorar con ingredientes cómicos (incluido ya el recurrente y obligado cameo de Stan Lee), con amorío de por medio o sucedáneos de trama de disputa familiar. Manejan grandes presupuestos para disponer tanto de los efectos como de las estrellas, pero una película no se construye sólo con eso; desde luego que puede ayudar (a la par que esos elementos pueden suponer un gran reclamo), pero se necesita una buena historia y las dosis de maestría necesaria para recogerla correctamente, montarla y hacerla llegar a nuestras pantallas. Toda esta última parte brilla por su ausencia en este despropósito desprovisto de cualquier indicio de mesura.
Esta nueva entrega del mega-proyecto The Avengers centrada en el hombre del martillo, sigue los mismos derroteros que la primera, y se ubica muy lejos de aquel gran ejercicio de entretenimiento audiovisual que nos brindó la primera entrega coral que juntó al peculiar grupo de superhéroes. Ésta cae un los mismos pecados que su predecesora, a los que hemos de añadir alguna coincidencia imposible de creer a la que el guión nos castiga. Craso error. Y es otro de tantos. Lo único que rescatar es la aparición de Tom Hiddleston como Loki, dando el cinismo y la fuerte presencia necesaria, como contrapunto al personaje protagonista.
Si son incondicionales, acérquense a verla, les gustará, posiblemente. Para no asiduos, ahórrensela. Para no iniciados, déjenla a un lado porque les hará aborrecer aún más el género.
Lucas Liz
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