The Pelayos

Divertida adaptación de la vida real de una familia que estubo desbancando casinos a lo largo de España y de todo el mundo durante la década de los noventa, increíble pero cierto conseguir tal hito de una manera legal, sin malas artes.
La adaptación cuenta con un reparto bastante interesante con Lluís Homar y Daniel Brüh a la cabeza en los papeles principales de Patriarca de la familia y su hijo respectivamente. Además de algunos actores de moda en el panorama español con son Miguel Ángel Silvestre y Blanca Suárez.

"The Pelayos" da la sensación de ser demasiado ligera, de intentar calar sin apenas rozar porque le falta punch y fuerza en sus golpes. Son golpes ejecutados con cierto estilo, pero demasiado superficiales como para provocar un KO en el espectador.

La historia, muy conocida, apenas necesita presentación, pero Cortés opta por realizar un pastiche de la vida de los mienbros de la familia dejando de lado lo que más nos podría haber interesado. No es "The Pelayos" un diccionario de juego de azar, sino que aborda mucho más el aspecto de las relaciones familiares, sus disputas y acuerdos, y deja la acción para otra ocasión, por lo que no podremos ver ni siquiera la concepción o el desarrollo del método utilizado para desplumar a los casinos de medio mundo.

Con un reparto en el que brillan nombres consagrados en cine y televisión, es loable la implicación de todos y cada uno para parecerse a los originales. Especialmente Homar como patriarca del clan que los une a todos y que con su experiencia sirve de guía para los más jóvenes.

En su debe tenemos que mencionar su falta de acción vertiginosa y algunos giros poco explicables en su final, pero en general es un producto digno al que le falta algo para ser tenido en cuenta con más seriedad. Quizás esta historia se mereciese una película con mayor empaque para ser reconocida a lo largo del tiempo.

La gran baza a favor de esta película es un argumento extraído de una historia real, verdaderamente potente y lleno de posibilidades, y que hace que el espectador se mantenga enganchado a la pantalla. Lo peor, a mi entender, es que Eduard Cortés desaprovecha ese filón de manera estrepitosa. "The Pelayos" fracasa como thriller y como comedia, sencillamente porque en este caso la mezcla de géneros chirría. El brillante elenco artístico pasa desapercibido, ninguno de los grandísimos actores que aquí intervienen consigue sacar a flote a su personaje. Una factura técnica correcta y una trama entretenida no son poca cosa... Pero no bastan para sacar adelante una propuesta que aspiraba a mucho, pero que se queda corta en todo.

Contra todo pronóstico los Pelayos estos consiguieron entretenerme. No sé si es por la temática, por el póster, por el título o porque sale Miguel Ángel Silvestre, pero esta peli nunca consiguió llamar mi atención (al contrario). Pero oye, ni tan mal, ahí están Daniel Brühl (siempre cumple) y Eduard Cortés (La vida de nadie) echándose a la espalda esta historia sobre una familia que quiere reventar la banca. Hay momentos en los que se flipan un poco y caen en lo fácil, es decir, van de Ocean's Eleven a la española. La tentación fue grande y no pudieron resistirse. Sin embargo aquí no tenemos ni contorsionistas ni grandes hackers ni rayos láser ni cámaras de agua, aquí la estrategia son las inclinaciones de las ruletas, si están colocadas de la forma X o de si el crupier es no sé quién. Qué poco glamour dios mío.

"The Pelayos" narra las aventuras de una familia vividora basada en la realidad. Los Pelayo fueron una familia con un particular método estudiado que les llevó por salones de juego de Australia, Dinamarca, Holanda, Austria, Francia y Las Vegas. Más de 250 millones en ganancias forjarían la leyenda de la que fue conocida como la familia más afortunada de España.

No obstante Eduard Cortés en 2012, traería un film comercial con los actores de moda de ese momento, el hispano-germano Daniel Brühl y Lluis Homar entre otros. La película es bastante estúpida así como sus personajes secundarios, planos y esteriotipados. El guión no da espacio ni a media sorpresa, y la fotografía junto al desarrollo del metraje es siempre el mismo.
Curiosamente no se puede negar que entretiene y que tampoco vale la pena suspender algo que te ha entretenido toda su duración. Típica película boba, que sabes que no te aporta nada, pero ves hasta el final.

Sólo reservada para los jugadores empedernidos de casinos o amantes de la historia original de la familia que desplumaba casinos en los buenos tiempos.