Heavy Metal 2

Como en el caso de Bakshi, no toda la animación para público adulto es de calidad. He aquí otro ejemplo, más sangrante, si cabe, al autoproclamarse segunda parte de uno de las mejores películas de animación en años, la portentosa "Heavy Metal". Aunque las comparaciones resulten odiosas, son inevitables, por genética animada. Donde "Heavy metal" era una película de historias cortas con un hilo conductor, con diferentes estilos en el diseño de los personajes, asociados a los principales dibujantes de aquel entonces como Moebius, Corben o Wrightson, tenemos en "Heavy metal 2000" una animación chapucera y cutre, sin padre conocido, y una única y básica historia, una historia realmente floja.

Porque un film de animación para adultos no consiste en añadir macizorras que se despelotan de vez en cuando, vísceras y sangre y obscenidades innecesarias; eso no es para adultos, es para adolescentes. Uno pide a este tipo de films algún destello de inteligencia, algo ausente en Heavy Metal 2000, le pides una historia coherente, le pides épica a una batalla que puede destruir la realidad y sobre todo, no le pides un estúpido chiste fácil al acabar el filme.

En cuanto a la animación, es realmente de baja calidad, incluso para los años en los que se estrenó.

Y para rematar, realizan algún homenaje al primer filme, como recrear la escena en la que Taarna se viste en el estanque con su traje de batalla. Aquí, lamentablemente, parece cualquier cosa menos épico, quizás me recuerda más a Pretty Woman. Qué triste.

Regular, muy regular continuación del film de 1981.
Mientras que el original era una sumatoria de breves segmentos de terror y ciencia ficción -adaptándose así al formato de la revista en la que se inspiraba- no todos brillantes pero en el peor de los casos aceptables, Heavy Metal 2000 opta por un único relato de ciencia ficción cargado del mismo nivel de erotismo y violencia que poseía el film original, pero con una historia totalmente rutinaria y predecible, casi al punto del aburrimiento.

El film de 1981 sirvió, además, como campo de experimentación para una cantidad de incipientes efectos digitales aplicados a la animación. Pero la versión del 2000 no innova desde lo técnico prácticamente en nada y visualmente no tiene mayor impacto que otros productos similares de la época tales como "Titan A.E." entre otros.

Una continuación innecesaria, que solo se deja ver, pero nada más.

Secuela estrenada casi dos décadas después de aquella 'Heavy Metal' de 1981 que tenía a Ivan Reitman produciendo y a actores como John Candy, Eugene Levy o Harold Ramis aportando sus voces.

En esta secuela, que en realidad no tiene nada que ver salvo algún guiño por la forma en la que se hace alguna escena, no hay ninguno de esas personalidades y los sustituyen gente de producción que no tenían el talento ni el saber hacer de aquella. Solo destacar a Michael Ironside y al cantante Billy Idol como únicas personas con talento.

La animación, siendo del año 2000, le ha sentado peor el paso del tiempo, es una trama de principio a fin pero sin el gancho de la primera cinta y el erotismo llevado con más finura es aquí sustituido por secuencias más chabacanas.

Una secuela totalmente prescindible que se podrían haber ahorrado y dejar intacto el legado de la primera, que tampoco era buena, pero comparada con esta es una obra maestra.

Magnífica de principio a fin. Esta, al contrario de la primera, cuenta una sola historia en vez de varias, una gran historia que mezcla magníficamente fantasía y ciencia ficción y que la verdad, daría cualquier cosa por poder verla hecha por personajes reales.

Tiene muchísimo gore cojonudo, que, aunque sea de dibujos animados, sigue siendo gore y del bueno. La música creo que no hace falta decir que es magnífica, aunque se hecha en falta que se oiga más rato, como en la primera.

El dibujo está muy muy currado, las tias demasiado buenas, como tiene que ser, los paisajes cojonudos y las escenas de acción flipantes. Una gran película muy recomendable.

Poca cosa. Secuela poco digna del film ochentero, hecha a destiempo, con guión infantiloide, MacGuffin manido, diseño de personajes simplón, desarrollo tedioso y animación de bajo nivel.

¿Lo mejor? la banda sonora.

¿MI CONSEJO?

DEJEN LA ANIMACIÓN SEXUAL Y VIOLENTA PARA LOS JAPONESES.

ELLOS SÍ CONOCEN EL TEMA.