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Voto de Lucas Liz:
3
Fantástico. Acción. Aventuras Thor lucha por restablecer el orden en el cosmos, pero una antigua raza liderada por el vengativo Malekith regresa con el propósito de volver a sumir el universo en la oscuridad. Se trata de un villano con el que ni siquiera Odín y Asgard se atreven a enfrentarse; por esa razón, Thor tendrá que emprender un viaje muy peligroso, durante el cual se reunirá con Jane Foster y la obligará a sacrificarlo todo para salvar el mundo. (FILMAFFINITY) [+]
5 de noviembre de 2013
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como ya saben no es este semi-dios de la mitología nórdica una de nuestras preferencias cinematográficas, aunque la primera entrega fuese motivo de reseña en este espacio, saliendo, por cierto, bastante mal parada. Disfrutada aquella desde el confortable sillón de casa, ya nos sugería que aproximarnos a cualquiera de las entregas de la saga en el cine podría dar algo más de juego (tampoco pensábamos que mucho más o que pudiese modificar nuestras sensaciones al respecto), donde la espectacularidad de Asgard podría merecer la pena. A ello le sumamos el 3D, del que tampoco somos fanáticos, no obstante, después de Avatar, ésta será la segunda cinta que vemos en este formato. Pues bien, qué quieren que les digamos, más de lo mismo; los mismos santos con las mismas telas.
Por un lado, es una pléyade de efectos visuales y sonoros tratando de esconder la falta de guión. Por otro, una pléyade de figuras del celuloide (Hopkins, Russo, Portman, Hemsworth, Skarsgard) que trata de esconder la falta de buenos personajes. Todo fuegos de artificio, detrás de los cuales no hay otra cosa que el más profundo de los vacíos, por mucho que se quiera edulcorar con ingredientes cómicos (incluido ya el recurrente y obligado cameo de Stan Lee), con amorío de por medio o sucedáneos de trama de disputa familiar. Manejan grandes presupuestos para disponer tanto de los efectos como de las estrellas, pero una película no se construye sólo con eso; desde luego que puede ayudar (a la par que esos elementos pueden suponer un gran reclamo), pero se necesita una buena historia y las dosis de maestría necesaria para recogerla correctamente, montarla y hacerla llegar a nuestras pantallas. Toda esta última parte brilla por su ausencia en este despropósito desprovisto de cualquier indicio de mesura.
Esta nueva entrega del mega-proyecto The Avengers centrada en el hombre del martillo, sigue los mismos derroteros que la primera, y se ubica muy lejos de aquel gran ejercicio de entretenimiento audiovisual que nos brindó la primera entrega coral que juntó al peculiar grupo de superhéroes. Ésta cae un los mismos pecados que su predecesora, a los que hemos de añadir alguna coincidencia imposible de creer a la que el guión nos castiga. Craso error. Y es otro de tantos. Lo único que rescatar es la aparición de Tom Hiddleston como Loki, dando el cinismo y la fuerte presencia necesaria, como contrapunto al personaje protagonista.
Si son incondicionales, acérquense a verla, les gustará, posiblemente. Para no asiduos, ahórrensela. Para no iniciados, déjenla a un lado porque les hará aborrecer aún más el género.
Lucas Liz
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