El gran restaurante

Es una pena que, una comedia con un arranque tan divertido, con casi treinta minutos de diversión absoluta, se deje abandonar a una subtrama insulsa que acaba por apoderarse de ella. De Funes es no solo el protagonista sino también coautor del argumento, lo que sin duda nos obliga a echarle parte de la culpa. Sin embargo el De Funes actor está en su salsa durante los primeros treinta minutos del metraje. Un gran cómico que habría que reivindicar más a menudo.

Una buena peli de comedia. En vez de cosas exageradas, da gusto ver una peli simple que se rie de las personas humanas, esos defectos que tiene un dueño de un famoso restaurante. La primera mitad es muy buena, con unos chistes muy agudos y geniales (de carrera, el mejor es el de Hitler). Sin embargo, cuando empieza la trama del Presidente, decae bastante, pues los chistes ya no son tan agudos ni tan buenos. Eso sí, es corta y te mantiene hasta el final pegado a la pantalla y una resolución muy buena y simple.

Entre las más de cien películas que avalan la carrera de Louis de Funès, encontramos en esta cinta una desternillante historia sobre un restaurante (cuyo personaje, Mr Septime, regenta) y las componendas derivadas de su peculiar carácter. El neuroticismo adulador y el afán controlador que sufren sus empleados nos proporcionará una buena dosis de carcajada, al menos en la primera mitad de la película. A partir de ahí va perdiendo fuelle progresivamente, diluida en un argumento exento de complicación.
No cruzarías la acera para ver esta comedia, pero es muy recomendable para esos ratos sin nada mejor que hacer que abandonarse a la risa honrada y al humor sin alardes del cómico francés por excelencia del siglo XX

Producto ligero para los que disfrutan con Lous de Funés. Trepidante, pendientes de cada gesto del notable cómico que centra el interés de toda la cinta. El argumento no es significativo: un presidente sudamericano que desaparece en el restaurante que regenta De Funès, que se ve envuelto en la conspiración. En la primera parte, antes de la desaparición, el recital del cómico aporta un gran disfrute. En la segunda, tras la desaparición, las escenas de persecución restan protagonismo al cómico y se hacen rutinarias. Pero llegando al final ....

Louis de Funes comediante francés que supo desde la banalidad, hacer películas divertidas y para pasar un rato agradable. Aquí protagoniza al dueño de un restaurante que tiene en vilo a todos sus empleados con el objetivo de disponer lo mejor a sus clientes, pero lo que es bueno para unos no lo sera para otros ya que tiene el desagrado de sus empleados. Así entre mueca y mueca o disfrazándose, característico de él, tratará de averiguar lo que ya sabe que sus empleados no lo quieren. A todo esto recibe la visita del presidente de un ignoto país que es secuestrado y se verá envuelto en el conflicto. Hay risas, muecas y sobre todo inocencia de un humor que ya no esta y al menos yo extraño.