Haz click aquí para copiar la URL

Fanny y Alexander

Drama La historia está ambientada en 1907, en Uppsala, Suecia, y se centra en los Ekdahls, la familia del joven Alexander y su hermana Fanny. Los padres se dedican al teatro y son felices, hasta que el padre muere de forma repentina. Al poco tiempo, la madre decide casarse con un líder religioso conservador, una decisión que cambiará sus vidas. (FILMAFFINITY)
<< 1 8 9 10 11 19 >>
Críticas 91
Críticas ordenadas por utilidad
26 de septiembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Masterpiece absoluta. La dirección de Bergman, la dirección artística, la ambientación, el vestuario, la fotografía (con sus encuadres) y las actuaciones son perfectas. Esta película rezuma arte y belleza por los cuatro costados. En un deleite para los sentidos.

Extraordinaria.

P.D: Debido a su amplia duración, recomiendo verla en dos sesiones porque es extremadamente lenta en su inicio, quizás su mayor debe, y exige mucha atención al espectador (como todo el cine de Bergman).
JavierArenales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de diciembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me resulta para nada fácil saber muy bien de qué va esta película, ni en realidad ninguna de las de Bergman. Quizás se deba a que no dirijo bien mi atención, o a que sencillamente doy para lo que doy. Lo que si que entiendo, o mejor dicho termino por entender poco a poco, es que quizás el cine se podría dividir en una clasificación muy simple: Películas donde algo les sucede a las personas (Fanny y Alexander); películas donde algo les sucede a las cosas (La jungla de cristal); películas donde algo les sucede a las personas y a las cosas (Gravity); y películas donde nada les sucede a las personas ni a las cosas (La gran belleza).

A los cíticos les encantan las primeras, a los que les gusta entretenerse sin implicaciones éticas las segundas, a los que saben de cine las terceras, y a los que les gusta rebuscar y hallar las cuartas (digo tambén hallar porque hay una enfermedad cinéfila que deriva solo en rebuscar, donde el hallazgo se rechaza por vulgar.)

A mí me gustan las cuatro, creo que con los cuatro modelos se puede hacer obras maestras, y éstas resultarán más difíciles en el segundo tipo. Porque hacer una buena película donde algo les sucede solo a las cosas entiendo que es muy complicado.

En cualquier caso, y con un poco de relajación y paciencia, las que más contribuyen a que podamos aprender algo y a ser por tanto mejores personas son las primeras. Suena cursi chorrón pero es así. Porque es en estas donde de verdad podemos ahondar en el sentir humano. Las que nos dan puntos de vista sobre cierto aspectos vitales en los que no habíamos caído. Porque nos pueden mostrar y hacernos comprender que no tenemos por qué avergonzarnos de ciertas cosas. Y también de por qué debemos arrepentirnos de otras ante las cuales no tenemos ese pensamiento. Esto último me parece muy importante. Una vida sin arrepentimiento, no digo cristiano digo racional, es la vida de los cobardes. Y más más más ......

Y lo que yo he aprendido de "Fanny y Alexander" es que es imposible vivir sin intoxicación. Y me parece un aprendizaje terrible. Puedes intentar mantenerte limpio, relacionarte solo de los seres que te importan y te hacen sentir bien, alejarte de los tontos, de los tóxicos y los dañinos. Da igual, como decía el escritor Martin Amis, los imbéciles son olímpicos e invencibles. Es verdad, porque aún muertos prevalecen sus fantasmas. Así que no nos queda otra que aprender a vivir con un cupo de intoxicación y saber lidiar con ella sin que se nos lleve nada que no le pertenezca. Al que aprenda esto último paso a declararme fan suyo de por vida.

Y unos besos.
Gepeto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hombre de teatro, de cine y padre de esa dramaturgia sueca tal y como se concibió como un honor al arte en que él se forjó durante décadas, Ingmar Bergman (con sesenta y cuatro años cumplidos) rindió cuentas a su obra y a su vida con éste colorista y a la vez sombrío retrato de juventud visto desde el prisma de los jóvenes que dan título a su película. Y concretamente al curioso y precavido Alexander (interpretado por Bertil Guve) no falto de desbordante imaginación, hijo y nieto de artistas, rodeado del círculo liberal y acogedor de unos tíos la mar de pintorescos y unas criadas a las que siente un amor principesco (entre ellas unas jovencísimas Pernilla August y Lena Olin). Tras la muerte del padre y la entrega a la fe amorosa de la madre a los fríos brazos de un obispo luterano, los cambios se presentan como una gélida tormenta en las vacías estancias del palacio del clérigo, sus hermanas y una tía enferma. Un decorado drásticamente opuesto al que el chico entonces había vivido rodeado de juguetes, marionetas y teatrillos y ahora despojado bajo la idea de una maldición familiar ocurrida en su gris habitación y al que él emplea como método disuasorio que le evita caer bajo la tutela autoritaria de un padrastro que no reconoce.

Bajo el peso de una doctrina y una ley de Dios impuesta bajo el juramento de una Biblia implican para Bergman un desafío a unas creencias que se imponen a la fuerza. Hay que echarle ojo a sus etapas filmográficas para entender hasta que momento el director de Upsala recurre a la metáfora (El Séptimo Sello) o a la moralidad (Un Verano con Monika) para insistir en sus reflexiones sobre el papel de la Familia, el calor y el regocijo del hogar y una forzada penitencia que se impone a la altura de unas circunstancias no esperadas pero tampoco deseadas. Incluso el simbolismo de la Muerte, como duda de si están en comunión con el mismo Dios también tiene esa misma duda (como así se refleja en la secuencia en que Alexander replica al fantasma de su padre sobre qué papel ejerce Dios en todo esto). Porque también hay unos terceros: la incapacidad de una abuela y unos tíos (que representan ésa calida unión familiar de artistas y confiteros de festín unísono) de volver unir a los suyos.

“Hamlet” de William Shakespeare (citada varias veces en la película) se preveía como algo irreversible. El amor a la madre, el odio al nuevo padre y el arrebatamiento del poder (en ese caso los sueños y la ilusión de los niños, negados en contra de su voluntad) Esa doctrina vista por el niño como algo sobrecogedor propio de otro mundo se convierte en el nexo principal de una película de visión imprescindible, repetible y no tan compleja como algunas y algo precipitadas conclusiones han proliferado sobre ésta. Mérito a la figura de un director inolvidable.
Natxo Borràs
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de enero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vida y muerte. Religión. Familia. El último gran legado de un genio. Viéndola no sabría decir si son esos dos pequeños los auténticos protagonistas, si lo es Bergman o si lo somos nosotros. Entiéndanme cuando digo que esta película lo significó todo.

Bergman habla de si mismo. Del teatro. De sus pasiones. Rinde sus armas, se deja llevar y pone fin a una de las carreras artísticas jamás rodadas.
newman
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de enero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rara y hermosa, novelística y fabuladora, Fanny & Alexander mezcla en su seno el marco de la memoria, la textura de los cuentos de hadas que se vuelven fatídicos y la sombra inevitable de la muerte y la destrucción. Con secundarios inolvidables (nunca había visto a un Erland Josephson tan deliberadamente tierno, cercano) y fantásticos retratos de mujeres que son, también, logros intermitentes sobre como vivir, Fanny & Alexander es un precioso monumento cinematográfico sobre el final de la infancia entre otras cosas.

Normal que fuera Bergman capitulando. ¡Qué emocionante!
Alvy Singer
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 8 9 10 11 19 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow