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Rep. Dominicana La pianista
23.900
Drama
Una mujer, profesora de piano en un conservatorio, frecuenta cines porno y tiendas de sexo para escapar de la influencia de su dominante madre. Uno de sus alumnos se propone seducirla. (FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película peculiar diferente a todo lo que se haya visto.
Traída por el mismísimo Haneke, esta película donde el silencio y el color blanco son los protagonistas, nos muestra usando la vida de una profesora de piano solterona, cómo las apariencias engañan.
En este caso nos encontramos con una obra maestra, estéticamente bien elaborada y con un guión que sobrepasa lo inimaginado, dándonos unas dosis de escenas fuertes y completamente desagradables, pero aún así, no atenuan la exquisités de la película.
Este extraño contraste sólo pudo ser posible, gracias a la ya mencionada estética de Haneke y a las potentes interpretaciones de los protagonistas.
Sin duda una película que no es para todo el mundo, pero para los que puedan dejar a un lado esta abrumadora experiencia sexual-violenta, y en cambio ver la delicadez de la película, seguro las gustará.
Traída por el mismísimo Haneke, esta película donde el silencio y el color blanco son los protagonistas, nos muestra usando la vida de una profesora de piano solterona, cómo las apariencias engañan.
En este caso nos encontramos con una obra maestra, estéticamente bien elaborada y con un guión que sobrepasa lo inimaginado, dándonos unas dosis de escenas fuertes y completamente desagradables, pero aún así, no atenuan la exquisités de la película.
Este extraño contraste sólo pudo ser posible, gracias a la ya mencionada estética de Haneke y a las potentes interpretaciones de los protagonistas.
Sin duda una película que no es para todo el mundo, pero para los que puedan dejar a un lado esta abrumadora experiencia sexual-violenta, y en cambio ver la delicadez de la película, seguro las gustará.
15 de febrero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Analizando en profundidad esta película podemos encontrar varios puntos a tratar dentro del comportamiento de la protagonista. El tema principal es la relación que existe con su madre, por un lado de sobreprotección por parte de la progenitora, y por otro la dependencia.
El tema del control abusivo al que se somete Erika por su madre, aunque a simple vista parezca obsesivo, no es más que un reflejo de la sociedad en la que vivimos, es decir, en las familias más tradicionales con fuerte arraigo a nuestras creencias, no es de extrañar que la hija se encargue del cuidado de su madre hasta su vejez.
Erika tiene una fijación sexual conocida como el complejo de Edipo, en la que muestra interés por su madre, por identificación con la progenitora. Es más, hay una parte en la que Erika se arroja sobre la madre e intenta besarla, como si su propia madre fuera objeto sexual de ésta.
Este tipo de perversión junto a sus tendencias al voyeurismo y sadomasoquismo se podría decir que viene dado porque busca el placer por el mismo placer, es decir, no tiene en cuenta el medio por el cual busca ese placer pero si la meta.
Comúnmente entendemos que para tener placer sexual es necesario bien depender de uno mismo o de otra persona, independientemente que sea del mismo sexo o no, pero Erika entiende que hay otras formas de placer con las que se pude excitar y llegar al culmen, ya sea mutilándose como es el caso de los cortes que se hacía con las hojas de cuchillas de afeitar o bien, con otras prácticas como observar a otras parejas mientras mantienen relaciones sexuales o recurrir al sadomasoquismo.
El tema del control abusivo al que se somete Erika por su madre, aunque a simple vista parezca obsesivo, no es más que un reflejo de la sociedad en la que vivimos, es decir, en las familias más tradicionales con fuerte arraigo a nuestras creencias, no es de extrañar que la hija se encargue del cuidado de su madre hasta su vejez.
Erika tiene una fijación sexual conocida como el complejo de Edipo, en la que muestra interés por su madre, por identificación con la progenitora. Es más, hay una parte en la que Erika se arroja sobre la madre e intenta besarla, como si su propia madre fuera objeto sexual de ésta.
Este tipo de perversión junto a sus tendencias al voyeurismo y sadomasoquismo se podría decir que viene dado porque busca el placer por el mismo placer, es decir, no tiene en cuenta el medio por el cual busca ese placer pero si la meta.
Comúnmente entendemos que para tener placer sexual es necesario bien depender de uno mismo o de otra persona, independientemente que sea del mismo sexo o no, pero Erika entiende que hay otras formas de placer con las que se pude excitar y llegar al culmen, ya sea mutilándose como es el caso de los cortes que se hacía con las hojas de cuchillas de afeitar o bien, con otras prácticas como observar a otras parejas mientras mantienen relaciones sexuales o recurrir al sadomasoquismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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Cualquiera menos tú
8 de julio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ella es una eminente profesora de piano, él es un gran prospecto de la música, ella vive con su madre, él… ni idea porque no se menciona ni hace falta, ella tiene ciertas y curiosas fantasías sexuales, él simplemente está enamorado de ella.
El personaje de Erika, la profesora, es realmente inquietante (extraordinario trabajo de Huppert), una mujer bastante particular, que hace daño y se hace daño. Con un pasado turbio, que aunque no se muestra se siente, en especial en su relación con su madre.
Haneke consigue una película devastadora, que nunca deja de sorprender con la degradación sexual (o por lo menos casi sexual) que se muestra o se lee o al menos se imagina. Pero no es solo eso, atención a su alumna y a la madre de ella.
Un final punzante e igual que agresivo que todo el metraje. Sin mucha esperanza, ¿para qué? Si las vejaciones que se han mostrado no dejan para mucho más. Recomendada con algo de precaución, alguien muy moralista se puede sentir ofendido.
El personaje de Erika, la profesora, es realmente inquietante (extraordinario trabajo de Huppert), una mujer bastante particular, que hace daño y se hace daño. Con un pasado turbio, que aunque no se muestra se siente, en especial en su relación con su madre.
Haneke consigue una película devastadora, que nunca deja de sorprender con la degradación sexual (o por lo menos casi sexual) que se muestra o se lee o al menos se imagina. Pero no es solo eso, atención a su alumna y a la madre de ella.
Un final punzante e igual que agresivo que todo el metraje. Sin mucha esperanza, ¿para qué? Si las vejaciones que se han mostrado no dejan para mucho más. Recomendada con algo de precaución, alguien muy moralista se puede sentir ofendido.
5 de agosto de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la vida se recorren mucho caminos, y el dolor es siempre uno de ellos pues a través de él podemos experimentar el placer, cuando por ejemplo el dolor remite o también dentro del mismo dolor en un ápice intenso de vida. Si pienso, existo. Si sufro también.
El personaje de la pianista sufre hasta la extenuación por una profunda represión familiar y profesional que no le permite ir más allá de la ventana donde mira. Cuando cae la noche orinar en un espacio público lleno de adolescentes le acerca al aire que respira, al igual que a su propia carne con una cuchilla de afeitar. Su viaje es intensto, vital.
Haneke y una brillante Isabelle Huppert nos cuentan la historia de una mujer que vive como sabe y como puede porque su cuerpo y retorcida mente no le pide otra cosa. Es uno de los personajes más completos en la historia del cine porque abarca más de lo que se puede esperar. Desde una niña perdida hasta la peor de las profesoras que uno quisiera tener.
La maestría de Haneke consiste en hacernos respirar cuando la protagonista se regodea en lo más profundo del dolor, en el barro, en el agua sucia. En aquello donde también puede haber experiencia.
El personaje de la pianista sufre hasta la extenuación por una profunda represión familiar y profesional que no le permite ir más allá de la ventana donde mira. Cuando cae la noche orinar en un espacio público lleno de adolescentes le acerca al aire que respira, al igual que a su propia carne con una cuchilla de afeitar. Su viaje es intensto, vital.
Haneke y una brillante Isabelle Huppert nos cuentan la historia de una mujer que vive como sabe y como puede porque su cuerpo y retorcida mente no le pide otra cosa. Es uno de los personajes más completos en la historia del cine porque abarca más de lo que se puede esperar. Desde una niña perdida hasta la peor de las profesoras que uno quisiera tener.
La maestría de Haneke consiste en hacernos respirar cuando la protagonista se regodea en lo más profundo del dolor, en el barro, en el agua sucia. En aquello donde también puede haber experiencia.
19 de noviembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como pianista, he de decir que musicalmente me encanta la pelicula. Es excelente, las obras, las composiciones, y los ensayos son exquisitos. Aunque sí tengo que decir que la profesora es muy dura como maestra; recuerdo a mi profesora de piano, era suave y dulce cual pajarito, y por ello no era peor profesional. En cuanto al argumento de la pelicula, hace que el espectador llegue a sentir asco y cierto odio hacia la protagonista, pero luego hay un giro inesperado y realmente llegas a sentir compasión y pena por aquella mujer... que tanto ha tenido que pasar en su vida, que tanto nos oculta el director, pero que nuestra mente llega a imaginar.
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