El hombre invisible

Para arrancar quiero decir que la actriz Elisabeth Moss me convence completamente con los papeles que asume. En esta película es igual. Es facilísimo ponerse en la piel de ella y es porque es una muy potente comunicadora en el cine.

Luego, sobre la película, me decepcionó. Me decepcionó porque soy un fan de la ciencia ficción y esperaba más de eso. No se necesita que un hombre sea invisible para hacer lo que la pareja le hace a Cecilia (Elisabeth Moss). La impunidad que le brinda el patriarcado sumada a los dispositivos de control que nos brindan las redes sociales de hoy en día, valen por miles de trajes de invisibilidad. Entonces la idea de invisibilidad tomada para hacer un acoso tan recurrente y cotidiano, me pareció desaprovechada. Sí están buenos los momentos de terror y visualmente es atractiva, pero la invisibilidad no tiene mucho sentido en esta película y pierde dimensión al lado del acoso y abuso reales. Es como hacer una película de una bala queriendo que represente una guerra.

The invisible man está dirigida por Leigh Whannell, quien nos muestra lo retorcido que pueden llegar a ser los celos y el control. Ya me diréis que no hay cosas más interesantes que hacer con un traje invisible que amargarle la vida a tu ex pareja. En fin. En todo caso, se las apaña bien para transmitir esa sensación de angustia y control total, y eso hay que agradecérselo a una Elisabeth Moss (El cuento de la criada), quien tiene muy por la mano esos primeros planos en los que plasma el terror y la tensión como pocas.

Sin ella, posiblemente, la película no tendría tanta fuerza interpretativa, porque hay que admitir que se toma las licencias típicas de una película de este estilo. Hay muchas maneras de sentir a una persona dentro de una habitación, incluso en la calle con frío, pisadas, etc. Pero logra hacer que nos lo creamos y funciona. Nos brinda algunos momentos interesantes e imágenes crudas y viscerales que entremezclan géneros y nos lo hace pasar realmente bien.

En definitiva, EL HOMBRE INVISIBLE es una película divertida, siempre y cuando al espectador le guste el thriller de terror y tensión, claro. Elisabeth Moss es un gran reclamo, actúa como pocas en el género y logra trasladar su miedo y paranoia. El guion da algunos giros muy interesantes y algunos sustos dignos de mención. Echadle un vistazo.

He de admitir, que la primera hora de la película me resultó muy interesante, por eso le pongo un 5. La otra mitad de la película se desenvuelve de forma totalmente ridícula. Se convierte en un sinsentido, incluso se me hace cansina viendo todo lo fantástico que quieren que veamos.

El final es muy malo, llega a desenvolverse la trama de forma más ingeniosa y decente y la película se hubiera mantenido al nivel de la primera hora, la película en si hubiera carecido de fallos. Al acabar de verla me da la sensación de que podría haber dado más de si, poco terror psicológico, que a mi parecer se lo intentaron dar pero no fue más que un intento fallido.

La apruebo porque me resultó original y la historia que intenta transmitir no es del todo mala, además se aleja un poco de las películas simples que estamos acostumbrados a ver, y consigue destacar por ello. Pero por lo demás, como ya he dicho antes, deja un poco que desear, si se hubieran dado "las vueltas" bien al final de la película, me hubiera gustado mucho.

Argumento original aunque con fallos en el guión. La elección de la protagonista nada acertada para mi gusto, ya que resta credibilidad a la trama; dudo mucho que un atractivo multimillonario se obsesione de una desaliñada Elizabeth Moss. En algunas ocasiones se hace lenta y soporífera.

Incluso la de Abott y Costello. Y ninguna de las dos eran obras de arte precisamente.
Un thriller de suspense sin apenas suspense, una ciencia ficción sin ahondar ni en la ciencia ni en la ficción, y un guión sin argumento.
A cada paso que da la historia ya sabes qué es lo siguiente que va a ocurrir. Y sobre Elisabeth Moss, la única actriz con un papel de importancia, nos da un cursillo acelerado de sobreactuación digno de estudiarse en las escuelas de interpretación.
La vi un sábado por la tarde y sólo me faltaba el logotipo de antena 3.