Sin respiro

Sin respiro se nos presenta como un thriller rebuscado. Va de menos a más, y no precisamente en calidad sino en exageración.

El prota, un teniente/policía, atropella a alguien sin querer y trata de tapar su falta. A partir de aquí la peli adopta el estilo "a ver como zafas de ésta". Enrosca al personaje en situaciones que comienzan siendo curiosas, luego insólitas, más tarde surrealistas hasta caer en un absurdo del que ya no sale ni el prota, ni el estilo, ni la peli (que aún así mantiene el tono de drama, cuando el mismo guión ya ni resiste como para tomárselo en serio).

La misma historia podría prestarse para una comedia, quizás así se adecuaría mucho mejor a sus propios delirios. Pero insiste en tomarse en serio a sí misma, apelando a pasajes de humor sin lograr salir del ridículo general que transmite. Llegado un punto, ya resulta insostenible en su credibilidad.

Del prota, pues...va a tono con el guión: este lo pone en situaciones imposibles y él opta siempre por intentar zafar aplicando la estrategia menos recomendada para la situación.

Inteligente, bien resuelta, con interpretaciones altamente ajustadas a lo que exige el entramado, se apoya en una óptima colección de buenos giros; añadidos a singulares argucias de guion, sorprendentes a la vez que efectivas.

Franck Gastambide: competente actor francés, ha desarrollada facetas de director, productor y guionista... aunque en SIN RESPIRO, solo nos deleita en su vertiente interpretativa, conduciendo esa historia fermentada en una notable a la vez que lúdica narrativa cinematográfica; funciona refrescando el catálogo Netflix.

Un bien merecido 7. Recomendable.

¿Casualidad? No lo sé. El caso es que, sin saberlo, visioné la original -A Hard Day- justo al día siguiente de "disfrutar" de "Sin respiro". Me quedé sorprendidísimo.

El caso es que su remake -la que nos acontece- es bastante básica en referencia a la primera. No hay ningún elemento que le añada fuerza o carácter, más allá de la propia historia -recopiada-.

Su actor principal, soseras donde los haya, no transmite carácter. La historia está carente de tensión. Los personajes fluctúan, pero sin rumbo. Todo es una copia sin alma.

Por supuesto, animo a todos aquéllos que todavía no hallan visionado este remake, que vean la original, sobre todo, porque tiene más enjundia y es original.

El abuso policial es la coartada para esclarecer un crimen. Está narrado en clave de thriller pero se autoparodia constantemente sin quererlo. Carece de la tensión que el director quiere imprimirle. Un film condescendiente arraigado a opacar su argumento sin ningún tipo de verosimilitud. Un aburrido ejercicio de fatalidad que se toma demasiado en serio tornandose en múltiples momentos vergonzosos.

Muy entretenida, me la recomendó un alma gemela con la que intercambiamos opiniones. Desde las primeras escenas sabes que si no se tuerce, te encontrarás con un entretenimiento al alza.

Netflix es una fuente de sorpresas, nunca te deja indiferente... o te enfadas o te compensa con los mejores regalos visuales. El año pasado las que más disfruté fueron de la plataforma: HOGAR y EL PRACTICANTE.

La imaginería que entrega el guion, ajusta el trabajo de Franck Gastambide resolviendo con pericia su interpretación. Al evitar las pretensiones mas comunes del género, eleva su atractivo.

Pongo spoiler para los puristas que quieren mantenerse lo más vírgenes posibles antes de verla, pero tampoco aporto información sobresaliente que descubra su entramado.