Crimen en Hollywood

El tratamiento de la película, muy correcto, corresponde más al capítulo de una buena serie policial de misterio que al cine Noir. Se trata del clásico argumento rebuscado de quién será el asesino en un teatro de operaciones en el que cualquiera podría serlo. Bien llevado y bien dirigido, con profesionalidad patente. A los personajes los puedes incriminar sin problemas, están muy correctamente presentados. El problema es que no se parte de una acción actual, no es ir sobre la marcha parejo a un crimen reciente. Hay tiros que añaden intranquilidad pero resultan fuera de su tiempo y te queda ese dicho de... agua pasada no mueve molino. Y luego incluyen un teniente de la policía que más que investigar, suele aparecer para dar el parte y sonreír.

No es mala película, está Julie Adams y a su alrededor, mucha gente del cine. Muchos son viejas glorias, y uno de ellos, un asesino.

Delimitar qué es serie B y qué no, siempre es dificil y complicado. Estamos en uno de esos films que por producción, actores y director podemos encuadrar en ese género. De todas formas no sería importante. El caso es que tiene un buen guion con un desarrollo "in crescendo", que recuerda vagamente a "Sunset Boulevard" aunque la diferencia es abismal. El film cuenta además con una sintaxis perfecta donde no hay una plano de mas y seguramente de menos. Si se puede, merece hacer el experimento de ver el film sin mirar el reloj y dejarse llevar por la historia que dura 76 minutos. Es increible como el tiempo se dilata y al terminar el film uno ve que todo esto se ha contado en tan poco tiempo. Hay un plantel de actores secundarios excelente con una eficaz interpretación de R. Conte y una fotografía en Blanco y Negro de gran expresividad y calidad. Si además, como en mi caso, se puede ver en una versión excelentemente restaurada y con una gran calidad en la reproducción, el film puede degustarse en toda su calidad.

Es una verdadera sorpresa esta producción de serie B dirigida por el prolífico e incombustible William Castle sobre un productor de Nueva York que va a Hollywood buscando un estudio donde hacer sus películas y queda fascinado por la oscura historia del asesinato de un mítico director de cine mudo, cometido veinte años antes, en 1929, en el mismo estudio y que nunca pudo aclararse. Ello le decidirá a llevar a la pantalla la historia al tiempo que trata de averiguar qué es lo que realmente sucedió, lo que le permitirá ir conociendo a toda una serie de personajes del mundillo del cine y meterse en numerosos problemas y peligros. Con unos escenarios y localizaciones magníficos –y hasta algún pequeño cameo como el de Joel McCrea-, un más que competente Richard Conte como protagonista y la bellísima Julia Adams, se desarrolla con inesperada brillantez y en 75 aprovechadísimos minutos esta breve y refrescante película. Una pequeña delicia sin colorantes ni conservantes a la espera de un fino paladar que le haga justicia. Recomendable.

Una película interesante esta Crimen en Hollywood, de un director como William Castle con una trayectoria un tanto irregular, aunque cuenta con más de una película reseñable en su haber. Ésta quizá entra con mucha claridad en una clasificación de películas menores o producciones comunes, nada que ver con las grandes obras del periodo, y sin embargo, estas obras menores son las que dan la pauta de qué esperar de esa cinematografía. No son las grandes películas las que hacen la norma, son este tipo de celuloides.

Crimen en Hollywood te retrotrae en muchos aspectos con el clásico de Billy Wilder El crepúsculo de los dioses, película estrenada un año antes que ésta. El cine dentro del cine (máxime cuando el periodo al que se "rinde homenaje" es el cine mudo), el asesinato... Establecer la relación es obvio, aunque la película de William Castle se va por los derroteros del cine negro, sobre todo por lo argumental más que por lo estético. Un productor se siente cautivado por la historia de un famoso director del cine mudo, que fue asesinado, y tras imbuirse de su historia y su cine, decide llevar a la gran pantalla su historia. Esta fascinación por el difunto en cierto modo casi podría recordarnos también a la celebérrima Laura de Otto Preminger, estrenada unos siete años antes.

La corta duración del filme no da tiempo a que la trama se embrolle demasiado, y es quizá ese aire ligero el peor defecto que tiene Hollywood story, que no permite que la trama llegue a ser intriga, si bien, incluso prescindiendo de la atmósfera más sombría propia del género la película resulta entretenida.

Las historias que giran en torno a un "fantasma" al estilo Rebeca, en mi opinión no terminan de funcionar, anda mejor en libros, pero en cine o series como recurso narrativo es preferible el fhasback, usar la imaginación cuando lo que vendes son imágenes audiovisuales, me parece contradictorio.
Lo peor: se pasan la película hablando de un personaje que nunca vemos ni escuchamos más que a través de los demás. La historia va en paralelo entre la película que se quiere hacer sobre el asesinato y el descubrimiento del mismo.
Meten a un policía ahí que literal es como si hubiera visto luz y entrado, no tiene ningún sentido y se haga amigo de Larry.
La película da vueltas y después resuelven todo a las apuradas.
Lo mejor: ahí un uso bastante bueno de la meta ficción, de romper la cuarta pared. También Castle hace un muy buen plano en el enfrentamiento final, el uso de los decorados e interiores está perfecto. Se nota que el tipo su cercanía con Orson Welles había sido una influencia positiva.