Perros de paja

Para mí "Perros de paja" es una película sobrevaloradísima en la filmografía de Peckinpah, pues es muy tediosa al principio, prácticamente anodina, dejando entrever únicamente algunos chispazos que serán importantes después. Parece que el director sólo trata de inculcar que si ha de haber violencia, la habrá; o que el fin justifica los medios. Por lo demás, he visto guiones mejor explicados y profundizados. Vale que Summer sea un hombre pacífico y tímido hasta el punto de que muchos lo crean cobarde, pero en mi opinión ese aspecto no queda lo suficientemente convincente (no recuerdo ninguna escena salvo la final donde se ponga a prueba su valentía como para que los del pueblo lo vean una víctima pusilánime en comparación con su fuerza bruta). Incluso en varios momentos hace caso omiso de la gravedad de los hechos que le insinúa su mujer (aquí spoilearé otra vez porque el personaje de ella también es ambiguo a más no poder, por muy buena que esté Susan George).
Peckinpah trata de crear una atmósfera agobiante, pero en mi opinión sólo lo logra en determinadas escenas como la de mover el gran cepo, o la del gato. Y no contaré nada más en la crítica general, por si alguien todavía la quiere ver.
Mi nota: 6,2

Lo más fascinante de Sam Peckinpah es como utiliza cada una de sus películas para escupir y soltar ante la cámara toda la rabia y la ira que lleva en su interior (a diferencia de otros como Tarantino que, méritos propio aparte, ensalzan la violencia como parte del espectáculo sin importar que sea innecesaria o vacua). Y sin lugar a dudas ahí es donde pervive gran riqueza de su cine particular, dado que si llegas a amarle (o a odiarle, cosa también muy común y nada sorprendente) y le perdonas sus licencias misóginas y bizarras.

'Perros de paja' es sin lugar a duda uno de sus mayores escupitajos ante la miserable sociedad con la que se ve obligado a convivir y cuya hipocresía es incapaz de soportar, y vierte contra todos sus estúpidos elementos todo su odio y su ira. Primero, contra el pringao que encarna aquí un cuasi imberbe Dustin Hoffman de los que les das una hostia y te ponen la otra mejilla, segundo, contra la calientapollas de su esposa (al parecer Peckinpah sería partidario de aquella idea imbécil de que si una niñata va en minifalda es que va provocando lo que va provocando y además es su culpa), y tercero, contra todos aquellos paletos de pueblo, mentes cerradas y catetas que la única letra que conocen del abecedario es la O y porque se puede hacer con un canuto, y vierte contra todos ellos la transformación del David en Goliath que representa aquí un Dustin que pasa de primo del pueblo a héroe, y con el cuál todo espectador acaba por verse obligado a identificarse, pues es capaz de conseguir que odies a todos los estercoleros vivientes a los que se ve obligado a enfrentarse, y a la puta de su mujer. Y es que para eso este autor tan singular como capaz de dejar indiferente, es único.

Sam cuece la tragedia a fuego lento y a la vez poco sutil (si es que hay algo de sutilidad en el universo Peckinpah soy yo el que se pega un tiro), desnudando rápido las intenciones y las actitudes de cada uno (y cómo no a una tremenda Susan George que no solo calienta la cámara, sino que la derrite), y regala por el camino secuencias tan ambiguas e inquietantes como la de la "violación" mezclada con la de la caza campestre, contribuyendo a dotar al desarrollo de los acontecimientos de un creciente halo trágico en el que se acaban consumiendo los propios personajes, que al final, jamás podrán volver a ser los mismos.


Dotado de todo su genio, Peckinpah convierte el aletargado drama rural del comienzo en un potente thriller de encierro, cargado de una brutal bomba de suspense capaces de provocar taquicardias en el respetable. Los asesinatos a cámara lenta y en repeticiones se vuelven parte del propio espectáculo, y convierten a 'Perros de paja' en una experiencia tan inquietante como magnética, conformando una película única y llena de genio, que la convierten no solo en mi peli peckinpahniana preferida, sino en una de las mejores películas que he tenido el gozo de disfrutar, así que déjenme de innecesarios y estúpidos remakes que yo disfruto con el hedor y las moscas de esta película.
Gracias por compartir tu rabia con nosotros tío Sam.

·LO MEJOR: El disfrute que provoca este increíble ejercicio de estilo. Susan George.

·LO PEOR: El personaje de David Warner no entiendo que función cumple exactamente.

Dustin Hoffman encarna a un pacífico matemático David Sumner quien en compañía de su esposa deciden pasar un tiempo en las zonas rurales de Inglaterra, donde algunos de sus habitantes paulatinamente perturban la tranquilidad de la pareja, tanto que Sumner irá transformando su conducta para hacer respetar su espacio.

Confieso que tenía bajas expectativas con este filme. Pero es tan solo de imaginar cómo se han de haber sentido las personas que vieron esta película en el año 71. Imagino a todos totalmente petrificados y horrorizados. No es una película de terror en lo absoluto, pero sí muy tensa y excesivamente violenta. Lo remarcable es sobre todo las actuaciones y los últimos 15 minutos de la cinta. No te puedes parar, no puedes respirar, demasiado suspenso, tanto que ya quisieran algunas pelis de nuestros años ya quisieran tener.

Como dato curioso, Straw Dogs se lanzó en 1971, justo el mismo año en que se estrenaron Dirty Harry y A Clockwork Orange. ¿Qué tenían en común las tres?: Excesiva violencia, lo cual les llevó a ser vetadas y severamente críticadas en su época.

Odiada por algunos y amada por otros. Es tu elección. La mía la segunda.

Notable comienzo, muy notable desarrollo y muy buen desenlace. Peckinpah se luce con este thriller, probablemente la mejor película de su carrera. El reparto trabaja de lujo, (¡Y qué guapa sale Susan George!) el montaje es soberbio (magnífica la escena en la que acuden a la cena benéfica) al igual que la dirección de fotografía, el guión es brillante y el desarrollo de los hechos sabe mantener el ritmo, todo ello acompañado por una genial banda sonora. Sin duda alguna, perros de paja se supo ganar un lugar en el Olimpo de las películas de culto. El realizador sabe como mantener la atención del espectador, aumentando la tensión y la intriga de los hechos a medida que avanza el metraje, y hace al espectador testigo de los hechos creando cierta apatía hacia el protagonista al principio, y una gran complicidad en el desenlace, tras haber visto el odio que puede generar la envidia, el simple hecho de haber nacido en otro sitio o tener un sentimiento hacia otra persona que nadie más puede tener. Tal vez demasiada exagerada la manera de resolve el conflicto, pero merece la pena. Recomendable al máximo.

Puede parecer una locura, pero Perros de Paja bien podría ser el antecedente de una película como Taxi Driver. Parece que por aquella época la forma de entregar la violencia estaba pensada de antemano. Películas donde parece que cuesta entrar al principio, donde posteriormente nos metemos en la piel del protagonista y sentimos empatía por él y, finalmente, una despedida en forma de violencia reconfortante a un nivel considerable.

Pero los tiempos corren, y cada vez se corre más. Es por esto que a estas alturas, como dije, a Perros de Paja le cuesta empezar con fuerza. No es, hasta pasada más de media hora, cuando empezamos a crear intriga en nuestro interior y a sentir verdadera curiosidad por la película. Probablemente se recuerde por esa sobredosis final de violencia bastante bien recreada, pero a mí también me llamó la atención la curiosa relación entre los personajes a mitad de la película.

Y es que los personajes están bien, pero los actores, permitidme dudarlo. Susan George sí goza de un gran nivel, pero Dustin Hoffman está demasiado frío en esa parte final donde cualquiera saldría loco. Tiene momentos de lucidez interpretativa, pero desde luego no es lo que más me gustó de la película. El resto de actores, pueblerinos de la localidad donde acontecen los hechos, es lo suficientemente carismático, así que ninguna pega.

Una película de culto que a día de hoy ya no se ve igual del todo. Puede que en 1971 no hubieran muchas películas así y se convirtiera en gran fuente de inspiración, pero negar que posteriormente se han hecho cosas mejores es una estupidez. Con todo, es una gran película que supera sus pequeñas cosas reprochables y que colma las expectativas esperadas creadas por su importancia.