Pistoleros

Buen western, recio y vigoroso.
Amparado en un buen guión, conciso, con buenos diálogos (trabajado guión de Alan Le May, que adapta una novela de Zane Grey, de quien tantas obras leí de niño y jovenzuelo), y los tiros tan precisos como certeros, la película camina in-crescendo, dejando un muy buen sabor de boca.
Se trata de una serie B, pero realizada con esmero, dignidad y algunas escenas de acción de gran realismo dramático (¡cuidado, pequeño spoiler va!): (cuando el ayudante del sheriff intenta aplastar al protagonista con su caballo).
Además de esto, hay humor del bueno y la música acompaña sutil e inteligentemente a los gags.
En suma, una buena película que, creo, no fue estrenada en salas comerciales españolas. Una pena, se la perdieron.

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Es del Oeste y de las primeras. Destaca una antológica pelea entre un hombre a pie y otro a caballo y una pelea bajo los caballos.
Basado en una novela de Zane Grey, hay buenos, malos, chica... y Randolph Scott, el número 2 (tras John Wayne) del Oeste.
Los amantes del género la disfrutarán, sobre todo si tenemos en cuenta el año de realización.

La novela, “Twin Sombreros” (1940), surgió como una secuela de la historia, “Knights of the Range”, que, Zane Grey, publicara en 1936, y en la cual cuenta la historia de una mujer llamada Holly, hija de un coronel del cual hereda el Rancho Don Carlos, ubicado en Santa Fe, Nuevo México. Habiendo recibido una amplia formación en un internado del este de los EE.UU., Holly se ve forzada a regresar y ocuparse del gran imperio ganadero de su padre, para lo cual cuenta con el apoyo del capitán Britt -brazo derecho de su finado progenitor-, quien le ayudará a luchar contra los codiciosos ladrones y cuatreros que rondan la zona.

En vista de que no he leído la novela -pues, por más que me gustan los llamados westerns en el cine, creo que puedo contar en los dedos de una sola mano los títulos de novelas de éste género que alguna vez me hayan interesado-, ignoro exactamente qué tan fiel sea el guion que escribiera, Alan LeMay, basado en “Twin Sombreros”, pero, leída la sinopsis del libro, podría afirmar que es una versión bastante libre a la cual se le han modificado muchos nombres y situaciones, y positivamente, se le ha añadido ese tinte progresista que se comenzaba a imponer por aquellos años.

Se trata en, <<PISTOLEROS>>, de un hombre muy hábil con el revólver llamado, Brazos Kane (Keene en la novela), quien, un día, termina hiriendo a su mejor amigo, cuando éste lo prueba para saber, por fin, quien es más hábil para desenfundar. Desde entonces, Kane renuncia a las armas y decide marchar a un lugar donde cree que podrá dedicarse a una vida tranquila lejos de la zozobra de encontrar siempre a alguien que quiera retarlo. “Lo malo de ser famoso por disparar -le dice certeramente el sheriff de su pueblo- es que todos los jóvenes del país querrán desafiarte”.

Pero, la vida pondrá a prueba a Brazos -como lo llama todo el mundo en referencia a su habilidad-... y pronto se verá investigando la muerte de Bob Tyrell, el amigo con el que pensaba llevar una nueva vida. Ésto lo llevará hasta la hacienda, “Twin Sombreros” (en alusión a las hijas del hacendado que, en la novela son gemelas, pero, aquí son, “solo”, dos muchachas bellísimas) y allí conocerá a Banner, el "poderoso señor del territorio".

Lo que se aviene, demostrará la suerte de retorcidos manejos con los que tanta “gente bien” consigue nadar en la abundancia (“Los pastos se han obtenido con un hombre muerto por cada kilómetro”); dejará bien clarificada la diferencia entre un agente del orden corrupto y uno que se ajusta a la ley y a la dignidad; e intentará demostrar que las armas y la puntería solo traen desgracia, rivalidad y riesgo permanente (“Aquel a quien mates tendrá amigos. Cuantos más mates, más enemigos tendrás”)… aunque al final -como suele ocurrir en los westerns progresistas- es un revólver el que termina acabando con el problema.

Randolph Scott, tiene aquí otro llamativo western y complace verlo acompañado de dos actrices de esas que deslumbran y fascinan cada que las vemos. Sus nombres: Barbara Britton (Bess) y Dorothy Hart (Jane), dos chicas que darán mucho que hacer al héroe de turno y lo pondrán a tambalear al momento de decidirse.

El director, George Waggner, tiene aquí un western visualmente impecable, con una trama envolvente y sociológicamente muy interesante.

Título para Latinoamérica: HORIZONTES DE SANGRE

No tiene nada que ver con el personaje de Randolph Scott, ni con él mismo como actor, pero "Pistoleros" no acaba de funcionar y se queda lejos de lo que podría haber sido. Tal vez se le vea el plumero a todo, tal vez no hay ni una concesión a la sorpresa y todo resulta demasiado obvio. Sí es cierto que los tiros están bien puestos, que hay alguna escena bien montada, pero lamentablemente todo lo que le ocurre a "brazos" Scott es demasiado previsible. ¿Qué puede acabar haciendo un tío recién llegado a un pueblo que es un crack con la pistola y que renuncia a darle al gatillo?; pues eso, con la presentación misma queda clarísimo lo que va a suceder. No da más de sí.

Más cosas: esa absurda aceleración del movimiento durante una persecución, sin sentido, tan chirriante como inexplicable, en lo que podría haber sido uno de los mejores momentos de la película. Es más propio de la televisión que de cine de serie B, algo totalmente fuera de lugar. Queda claro que lo de las gemelas no es la mejor idea que podría haber presentado el ideólogo del guión, que además también ofrece unos diálogos de bajo coste, así que ¿qué queda?; una película medianamente entretenida, con un protagonista infalible mil veces visto ya en esos años 40, y que al menos son menos de noventa minutos y no tenemos que aguantar una masacre de indios con sus plumas y sus estupideces.

Para seguidores (muy seguidores) del western y sobre todo poco exigentes.

Son muchas muertes violentas las que se están produciendo en las luchas de la frontera. Harto de la fama de pistolero que arrastra consigo allá donde va, Brazos Kane (Scott), abandona los revólveres y pone tierra de por medio buscando un lugar donde no lo conozcan para levantar un rancho y llevar allí una vida normal.
Inocente, "Ningún pistolero puede colgar las armas, y menos con tu historial", la literatura y el cine del género nos ha explicado a todos que eso es imposible. La fama, la mala fama, va muy por delante de las cabalgaduras y camina a una gran velocidad.
Encima, tiene la mala fortuna Brazos de hallar tiroteado al propietario del rancho donde pensaba establecerse. Y, claro, forastero, pasaba por allí y es acusado enseguida de su muerte. Menos mal que consigue deshacer el equívoco y salvar el cuello. De momento.
Una vez más estamos ante el abuso de poder del rico propietario que domina la zona. Esta vez desde el rancho "Dos sombreros", Banner (Barnett) controla la comarca con la ayuda del capataz Bard Macky (Cabot) y de duros pistoleros acostumbrados a apagar la lumbre de sus cigarros en la palma de la mano. La parte femenina corresponde a las bellas hijas del ranchero Bess (Britton) y Jane Banner (Hart), que experimentarán una curiosa evolución en relación con Brazos por el que ambas se sienten atraídas. En el papel cómico el clásico mexicano, José (Geray), un cocinero amable y divertido.
A todo esto deberá enfrentarse un hombre desarmado con la escasa ayuda de un anciano y de un joven inexperto. Malos presagios, "¿Qué es esto? -Un velatorio por un hombre que aun no está muerto". Naturalmente, al final Brazos deberá empuñar las armas si quiere salir airoso del lance. Otra vez la violencia, ahora con estadísticas: "Un hombre muerto por kilómetro cuadrado". Resultado, "Demasiadas sillas de montar vacías".
Planteamiento y guion muy poco original. Como ya se ha comentado destaca la escena de la lucha desigual entre un ayudante del sheriff que acosa con su montura al desarmado Brazos que va a pie. Buenas cabalgadas, preciosos paisajes fordianos en las inmediaciones de Monument Rock y una adecuada banda sonora. Personajes estereotipados con personalidades poco profundas, excepto en el caso de las Banner que muestran una cierta complejidad. Correctas las interpretaciones de todos actores.
Dirigida con acierto, resulta una obra con mucha acción que mantiene la atención del espectador en todo momento.
Para nosotros una buena película. Y poco conocida.