Haz click aquí para copiar la URL

Católicos (TV)

Drama Ambientada en un futuro próximo. Como consecuencia de un movimiento ecuménico (Concilio Vaticano IV), la Iglesia Católica se ha unido a otras religiones y ha eliminado gran parte del dogma original del Catolicismo. Un grupo de monjes irlandeses se rebelan contra esta situación y reaccionan volviendo al pasado: empiezan a decir la misa en latín y a actuar según el dogma católico tradicional. Así las cosas, Roma decide enviar a un ... [+]
1 2 >>
Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
13 de agosto de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una película antigua, de 1973. Respira las resonancias del Concilio Vaticano II, anunciado en 1959, abierto en 1962 y clausurado en 1965. Un concilio peculiar cuya lengua oficial fue el latín y cuyos resultados, pasado ya casi medio siglo, no pueden calificarse de positivos, ni siquiera para la Iglesia. Ya en esa línea, la novela como la película parecen inspirarse en el movimiento de Marcel Lefevre.
Curiosamente la película, que comienza planteando una cuestión religiosa (hablar de teológica es excesivo) y en tonos relativamente elevados en determinados momentos, se resuelve pasado su ecuador en un problema personal y, quizá por ello, más profundo: la incredulidad del abad que rige una comunidad creyente.
Trevor Howard, auténtico protagonista del film, realiza una gran labor lo largo y lo ancho de su actuación. Martin Sheen está ligeramente ridículo, no tanto por su actuación personal, sino por la endeblez de su personaje, simple mandado de la autoridad. Queda Raf Vallone en su papel como padre general de la orden monástica a la qué pertenecen los anteriores. Es quizá la mayor argumentación en favor de la existencia de un Dios, porque solo en otra vida podría perdonársele la payasada de su actuación. Una actuación ridícula que, en todo caso, arrastra el director que la consiente e incorpora a su película.
Al final una película que contrapone una Iglesia que se cree revolucionaria, hace yoga, viste a la moda y se mueve en helicóptero y unos monjes que viven su fe, creen en los milagros y son fieles a su voto de obediencia. En medio un abad, descolocado espiritualmente que se termina considerando como gerente de algo.
La película tiene la duración justa, los escenarios adecuados y un final medido y duro.
RARRA
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de mayo de 2018
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el momento en que, en mi característica avidez intelectual, leo sobre la Historia del Cristianismo, de la Iglesia Católica y del Concilio Vaticano II, sirviéndome, respectivamente, de tres grandes católicos como son Paul Johnson ("Historia del Cristianismo"), Ricardo de la Cierva ("Las Puertas del Infierno") y Ralph Wiltgen ("El Rin desemboca en el Tíber"), se me cruza en el camino una película tan inquietante como es esta adaptación del libro homónimo del novelista irlandés y ateo -- aunque educado en una familia católica -- Brian Moore, quien ha conseguido plasmar en su obra un agudo sentido del significado del Concilio tras escasos 8 años de su conclusión. Imprescindible para entender lo que nos hemos estado jugando tras el Vaticano II, cuando la legalidad de la herejía modernista, principal pretensión de los padres conciliares liberales ("Alianza del Rin"), parece haber cundido en la Iglesia Católica, deseosa de un ecumenismo mal entendido que nos llevaría, según esta ficción, a la abolición del dogma de la transubstanciación y, por ende, al vaciamiento y a la destrucción de la fe, como paso siguiente a los cambios ya realizados por el Concilio Pastoral que trajo la Misa Nueva en vernáculo y de cara a los fieles. Las actuaciones de Trevor Howard y Cyril Cusack dan grandeza a una película que queda grabada en la retina y en el corazón, aunque sea para quitarnos el sueño a los católicos, invitándonos a perseverar en nuestra fe.
Helga Maria Saboia Bezerra
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de noviembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Católicos es una interesante película británica de 1973 que refleja varios puntos fundamentales de las problemáticas postconciliares del Vaticano II. El film se presta a la reflexión, a pesar de que hoy en día creo que la mayor parte de sus conflictos están bastante superados. Vamos a comentar el argumento y después apunto los temas que me ha suscitado su visionado a partir de los protagonistas principales.

La película se ambienta de manera futurista en los finales del siglo XX, en los que tras un hipotético Concilio Vaticano IV se ha creado una Hermandad Ecuménica en la que todo el cristianismo se ha unido en una sola confesión y se busca incluso la unión con todas las religiones del mundo. La práctica religiosa ha decaído y por ello se busca una unificación de credos aún a cambio de renunciar a lo genuino de cada Iglesia. En la Iglesia Católica, por ejemplo, los sacerdotes visten todos de seglares, se ha prohibido la confesión privada, no se cree en la presencia real de Cristo en la Eucaristía y tampoco está permitido decir la misa en latín. Un monasterio de la costa de Irlanda edificado en el siglo XII y dirigido por el abad Tomas O’Maley (Trevor Howard) se rebela contra todo ello y el superior de la Orden en Roma (Raf Vallone) envía al Padre James Kinsella (Martin Sheen) para arreglar el asunto. En los diálogos entre el abad y el legado romano es donde se encierran las dos visiones teológicamente contrapuestas que se enfrentaron en el Vaticano II y que aún hoy en día siguen de alguna manera vigentes.

El Padre James Kinsella es un joven sacerdote revolucionario, viste de laico, es dialogante y tolerante, reza en una postura zen y apoya que la religión sea más una doctrina social que una fe. Defiende la Teología de la liberación, a los sacerdotes que ayudan a derrocar gobiernos y acata las órdenes de sus superiores sin cuestionarlas. Cree que la ortodoxia de ayer es la herejía de hoy y que si no se evoluciona los fieles abandonarán la Iglesia.

El Abad Tomas O’Maley, por su parte, es un sacerdote más maduro, chapado a la antigua, defiende todas las tradiciones y cuestiona las modernidades de la nueva Iglesia. Cree que la clave de la supervivencia de la Iglesia están en la jerarquía y la obediencia ciega, lo que le causa un conflicto al tener que obedecer órdenes de Roma y a su vez hacer que su comunidad obedezca esas órdenes que él no comparte. Dirige una comunidad religiosa que cumple los votos de pobreza, obediencia y castidad a rajatabla pero que se rebela contra la visión moderna de la Iglesia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaime salado
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de septiembre de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Causa perplejidad que en 1973 haya podido realizarse un film (de TV) como este, que contiene una crítica tan penetrante a la reforma litúrgica (y más que litúrgica) que el Concilio Vaticano II trajo a la iglesia. Es cierto que en ese año ya podían preverse las consecuencias negativas, por no decir nefastas, de la misma para la religión católica; pero tanto como para inspirar una novela y una película (pequeña, eso sí, pero con grandes actores) de anticipación, en que se prefigura la crisis disolvente que estamos viendo hoy, cincuenta años después, en el papado de Francisco... Verdaderamente es asombroso.
A cualquier persona interesada en la deriva del catolicismo debe interesarle ver esta película, por más que la única copia disponible (que yo sepa) es una que anda por Youtube, con muy pobre calidad de imagen, y por más que la trama no se limite al asunto de la malhadada reforma de la misa, sino que introduzca, un poco por los pelos, el tema de la fe, la presunta incredulidad del personaje encarnado magistralmente por Trevor Howard.
Esto sí que es cine religioso de calidad, como ya no se hace hoy en ningún sitio.
Cenizales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de agosto de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustó la ambientación y las actuaciones pero el guión no me pareció muy definido, para mi deja muchas cosas en el aire o muchas cosas confusas.

En la iglesia se produce una evolución que no es bien aceptada por los monjes de una abadía, que deciden volverse hacia prácticas más antiguas, y ahí entra en juego el voto de obediencia, la crisis de fe, la rebeldía hacia unas normas impuestas que van en contra de la tradición, el poco margen de maniobra referente a las directrices de Roma.

A pesar de los buenos diálogos entre el abad y el enviado de Roma el rumbo que tomó el guión no llegó a captar mi interés de una forma contínua y a la postre se hizo un poco pesado.
kiki
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow