Mi abuelo, uno de los grandes cinéfilos que conocí, me dijo que no hay comedias actuales como las de Chaplin, que no hay películas más plenas que las mudas y que no hay cine más hermoso que en blanco y negro. Yo nunca he estado de acuerdo, siempre me ha parecido que el cine clásico no ha envejecido (al menos la mayoría) muy bien. Que muchos de los considerados grandes clásicos no aguantaría el tirón en una cartelera actual.

El día que vi Luces de la ciudad marcó un antes y un después en mi. La testarudez y pedantería de un joven rebelde que se atrevía a justificar la grandeza de los clásicos llegaba a su fin, y abría una nueva brecha en su mente respecto al CINE.

Arte. Magia. Sentimiento. Emoción. Belleza. Ternura. Ya no eran palabras vacías ligadas a Clásico.

El día que vi Luces de la ciudad reí...

¡Y tengo que hacer una crítica de In Time! Miro el reloj tan chulo y llamativo que ya forma parte de mi piel, nueve minutos y cincuenta segundos. Si no consigo acabarla me autodestruiré.

Andrew Niccol me ha estafado. Confiaba en su buen hacer por "El señor de la guerra" y me encuentro con esta cosa. ¡Joder! Con la idea tan tremenda y original que tenía en sus manos, y qué mal la han aprovechado. ¿Por dónde empezar? Empezamos muy mal cuando el personaje de Justin Timberlake (en fin...) sin ningún tipo de coherencia y/o motivación sustentada decide arriesgar la vida por un misterioso y rico desconocido, y le salva. Y a cambio de nada. ¡Ja! Pero qué molón eres, Justin. Nadie diría que te acabas quedando con el siglo y pico de vida. Mi reloj marca ocho minutos y cuarenta y cuatro segundos.

Continuamos con su periplo, y accedemos a un momento sin duda épico y trascendental, en el cual el héroe de turno (véase Timberlake) intenta salvar la vida a su amada madre (por cierto, vaya madre). Ni qué decir, que por un segundo no consigue salvar su vida. Claro, mantenerla con vida era un estorbo para Justin, un cabo que le ataba al gueto, y por otra parte, darle por fin una motivación personal para hacer lo que hace, y se basa en la venganza ¡Qué remedio! La muerte de su madre no es artificial ni nada, ni el guión hace trampas en este aspecto, ¡Qué va! Tic-tac, siete minutos y cincuenta y dos segundos.

Y nos topamos con la Seyfried, que no sé qué le han hecho en el pelo, con lo mona que es. Hay que admitir que realiza una actuación digna de admirar, con la variedad de expresiones faciales propias de una piedra. Del colosal Justin ni hablamos. Ya marca siete minutos y un segundo.

Justin y Amanda se enredan en una causa que no tiene ni pies ni cabeza. Van por el mundo cual Robin Hood, robando a los ricos y dándoselo a los pobres. Vale, es una actitud súper noble y justa, pero ¿Por qué no entienden que el sistema no puede aguantar una sobrecarga de tiempo para las personas? ¿Por qué no entienden que así provocan una descarada inflación de la moneda? ¿Pan para hoy y hambre para mañana? ¿Por qué Andrew Niccol no tiene ni idea de economía? ¿O sí la tiene, y quiere tomarnos por tontos? Amanda decide hacer causa propia la de Justin, y se "fuga" ( me refiero a que no regresa a casa) con él, con un desconocido para robar a su propio padre. ¿Qué actitud tan hipócrita es esta? Y otro asunto... ¿Por qué al Guardián del Tiempo le da por no mirar su reloj? ¿No es esto lo que se llama un guión tramposo? ¡Ay! Cinco minuto y treinta y siete segundos.

(Sigue sin revelar en spoiler)

Clint lo ha vuelto a hacer. Cuando parecía que "Gran Torino" sería el gran sello a su carrera, nos vuelve a sorprender con este arriesgado biopic sobre John Edgar Hoover, el impulsor del FBI. Ya antes había hecho incursiones en el género, prueba de ello son "Bird" o la reciente "Invictus".

Se trata de una película que presumiblemente arrasará en los Óscar, al menos en cuanto a nominaciones, debido al insulso 2011. Es un modelo que gusta mucho en la Academia, obras centradas en personajes reales y/o polémicos así como connotaciones históricas. El ejemplo está en el último premio a la Mejor Película.

El montaje es sencillo pero digno de admirar. El film está narrado en diferentes líneas temporales, se utiliza el recurso de la "entrevista" con el agente Smith para narrar sus vivencias pasadas (que se mezclan), y al mismo tiempo mostrarnos su presente. Va mucho más allá de lo políticamente correcto, e incluso se llega a insinuar que Hoover tuvo incidencia en la muerte de M. L. King, algo de lo que se ha especulado pero sin estar demostrado. Así como tampoco estaba demostrada la relación que mantenía con su ayudante Clyde, pero de esto si hay indicios claros. Eché en falta un poco más de malicia en la llamada que Hoover realiza a Bobby Kennedy, pues éste reconoció posteriormente que parecía que se alegrara por la muerte de su hermano. Clint arriesga, y a mi juicio, gana.

Consigue, como resultado final, humanizar a un personaje que siempre se nos ha mostrado frío, distante, con escasas relaciones sociales y personales. Algo "villano", en resumidas cuentas. El film se centra en su orientación sexual y la relación con su madre, algo manipuladora, que incluso le llega a decir que prefiere a un hijo muerto antes que homosexual, hecho que acaba atormentando a Hoover.

DiCaprio está genial, es un gran J. Edgar, y este año parece que sí, le van a dar ya una estatuilla que por lo menos le deben. Hace una actuación madura y formidable, aunque gran parte del mérito lo tiene el maquillaje que presenta con gran dosis de fidelidad a Hoover entrado en años. Clint era de los pocos clásicos contemporáneos con los que no había trabajado DiCaprio, y se suma a la larga lista de los Scorsese, Spielberg, Nolan, Allen etc.

Muy recomendable, pero no esperen que las 2 horas de duración den para mucho de Hoover, pues como ya he comentado, se centra más en su lucha personal y en humanizarle que en representar el fenómeno que producía Hoover en la alta sociedad estadounidense, con los innumerables trapos sucios que tenía a su favor. Una lástima, porque podría haber sido más grande.

"Scarface" es la obra cumbre de Brian De Palma, un director que combina obras irregulares con buenas películas. Aunque no sea uno de los grandes, siempre se pueden visionar películas diferentes e interesantes. También tiene su parte del mérito Oliver Stone, otro director de renombre que en este caso "sólo" se encarga del guión.

Y con "El precio del poder", asistimos a la creación de un personaje inolvidable. Tony Montana es a efectos naturales uno de los carácteres histriónicos mejor logrados del cine, gracias a un Al Pacino brillante. Impagables todas sus escenas, cargadas de tensión y mitificadas (como por ejemplo la nariz empolvada de Tony, que ya pasará a la historia del cine).

La dirección es enorme. Brian De Palma tiene un talento formidable con el manejo de las cámaras, prueba de ello es la propia escena final o algunos de sus ya conocidos planos secuencia. La ambientación también es muy destacable, el ambiente de lujo que rodea a Tony en la mayor parte de su ascenso está bien logrado, ayudado por la impresionante mansión que incluye un jacuzzi o por el propio Babylon Club.

A pesar de todo esto, se trata del mismo esquema convencional que rodea a todas las películas sobre mafias, gangster o similares. Pero ésta va un poco más allá, trata con más profundidad el narcotráfico y su entramado organizativo, así como aspectos morales sobre los mismos y sobre la ambición. Cuando vi la película se crearon en mi mente distintas interrogaciones. ¿Quien es más malo, la persona que se lucra del tráfico o las personas que lo permiten? ¿Que es mejor, saber cuándo decir basta, o querer siempre un poco más? ¿Hay que arriesgar en la vida y prosperar, o conservar y asegurar todo lo que tienes?

"Son los tipos como este, y los banqueros y los políticos los que quieren que la cosa sea ilegal, para así poder sacar tajada de ello"

"Necesitan personas como yo, necesitan a alguien como yo para apuntar con sus malditos dedos y decir: ¡ése es el malo!, y, ¿ústedes qué son?, ¿buenos?, que va, solo saben esconderse, y mentir, yo, no tengo ese problema, yo, siempre digo la verdad, aún cuando mienta"

Palabra de Tony Montana. Incluso cuando miente.

"Drive" es el mejor film del año hasta la fecha. Es de esas películas redondas en todos los sentidos, lo tiene todo para ser considerada de culto en un futuro cercano. Sombría, profunda, reflexiva, perspicaz y brillante.

Nicolas Winding Refn hace un uso realmente excepcional de la cámara. Cada plano de la película está bien enfocado, cada escena está bien rodada y cada secuencia queda perfectamente montada.Es una cinta de acción, dramática, thriller y al mismo tiempo no es nada de eso. El director danés se hace un nombre con una película difícil de catalogar, que sin duda conquistará al público.

Un guión común pero profundo, conciso y a buen grado enigmático acompañan a Ryan Gosling en una interpretación muy loable. Su personaje sin nombre es solitario y retraído, pero a la vez muy comprometido y con cierto grado de bipolarismo... que se cruzará en el destino de una madre y su hijo.

Ambientación exquisita, perfecta recreación de una ciudad maravillosa. Buen homenaje a la ciudad de Hollywood, con toques de gran cine. El ritmo es trepidante, te mantiene en vilo durante toda la película, y recuerda a grandes clásicos de gangsters. Puro efectismo, espectacularidad a cargo de Refn y su uso con la cámara, acompañado de una banda sonora coherente y electrizante. Arte en todo su conjunto, película de gran fuerza visual y dotada con un lenguaje propio.

Disfruten del viaje.