Los impostores (Matchstick Men)

Definiría esta película como una extraordinaria sorpresa. El tema es el de los engañabobos, por ejemplo: llamar a una señora y decirle que le ha tocado un premio estupendo en un sorteo pero debe ingresar primero los gastos de lo que sea y va la tía y lo hace. En la película parece que estos estafadores se dedican a ello como auténticos empleados de empresa, con su horario, sus normas, sus trajes… Todo es como muy funcional.

El caso es que los personajes que aparecen hacen que el asunto de los timos sea lo menos importante del argumento y que lo que verdaderamente nos va a interesar sean sus vidas, una atención debida a si podrán reconducir sus vidas de alguna manera a raíz de nuevos acontecimientos, si seguirán adelante con esa seriedad y esa profesionalidad hasta que se puedan retirar un día como aparentes ciudadanos honrados.

El obsesivo, extraordinario papel de Nicolas Cage, su colega, la muchacha que aparece de pronto, la mujer de la caja del supermercado y la víctima del timo, crean un ambiente fabuloso de intriga comedida y expectante. Uno se mete en la trama totalmente entregado, sobre todo gracias a un Nicolas Cage que con sus gestos y sus neuras está que lo borda. Yo lo admito: Muy bien Nicolas Cage.

Sin multitud de giros tontos, sin estruendos, Ridley Scott, cuidando los detalles, nos presenta unos personajes intrigantes, perfectos, de trato extrañamente… familiar.

La película es un lujo. Me engancha irremisiblemente. La música estupenda, un uso extraordinario de la técnica de filmación. La moqueta impoluta, los zapatos del señor Cage muy bien colocados en el armario, igual que las latas de bonito en aceite y la piscina del chalé limpísima, todo nos habla de un comportamiento hermético del que sufre un TOC. La hija buenísima, supercariñosa y la cajera… De la cajera no digo nada pero simpatiquísima; ya podía ser así la cajera que hay en el DIA al que voy a comprar. Menuda tía antipática y menudas voces que pega a sus compañeras. Un día cuando vaya a pagar la tengo que engañar como sea… Esa sí que es una impostora.

No sigáis porque desvelo un poco pero tengo que soltarlo.

Me ha parecido bastante buena esta película, desde que empieza hasta que termina el film, me ha mantenido atento al monitor, es una comedia con mucha intriga en la que a los actores no les importa ningún valor humano, solo el dinero y van hacer lo que sea para conseguirlo, esá muy bien la película.

Nicolas Cage increíble, menuda interpretación, llegas a pensar que está loco de verdad. La B.S.O. es muy buena, se deja notar desde el inicio del filme con una canción de Frank Sinatra; y se mantiene muy bien durante toda la película. La fotografía es buenísima, de Jonh Mathieson; que ya nos impresionó con “Gladiador”. El guión está bien, los diálogos son bastante buenos, aunque la verdad es que se hace un poquito larga para mi gusto, pero lo arregla Ridley con ese final tan bueno que nadie se esperaba, en definitiva, un filme que te recomiendo para pasar un buen rato.

Si hay una cosa que realmente me patea el estómago, son aquellas películas perfectamente ensambladas, meticulosamente calculadas, pero todo debido...a una casualidad. ¡¡¡¡ Noooooooooooooooo !!!! ¡¡¡¡ Por Dios, necesito al médico de Cage !!!! Creo que me va a dar un ataque de ansiedad. (Spoiler)

Creo que es el personaje junto con el de Leaving las Vegas, en el cual Cage se maneja mejor, osea, un tipo desequilibrado, histérico, incontrolable. Aquí caben todas sus sobreactuaciones, porque dan el pego. El personaje mola la verdad, meticuloso, obsesivo con la limpieza a grados superlativos. Con una fobia que lo anula en muchas ocasiones. Ridley Scott ha estado maravilloso con la fotografía y los movimientos de cámara, los primeros planos, muy bien en ese sentido. Los personajes pasan de puntillas por la historia, no sabemos ni de donde vienen, ni a donde van, ni el principio, ni el fin, ni el alfa, ni la omega. Y terminamos igual, o a mi me lo ha parecido. El desarrollo es lento, cansino y extremadamente largo, ¿1 hora y 51 minutos para contar esto? Madre de Dios.

Y las estafas no son de primera, son de categoría preferente. Hay que ser muy estúpido para que nos puedan estafar como a cualquier personaje de la peli, primos sí, frikies no.

Si os gusta de verdad el cine de estafa, os recomiendo 9 reinas, eso si que es cine del bueno, con una trama que te atrapa desde el principio y con menos presupuesto.

Después de dos excelentes filmes bélicos (la inconmesurable "Gladiator" y la muy entretenida y lograda "Black Hawk Derribado"), Ridley Scott volvió a su estilo anterior, más contenido y humano, digno de "Thelma y Louise" o "La sombra del testigo". El resultado es "Los impostores", la obra que le da a Scott la oportunidad de cambiar de género, a Nicholas Cage de ofrecernos una de sus mejores interpretaciones, y nos descubre el talento de Alison Lohman (que fue capaz de interpretar a una chica de 14 años con 26). El argumento está muy trabajado, con unos personajes humanos y bien desarrollados (pese a que los secundarios no parecen especialmente definidos, si no que están un poco descuidados en su dibujo, pues la trama se centra principalmente en Roy y su hija), y el guión combina muy bien escenas de personajes y una trama de timos muy lograda, con un final muy, muy inesperado. Además, es muy entretenida (si te gusta el género), y sus dos horas pasan volando. Merece la pena, sin lugar a dudas.

Poderoso film de Ridley Scott que narra con fluidez y corrección una historia entretenida, llena de sorpresas para los personajes y para los espectadores. Destaca la interpretación de Nicolas Cage, de la familia Coppola, que ofrece un papel en el que se supera a sí mismo.

La fotografía, dirigida por John Mathieson, utiliza con preferencia la iluminación natural, incluso en las escenas de interior. Esto le permite ofrecer en numerosas ocasiones imágenes a contraluz e imágenes en las que los efectos del claroscuro adquieren apariencias de gran naturalidad. Aprovecha, además, efectos de transparencias y reflejos, sobretodo en las escenas que se desarrollan en el interior del coche con los cristales elevados.

Los encuadres utilizan con habilidad recursos (como la progresiva degradación de los efectos de luz y color) que producen sensaciones ópticas de profundidad. En otras ocasiones se aproximan al rostro de los personajes para hacer de ellos una descripción minuciosa, sugerente y visualmente atractiva. Me han gustado los movimientos de la cámara, que me parecen precisos, eficaces, suaves y pulcros.

La banda sonora incorpora canciones de Frank Sinatra, composiciones de Mozart (“Las bodas de Fígaro”), canciones de los años 60 del siglo pasado ("Perfidia") y emotivas melodías interpretadas solo con percusión e instrumentos de viento, que resultan muy gratas de oir. La dirección de Ridley Scott destaca por su fuerza y por el dominio que en esta ocasión parece tener del lenguaje cinematográfico.