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Charlot en la calle de la paz (C)

Comedia Charlot se presenta para guardia municipal y consigue el trabajo. Lo malo es que tendrá que encontrar el valor suficiente para enfrentarse a los delincuentes. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
23 de junio de 2017
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta un tanto perverso, sino muestra de falta de luces, juzgar una obra de 1917 con los parámetros cinematográficos de cien años después, y resulta ya ridículo juzgar un burlesco como se estuviéramos ante una obra neorralista. Pues bien, esto es lo que hacen algunos participantes de este foro. Insinuar que esta obra está sobrevalorada, que el tratamiento de la drogadicción es burdo y sonrojante y que tiene toques moralistas porque se da una visión amable de las "misiones protestantes" es no enterarse, como se dice popularmente, "de qué va la película". Se puede discutir o no si este filme es una obra maestra, sobre todo porque casi nadie se pone de acuerdo en decidir qué es una obra maestra, pero lo que es más difícil de poner en duda es la calidad de esta cinta y sobre todo su influencia posterior, que es como decir la influencia de Chaplin, no sólo en el mundo del cinema sino en la cultura universal. No voy a desgranar técnica y ni artísticamente este filme (hay montones de libros donde nuestros "sagaces" rompemitos de 'Filmaffinity' pueden ilustrarse), pero fueron películas como esta (y otras como "El emigrante", "El chico", "Día de paga", "El balneario" y tantas otras de su época muda) con las que Chaplin forjó una de las obras más sólidas de la cinematografía. Y no sólo porque fuera un hábil "humorista" (limitar a ese papel al artista británico me parece un sarcasmo) sino porque entre otras muchas cosas fue un estupendo director de cine, un magnífico director de actores, un extraordinario productor, un actor excelso, un guionista sobresaliente y un insuperable organizador de cuadros, además de músico interesante. En fin, que Chaplin no es un cualquiera que pasaba por ahí y que quien no lo vea así que se pare un poquito a reflexionar sobre lo que es el cine y lo que son las películas de Charles Chaplin.
jokinr
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25 de junio de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que mas me gusta de Charlot en la calle de la paz es la crítica social de sus tiempos y tambien muy cercano a los nuestros, es el mensaje que deja al espectador. Algo tan conocido como la miseria, la desesperación o el desempleo hace que los vecinos de la calle de la paz lo arreglen todo de forma contraria al nombre de la calle. Charlot le pone humor, ritmo y acrobàcia a una calle donde se muestra caótica, ruidosa y alborotada.
Su música es un regalo para los oidos.
La Noia del País del Nord
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1 de febrero de 2017
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
16/16(22/01/17) Viendo este cortometraje que cumple 100 años, me he dado cuenta una vez más como se tiende a idealizar de modo superlativo el periodo del cine mudo, sobre todo por aquello que fue la génesis del cien adulto sonoro que vendría después, y no es que no hubiera obras maestras en esta era, que las hay y muchas, pero se tiende a “engordar” su calidad cintas, y sobre todo me refiero a los cortos de de humor, siendo el primero que los sublima yo mismo por la memoria de niño en que vi muchos de ellos. Y es que este corto del genial Chaplin deja buenos momentos pero quizás no sea para la puntuación que se le da en FA. Es una obra con la que más que sonreír esbozas una tímida sonrisa, tiene momentos meritorios, sobre todo el casco de gas que “inventa” Charlot, pero en su conjunto es un esbozo de lo que está por dar el humorista inglés, probablemente el mayor icono del Séptimo Arte, tratando en este metraje señas de su universo particular, criticando la pobreza, la miseria, las penurias sociales, adentrándose en el maltrato machista, incluso tratando el tema de la drogadicción, algo (creo) inédito en el cine, pero abordado de un modo burdo y sonrojante, visto hoy día como se enfoca esta lacra chirría bastante (spoiler). Charlie Chaplin entró en la industria del cine en 1914 y en 1916 ya era el actor mejor pagado del mundo, después de firmar un contrato con la Mutual Film Corporation por un salario de 670.000$. En la Mutual construyó Chaplin su propio estudio, permitiéndole la compañía libertad total para hacer 12 películas de dos carretes durante un período de 12 meses. Chaplin posteriormente reconoció este período de la realización de películas como la más creativa y liberadora de su carrera. En 1919 Charlie Chaplin creó la United Artists junto a Mary Pickford, DW Griffith, y Douglas Fairbanks. En 1919, Mutual Film Corporation cesó la producción. Al igual que muchas otras compañías establecidas en este momento, fue absorbida por las grandes empresas, en este caso las oficinas de reservación de Cine de América y las últimas imágenes de RKO Radio. Con la excepción de las películas de Chaplin, la mayoría de los cortos y los dramas de características Mutua se pierden. Mencionar que el villano Goliat de este corto es Eric Campbell, malo fetiche de Chaplin en sus trabajos, esta fue su última colaboración, y es que murió después en accidente de automóvil cuando iba borracho (20/12/17).

En un barrio pobre y conflictivo llamado Easy Street, a la policía le cuesta mantener la ley y el orden. El pequeño vagabundo (Chales Chaplin) decide tras una charla en una misión religiosa, ayudado por el encanto de una bella misionera (Edna Purviance) reformarse y unirse a la policía. Tras un rápido adiestramiento es enviado a la Easy Street, donde deberá enfrentarse al fortachón Goliat (Eric Campbell).

Es una cinta que como en el humor chaplinesco prima el slapstick, la comedia física, destacando en este aspecto los enfrentamientos que tiene con Goliat, especia de alegoría paródica bíblica de David frente a Goliat, la inteligencia (astucia) frente a lo poderoso y cuasi-indestructible físico. Y es que el malo malísimo del film es tan estrella como Chaplin en la cinta, por lo exagerado de su personaje, muy de comic (recordando a muchos villanos de Ibáñez), no le afectan los golpes de porra, no hay dolor para él, aguanta estoico, capaz de destrozar como si nada unas esposas, una bestia que parece indestructible, muy divertido el actor Eric Campbell en el modo en que afronta sus acciones. Chaplin despliega su clásica ternura mezclada con su astucia callejera. Edna Purviance cumple con su rol florero.

Chaplin vuelve subliminalmente a dejar constancia de su ideario político de izquierdas, enmascarando en su humor un submundo patético de barrios marginales donde reina la corrupción moral, con robos de comida por hambre, con tráfico de drogas, con violencia doméstica, con potenciales violadores, ensalzando Chaplin que la justicia ha de ser moldeable para hacer justicia (valga la redundancia) con los necesitados. Para ello pone en contexto de precariedad social a un puñado de personas en un barrio conflictivo, donde las malas tentaciones y la crueldad es la nota predominante, y aquí debe prevalecer la inteligencia pícara del antihéroe vagabundo, aquí vestido predominantemente de policía, aderezado esto con toques moralistas, como es el incrustar en el relato el buenismo que intenta implementar una misión cristiana en el barrio.

La puesta en escena es propia del tiempo y de la plata que manejaba Chaplin, con una buena dirección artística de George Cleethorpe (Los cortos de Chaplin “El emigrante” o “El aventurero”), creando en los Estudios Chaplin de Hollywood el deprimente barrio Easy Street, esto bajo la fotografía de Roalnd Totheroh (habitual de Chaplin; “La quimera del oro”, “Luces de ciudad” o “Tiempos modernos”), dota de una visualidad sobria la acción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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31 de enero de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charlot vuelve a ser el típico vagabundo, que durante unos gags graciosos en la iglesia, decide cambiar su vida y transformarse en policía, y aquí viene la chicha de toda la historia.

Un hombre, malo malísimo (que vuelve a ser Eric Campbell), un hombre imposible de atacar y que todo el mundo le tiene miedo, va Charlot con su inocencia y lo liquida. A partir de aquí, otra serie de gags de más tortazos, lo típico.

El tandem de Eric con Charles y una damisela, que también suele ser Edna, parece el trio ya fijo como si habláramos de La Trinca.

Me sorprende que meta el tema de la droga. Una jerenguilla. Un drogata. Y sus efectos. Nunca me he parado a pensar cuando nació el tema de las drogas, y me ha sorprendido que en esta época ya existía. No me refiero a otro tipo de drogas, si no ya la droga de jeringuilla (a saber lo que será).
edugrn
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