Edmond
1.846
28 de diciembre de 2008
32 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me dirigía el otro día a la parada del bus. Al levantar la cabeza vi que el susodicho acababa de zarpar. Levanté la mano por si acaso. Amablemente se me abrieron las puertas. Di los buenos días, las gracias, y pagué. El conductor, despectivamente y con sonrisa de hijo puta me recriminó con tono de capullo: "Te voy a tener que enseñar dónde está la parada, chavalín". Y a pesar de que lo de chavalín me hizo ilusión, su mirada desafiante y el hecho de ser el elegido para satisfacer su frustación, me dolió en el orgullo.
Algo parecido le ocurre a H.Macy en esta peli. Sin embargo, mientras que yo agaché la cabeza por sorpresa, o por humillación, y tomé asiento resignado sin levantar la voz, H. Macy
Algo parecido le ocurre a H.Macy en esta peli. Sin embargo, mientras que yo agaché la cabeza por sorpresa, o por humillación, y tomé asiento resignado sin levantar la voz, H. Macy
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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16 de agosto de 2009
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
El quid central de esta obra teatral del dramaturgo David Mamet (escrita en 1982) es una de esas leyes, no sé si de Murphy o de quién, que viene a decir más o menos: "Si piensa que las cosas le van mal, que la vida es insatisfactoria, prepárese; porque seguro que empeorará la situación." O sea, no reniegue de su estado de vida, por muy malo que sea, porque en cuanto lo haga, casi seguro que empeora más áun. Es decir, nunca crea que ya no podrá caer más bajo, porque de una vez se multiplicará lo negativo y el hundimiento. Si todo lo que puede ir mal no lo hace simultáneamente, lo hará en el peor orden posible, tal y como le ocurre al protagonista de esta historia, Edmond Burke (William H. Macy), porque lo normal es preverlo todo excepto lo que ocurrirá.
En fin, dicho con humor: "la ayuda de Windows nunca le ayudará"; "si falta una página, adivine dónde estará la información que necesita"; "el último día de sus vacaciones conocerá a la persona más interesante de su vida"; "los primeros kilos que se pierden son de aquellas zonas del cuerpo que hasta ese momento eran las únicas atractivas que tenía"; "los seguros lo cubren todo, excepto lo que sucede"; "cuando una caja de chinchetas cae al suelo, la última que recoja es siempre la penúltima"; "si se le cae una chincheta al suelo, no pierda el tiempo en buscarla, porque no la encontrará, simplemente descálcese un pie y pise con fuerza, al azar, cualquier punto de la habitación, no importa lo grande que sea, ¡ay! la encontrará al instante"; "sonría… mañana será peor".
Esta es en resumen la filosofía, la tesis de esta película.
El personaje principal siente frustración, no le gusta el estado de su existencia, necesita urgentemente liberación o salvación de algún tipo; entonces cuando trata de obtenerla empeora muchísimo más su vida, hasta un límite, una oscuridad, un fondo, un infierno insospechadamente peor.
Entre las excelentes reflexiones del autor David Mamet en su obra "Edmond", muy bien filmadas por Stuart Gordon en este filme, cabe destacar las siguientes:
* "Aún no has encontrado tu sitio en la vida."
* "Eres en la vida lo que mamas, y nada más."
* "Tenemos demasiadas presiones, un hombre tiene que escapar de sí mismo, porque la presión es exagerada."
* "¿Qué se puede hacer para escapar?: mujeres, poder, dinero, aventura, autodestruirse, religión."
Y decir por último que el magnífico actor William H. Macy sintoniza a la perfección con los personajes principales que suele crear David Mamet, esto es: seres de aspecto educado, limpio y burgués, aunque vacíos, insatisfechos, hartos y desgraciados por la estrés-asfixiante sociedad en la que estamos alienados. Así entre el actor y el autor se han dado más de una colaboración excelente, además de la presente, por ejemplo aquella estupenda obra de teatro también llevada al cine y que incluso dirigió el propio Mamet, titulada "Oleanna" (USA 1994).
En fin, dicho con humor: "la ayuda de Windows nunca le ayudará"; "si falta una página, adivine dónde estará la información que necesita"; "el último día de sus vacaciones conocerá a la persona más interesante de su vida"; "los primeros kilos que se pierden son de aquellas zonas del cuerpo que hasta ese momento eran las únicas atractivas que tenía"; "los seguros lo cubren todo, excepto lo que sucede"; "cuando una caja de chinchetas cae al suelo, la última que recoja es siempre la penúltima"; "si se le cae una chincheta al suelo, no pierda el tiempo en buscarla, porque no la encontrará, simplemente descálcese un pie y pise con fuerza, al azar, cualquier punto de la habitación, no importa lo grande que sea, ¡ay! la encontrará al instante"; "sonría… mañana será peor".
Esta es en resumen la filosofía, la tesis de esta película.
El personaje principal siente frustración, no le gusta el estado de su existencia, necesita urgentemente liberación o salvación de algún tipo; entonces cuando trata de obtenerla empeora muchísimo más su vida, hasta un límite, una oscuridad, un fondo, un infierno insospechadamente peor.
Entre las excelentes reflexiones del autor David Mamet en su obra "Edmond", muy bien filmadas por Stuart Gordon en este filme, cabe destacar las siguientes:
* "Aún no has encontrado tu sitio en la vida."
* "Eres en la vida lo que mamas, y nada más."
* "Tenemos demasiadas presiones, un hombre tiene que escapar de sí mismo, porque la presión es exagerada."
* "¿Qué se puede hacer para escapar?: mujeres, poder, dinero, aventura, autodestruirse, religión."
Y decir por último que el magnífico actor William H. Macy sintoniza a la perfección con los personajes principales que suele crear David Mamet, esto es: seres de aspecto educado, limpio y burgués, aunque vacíos, insatisfechos, hartos y desgraciados por la estrés-asfixiante sociedad en la que estamos alienados. Así entre el actor y el autor se han dado más de una colaboración excelente, además de la presente, por ejemplo aquella estupenda obra de teatro también llevada al cine y que incluso dirigió el propio Mamet, titulada "Oleanna" (USA 1994).
22 de noviembre de 2006
27 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se compara al inédito tándem compuesto por Stuart Gordon/David Mamet con el mítico formado por Scorsese/Schrader. Buena señal, aunque a este “Edmond” le falta una fotografía y ambientación mucho más decante y sucia para retratar de manera más veraz el descenso a los infiernos de su protagonista.
Las andanzas Edmond Burke se acercan más a “Un día de furia” que a “Taxi driver” o una versión dramática de “Jo, qué noche!” para ser claros. Deja, por lo tanto, esa sensación de que este viaje hacía la perdición podría y debería dar más juego.
No hay tampoco lugar para la decepción ya que se agradece enormemente que Gordon abandone las penosas adaptaciones de Lovecraft y a sus zombis reanimados para descubrir a otra clase de monstruo con mucha más profundidad y personalidad.
William H. Macy está estupendo, aunque si le acompañasen un arsenal de secundarios e interpretaciones de lujo (“Glengarry Glen Ross”) con una ambientación más cuidada estaríamos hablando de una película mayor.
Las andanzas Edmond Burke se acercan más a “Un día de furia” que a “Taxi driver” o una versión dramática de “Jo, qué noche!” para ser claros. Deja, por lo tanto, esa sensación de que este viaje hacía la perdición podría y debería dar más juego.
No hay tampoco lugar para la decepción ya que se agradece enormemente que Gordon abandone las penosas adaptaciones de Lovecraft y a sus zombis reanimados para descubrir a otra clase de monstruo con mucha más profundidad y personalidad.
William H. Macy está estupendo, aunque si le acompañasen un arsenal de secundarios e interpretaciones de lujo (“Glengarry Glen Ross”) con una ambientación más cuidada estaríamos hablando de una película mayor.
15 de junio de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran sorpresa, aunque no debería ser tal sabiendo que la historia está creada por David Memet. Edmond Burke es un hombre de avanzada edad que tiene dudas existenciales, y se pregunta qué es lo que está haciendo o quiere hacer con su vida. Va al trabajo, está casado, y vive de forma cómoda... pero no es feliz.
Un día, cansado, deja a su mujer y sale a la ciudad a vivir toda clase de aventuras. Intenta, por una noche, escapar de su vida; de su monotonía y hacer algo diferente, algo que le haga sentirse bien.
Actuación notable de William H. Macy, que encarna a este entrañable caballero, y que lleva el gran peso del film. De los actores secundarios sólo se salvan Joe Mantegna, genial su monólogo en el bar sobre la evasión de uno mismo, y la siempre cumplidora Julia Stiles.
Un día, cansado, deja a su mujer y sale a la ciudad a vivir toda clase de aventuras. Intenta, por una noche, escapar de su vida; de su monotonía y hacer algo diferente, algo que le haga sentirse bien.
Actuación notable de William H. Macy, que encarna a este entrañable caballero, y que lleva el gran peso del film. De los actores secundarios sólo se salvan Joe Mantegna, genial su monólogo en el bar sobre la evasión de uno mismo, y la siempre cumplidora Julia Stiles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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6 de noviembre de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún no ha encontrado su sitio. Y la película cuenta su búsqueda.
Son las patéticas desventuras de un perfecto imbécil. Sí, aunque eso supone quedarnos en la superficie. Hay más capas.
- La decadencia de Occidente. El derrumbe del Imperio. La raza blanca se está viniendo abajo. Están desconectados, perdidos. Ansían el contacto con la realidad, la comunicación con el otro. Clases medias desnortadas.
- La búsqueda de sentido. Vidas programadas que se descubren carentes, vacías, estériles y reprimidas. Vivir por encargo, como si tu vida no te perteneciera.
- La vida convertida en un gigantesco negocio, omnipresente. Todo es mercadeo, regateo y trapicheo. Todo está tasado y es vendible.
- La salvaje humorada. Gamberrada filosófica. El descalabro elevado a la máxima potencia. Todo, si se observa con detenimiento y atención, es ridículo, tristemente cómico.
Un cruce de "Taxi Driver" con los Coen más fabulescos. "¡Jo, qué noche!" y "El hombre que nunca estuvo allí".
Una parábola delirante que nunca pierde pie; que puede parecer que se engolfa, distrae y entontece, pero es solo la apariencia; en verdad lleva una dirección férrea, implacable, marcada y precisa.
De cómo un hombre débil, desolado y majadero encuentra su camino.
Son las patéticas desventuras de un perfecto imbécil. Sí, aunque eso supone quedarnos en la superficie. Hay más capas.
- La decadencia de Occidente. El derrumbe del Imperio. La raza blanca se está viniendo abajo. Están desconectados, perdidos. Ansían el contacto con la realidad, la comunicación con el otro. Clases medias desnortadas.
- La búsqueda de sentido. Vidas programadas que se descubren carentes, vacías, estériles y reprimidas. Vivir por encargo, como si tu vida no te perteneciera.
- La vida convertida en un gigantesco negocio, omnipresente. Todo es mercadeo, regateo y trapicheo. Todo está tasado y es vendible.
- La salvaje humorada. Gamberrada filosófica. El descalabro elevado a la máxima potencia. Todo, si se observa con detenimiento y atención, es ridículo, tristemente cómico.
Un cruce de "Taxi Driver" con los Coen más fabulescos. "¡Jo, qué noche!" y "El hombre que nunca estuvo allí".
Una parábola delirante que nunca pierde pie; que puede parecer que se engolfa, distrae y entontece, pero es solo la apariencia; en verdad lleva una dirección férrea, implacable, marcada y precisa.
De cómo un hombre débil, desolado y majadero encuentra su camino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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