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Solo ante el peligro

Western. Intriga Will Kane (Gary Cooper), el sheriff del pequeño pueblo de Hadleyville, acaba de contraer matrimonio con Amy (Grace Kelly). Los recién casados proyectan trasladarse a la ciudad y abrir un pequeño negocio; pero, de repente, empieza a correr por el pueblo la noticia de que Frank Miller (Ian MacDonald), un criminal que Kane había atrapado y llevado ante la justicia, ha salido de la cárcel y llegará al pueblo en el tren del mediodía para ... [+]
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Críticas 163
Críticas ordenadas por utilidad
23 de marzo de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha llamado bastante la atención la crítica titulada "¡Anda y que os den morcilla a todos que yo me voy con Grace Kelly!", escrita por Reaccionario. Por un lado no comparto el mensaje que pretende transmitir, pero por el otro me ha parecido bien escrita y coherente en lo que dice. Dado que no sería justo puntuarla en negativo, voy a exponer los motivos por los que creo que el planteamiento no es del todo acertado y de paso reseño también la película.

Reaccionario opina que Kane es un pesado por pretender quedarse en el pueblo para enfrentarse con el malvado Miller, involucrando a civiles. Los fundamentos de su discurso son tres:
* Si el malo viene a vengarse de Kane y no lo encuentra, entonces se marchará del lugar para irse a buscarlo allí donde vaya. En ese caso, la decisión del personaje de Cooper de permanecer en el pueblo e involucrarlo en el enfrentamiento sería un acto egoísta.
* Si el malo viene a “reconquistar” la ciudad, entonces Kane no tiene por qué quedarse, dado que su cometido como sheriff ya expiró. El destino de Hadleyville ya no es cosa suya.
* En el momento en que ve que nadie quiere ayudarle, lo que debería haber hecho Kane es poner pies en polvorosa y que le dieran morcilla a todo el mundo.

Sobre lo de que no está claro si Frank Miller viene a reconquistar o a vengarse, yo interpreto que viene a las dos cosas. Y, si Kane no está, lo más seguro es que Miller se quede en el pueblo con sus esbirros para poder consolidar su dominio aprovechando que nadie va a oponérsele y que el nuevo sheriff no vendrá hasta el día siguiente. No creo que deje escapar semejante oportunidad de hacerse con todo sin pegar ni un solo tiro.

Yo no creo que Kane sea un pesado. Es más, creo que sus actos tienen bastante sentido. Marcharse es lo más normal e instintivo y es lo primero que hace, coincidiendo con su viaje de bodas. Cuando lo medita con más calma, dedice regresar. ¿Por qué? Porque Kane no era un simple señor con placa, era el sheriff de la ciudad de Hadleyville. Sentía los colores, creía en lo que hacía y por eso lo hacía tan bien. Aunque no sea lo más común, personas así existen.
Es por eso que no podía soportar la idea de que Frank Miller y sus pistoleros volvieran a enseñorearse de la ciudad y a convertirla en su feudo criminal, cosa normal si eres un amante de la ley y, sobre todo, si eres tú precisamente el que ha conseguido levantar el orden que va a ser derribado. ¿Cómo podría Kane marcharse tranquilo sabiendo que, al cabo de unas horas, la paz y la seguridad en Hadleyville, la obra de su vida, podrían venirse abajo como un castillo de naipes? Él es el “padre” de la criatura, no puede irse dejándola al borde del precipicio y cree que podrá salvarla. Por eso vuelve. No es descabellado pensar que puede prestar “el último servicio” a la ciudad. Después de todo, con su habilidad como pistolero y unos cuantos voluntarios la lucha contra Miller y compañía ya estaba más que equilibraba a su favor.

El problema se presenta cuando el pueblo entero le da la espalda y le deja solo ante el peligro. Lo lógico a priori es mandar a todo el mundo al cuerno y poner pies en polvorosa cuanto antes, pero no lo hace y es también normal. Después de todo, él ha vuelto porque no es capaz de dejar que el trabajo de su vida se hunda, no se lo puede permitir. Además, si se marcha no se trataría de una retirada voluntaria (como la primera vez, cuando había cesado en sus funciones, estaba a punto de irse de todas maneras en viaje de novios y nadie le pedía que se quedara) sino de una derrota con todas letras. Por no hablar de que, si manda a tomar viento a los ciudadanos, eso significaría reconocer que todos los años de duro servicio no han valido de nada, pues han beneficiado a gente que no lo merecía. Por eso tiene que quedarse. No ya por la ciudad, sino por él mismo y su autoestima.

Entiendo la postura de Kane, la de sus ayudantes (el que le abandona por el rencor que le tiene pero en el fondo se carcome y el que va el primero a ofrecerse pero se raja cuando se percata de que va a estar solo como escudero), la de su mujer (que no quiere quedarse viuda a la hora de casada), la del anciano ex-sheriff (enfermo y desencantado) y la de los pro-Miller (como el dueño del salón, interesado en que los villanos dominen el pueblo y el juego y el alcohol vuelvan a ser las distracciones mayoritarias sin restricciones)... A quien no entendía era a la gente de la ciudad, que abandonaba a su aclamado comisario y dejaba vía libre al antiguo tirano. Pero tras leer la crítica de Reaccionario lo entiendo algo mejor. No es que sean sólo unos cobardes así sin más, es que tienen la esperanza de que Miller persiga a Kane y los deje en paz y por eso no se quieren arriesgar a solucionar el problema si hay la posibilidad de que éste se arregle por sí solo.

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Valgallec
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9 de septiembre de 2005
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué gran película, señores!! En 1952, dos hombres, Cooper y Zinnemann, hicieron posible esta obra maestra del western norteamericano deleitando a presentes y futuros en el visionado de esta maravilla. Muchos son los factores que la definen como un film totalmente imprescindible en la historia del cine, pues el desarrollo de la misma en tiempo real, cuyo recuerdo es permanente en esos planos que nos muestran el reloj y el péndulo en lento movimiento, además del gran montaje, la envolvente banda sonora y los excelentísimos planos cortos del rostro de los personajes, hacen de ella una joya cinematográfica como pocas. Y es que en la perfecta narración visual de esta historia solamente podría tener cabida la perfecta interpretación de Cooper, aportando todo un recital de gestos, miradas y frases que nos suman a esa situación tensa de espera y de agonía ante la soledad y la incertidumbre del futuro más inmediato. Pocas veces un personaje había estado tan bien caracterizado, porque da la sensación de que este actor nació para encarnar a este sheriff que nos muestra la desesperación interior de un hombre que se encuentra solo ante el peligro, pero que al mismo tiempo ve crecer el sentimiento de valentía y honor a cada paso que da por las polvorientas y vacías calles de Hadleyville. Ni que decir tiene que los momentos finales de la película son memorables. La acumulación de tensiones a lo largo de la narración cinematográfica nos impiden apartar nuestra vista de la pantalla mientras vemos a Cooper avanzar lentamente hacia su destino, un destino que le ha situado solo ante el peligro.
CALIGVM
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18 de noviembre de 2006
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tren está inexorablemente unido a la historia del cine. El tren es capaz de transmitir todo tipo de sensaciones al espectador. Es uno de los mejores actores de la historia, un actor con mil facetas (las vías, las estaciones perdidas o atestadas de gente, el humo, el sonido de la locomotora..) pero siempre con una presencia demoledora.
"Solo ante el peligro" es un western narrado en tiempo casi real. Los momentos inmediatamente anteriores a la llegada del tren de la 12,00 h son memorables. Tensión acumulada, justificaciones a flor de piel, inhibiciones, remordimientos, miedo (sobre todo miedo), quizá también esperanza. El péndulo del reloj.
Estamos ante uno de los mejores westerns habidos y por haber; y por lo tanto, ante una de las grandes películas de la historia.
A una extraordinaria perfección técnica, se une un relato profundamente rico en lo psicológico y un muy intrigante desarrollo narrativo.
Todos los personajes del pueblo tienen sus argumentos, sus justificaciones, Todos tienen razón, al menos su razón. Nadie les puede acusar; son personas normales, con sus miedos, sus intereses, sus egoismos, sus familias, sus pequeñas o grandes vidas. El regente del hotel prefiere aquellos tiempos de mayor libertinaje, ya que hacían que su negocio fuera más próspero.
La mayor parte está a favor del orden y de la justicia, pero nadie es un héroe. ¿Realmente existe el héroe desinteresado?.
Probablemente el personaje más complejo es el de Gary Cooper ¿Cuales son sus motivaciones profundas? ¿Únicamente la honradez profunda e insobornable? ¿Tiene motivaciones personales? El personaje de Katy Jurado adquiere una dimensión enorme en el relato. Nunca quedará totalmente clara su influencia en los hechos. ¿O sí?
Finalmente el amor gana. Y gana incluso a ritmo de pistolas. Es el personaje de Grace Kelly, contraria a toda violencia (convicción íntima, nacida de sus propias vivencias trágicas) el que resuelve la situación. Contradicción premeditada y maravillósamente plasmada.
Hace calor. El sudor está presente en casi todos los rostros, pero es especialmente significativo cuando Gary Cooper sale a la calle y está "solo ante el peligro". Gary Cooper, a sus ya 51 años, hace una gran interpretación que fue premiada con un oscar.
El guionista Carl Foreman juega un importante papel en la película. De hecho parece que fue el principal impulsor de la misma. Carl Foreman fue incluído en la lista negra de la caza de brujas y se dice que hay un paralelismo entre el hombre "solo ante el peligro" y el perseguido por el anticomunismo.
Merece resaltarse por último, la riqueza y complejidad argumental del film. Cada frase de las gentes del pueblo puede ser analizada una y otra vez. Son declaraciones de su filosofía de vida y de sus propias limitaciones.
A nivel anecdótico, se puede ver a un joven y malísimo Lee Van Cleef, posterior personaje fundamental del spagheti western.
Rober
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6 de abril de 2006
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos en 1952, época dorada del western, en la que autores como Anthony Mann, John Ford, Howard Hawks o John Sturges nos dan algunos de sus mejores trabajos en el medio. También actores como James Stewart, John Wayne, Kirk Douglas, Henry Fonda... Estamos en pleno auge del género del Oeste.

El Western. Género olvidado. Hay que reconocerlo, cuando algo se pone de moda todo el mundo quiere vestirse con el mismo traje, pero a algunos les queda mejor que a otros. Y ahora nos toca hablar de la obra maestra de Fred Zinnemann y del mejor trabajo del gran Gary Cooper como actor, y eso son palabras mayores. Que sí, que todos los western se parecen, pero no todos son iguales. Y aquí tenemos una prueba de ello.

La lucha del hombre contra su propia desesperación, el honor, el amor, la venganza... Todo esto y mucho más se trata aquí, y todo de forma magistral. El ritmo es el adecuado, con imágenes preciosas... El montaje, impecable. Las actuaciones, soberbias (gran Gary Cooper). La música, pocas veces igualada, camina de la mano de las escenas que nos regalan. Obligada su visión, y no solo para los amantes del western, sino para todos aquellos que disfruten de una buena película.
Carlitos
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2 de enero de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Solo ante el peligro" no es únicamente uno de los mejores western, sino que es una de las mejores películas de todos los tiempos. Al igual que "El tren de las 3:10", este film aspira a jugar muchisímo con la psicología de todos sus personajes. Gary Cooper (antológico en su interpretación) interpreta a un sheriff de una pequeña ciudad que debe hacer frente a un grupo de forajidos que él mismo metió en la cárcel. El film sucede en tiempo real gracias a la aparición en nombradas ocasiones del gran reloj del pueblo que indica el inevitable y cada vez más cercano enfrentamiento entre los forajidos y el sheriff consiguiendo que durante el transcurso de toda la cinta se respire una gran tensión. El sheriff dispone de un tiempo muy limitado para reclutar a hombres que le ayuden a hacer frente a los asesinos, pero por desgracia, nadie en el pueblo se dispone a ayudarle llegando a mostrar no únicamente su cobardía sino su gran egoísmo. La película deja latente una serie de hechos y situaciones que hoy en día son todavía totalmente aplicables. A destacar también su gran banda sonora y la brillante dirección de Fred Zinnemann en la que tal vez sea su mejor película. Su final es antológico y uno de los mejores de la história del cine.
directorscut
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