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El techo de cristal

Intriga. Drama Una joven que vive sola y aburrida en un apartamento empieza a asustarse cuando cada noche oye unos misteriosos ruidos en el piso de arriba. Su vecina intenta convencerla de que son los pasos de su marido cuando vuelve del trabajo; pero la chica no se deja persuadir y comienza a investigar. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
30 de abril de 2013
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una original mezcla de intriga y terror psicológico donde Eloy de la Iglesia propuso un interesante contraste físico y artístico entre dos de las mujeres más bellas que ha tenido el cine español, Carmen Sevilla y Patty Shepard. Ambas actrices brillan con luz propia en la película. Carmen como la mujer imaginativa cuyas extrañas sospechas se irán confirmando como realidades y Patty como la mujer sugestiva e inquietante con la que nunca se sabe a que atenerse. Del reparto hay que destacar también las colaboraciones de dos intérpretes de la categoría de Fernando Cebrián y Encarna Paso, esta última como una amiga que visita a Carmen Sevilla acompañada de una niña impertinente. Tiene alguna escena desagradable como es lógico tratándose de un film de Eloy de la Iglesia pero es una buena película llevada con habilidad que parte de una fascinante idea argumental. Engancha al espectador y a pesar de los defectos que tiene es casi una obra maestra que no es fácil de olvidar desde luego.
Cromatico
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11 de junio de 2011
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller especulativo en el que una mujer aburrida durante los contínuos viajes de su marido se entretiene imaginando siniestras motivaciones a los ruidos que se oyen en el piso de la vecina de arriba. El joven casero de ambas, que también vive en la finca y la atractiva chica que reparte la leche, son los otros vértices para una figura de difuso contorno.

Como ocurriría después en La semana del asesino con Vicente Parra, se hace protagonista a una actriz a la que se saca del contexto habitual, Carmen Sevilla, y que deambula algo inexperta en estas lides.

Entre recurrentes cigarrillos y tazas de café, calor ambiental, esporádicos desnudos femeninos (en la época de las dobles versiones iban dirigidos a un incierto mercado internacional y suprimidos con saña en la proyección patria) es un curioso y claustrofóbico ejercicio que gira detenidamente hacia diversas sendas y converge en una línea decididamente deudora de Darío Argento.
Ennis
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28 de junio de 2017
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Eloy de la Iglesia lleva fuertes cargas sexuales y angustiosas que sobrepasa el morbo lo cual no es malo ni mucho menos. Esta forma de hacer cine tiene su suspense y magnetiza de tal forma que puede uno prescindir de criticar algunas cosas que no convencen.

Es un cine de aire experimental por el comportamiento de los personajes, sus reacciones y la falta de alguna aclaración, pero lo que cuenta es que se logra un clima de intriga que te mantiene atento.

Decir que aquí Carmen Sevilla está de lo más sugestiva y que hace de un personaje que psicológicamente demuestra sufrir una tremenda falta de atención, lo que le lleva a esos momentos íntimos en las que se debate sola en la cama, a esas escenas irreales en las que se encuentra con unos y con otras, y que primeramente le hará adentrarse en lo que parece una sencilla investigación.

Para ello Eloy de la Iglesia forma un escenario en una especie de hotelito, o urbanización a las afueras, con casas adosadas, antiguas, muy a propósito para el ambiente, y unos personajes solitarios sin nexo de unión de ningún tipo para aumentar ese aire de soledad claustrofóbica. El casero, su amiga que ordeña la vaca, su amigo lascivo, etc, más las dos mujeres con los maridos ausentes por trabajo.

En definitiva, una trama extraña con un giro más que aceptable, rodada con coherencia, sencillez y efectividad.
floïd blue
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21 de abril de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un Eloy de la Iglesia antes del cine quinqui, cuando en su momento se entregó a una producción próxima al cine italiano. Eloy de la Iglesia era una personalidad fuerte e insobornable que se atrevió a retratar los peores sueños de su época, allá entre los sesenta y los setenta del pasado siglo. Ejemplo de ello es esta película, su cuarto largometraje, sin duda su primer éxito de importancia.

Esta película de E. de la Iglesia se sitúa es la primera de cuatro que realizó de corrido, cuatro piezas concretas y únicas de nuestra filmografía: esta que comento ahora; La semana del asesino (1972) con Vicente Parra; Una gota de sangre para morir amando (1973); y finalmente, en el mismo año de 1973, Nadie oyó gritar, donde Carmen Sevilla alternaba con Vicente Parra. Decía Iglesias que estas películas pertenecían a etapas de “amor y muerte”.

Esta cinta es un producto heterodoxo, incluso espeluznante, algo que algunos consideraron fallido, pero que con el tiempo ha ido ganando, por su estilo, un sello propio y particular, y por tener una estructura poco común para el momento en que se realizó, y para nuestro cine en particular. Al final, en los diez últimos minutos, todo se precipita siendo deudora de la telenovela.

Este film fue creado, diseñado y pensado para “descolocar” al espectador, hacerle perder el paso. Por eso, quien la vea, tiene aceptar este desafío y tener la mente abierta a cualquier imponderable, a cualquier reto, pues esto es la cinta, un reto para el espectador que es introducido de hoz y coz en un mundo viciado y único, cargado de elementos perversos, un mundo que incluso carece de pregnancia, de una estructura al uso, que resulta provocador. Una trama extraña con un giro importante y más que aceptable, rodado con sencillez y efectividad.

Tiene la cinta ciertas características singulares de esta primera etapa de su director, del mismo modo que las otras tres de la saga que he mencionado. Por ejemplo, es un cine antimachista, y el peso principal de toda la historia recae sobre el personaje femenino que interpreta Carmen Sevilla, una protagonista desasosegante, turbadora, una mujer cuyo marido se ha ido de viaje, que habla con su gato a solas, y una historia en la que “el techo de cristal” hace referencia a los ruidos que oye de la vecina de arriba, que presagian una relato que ella va inventando, todo ello en un ambiente turbio, vago y confuso.

Constantemente se oye a los cerdos hozar, un sonido ambiente que invita a que nos metamos en algo truculento. Además, en el relato se mezclan elementos típicos como la fatalidad, también el gusto por los juegos de infidelidades, por el morbo evidente o la inclusión de elementos gore con cadáveres troceados, lo cual hace que quien visiona la cinta se sumerja en la óptica general de la película de la que se puede decir posee un duro clima de incomodidad, una atmósfera que las escenas y cada fotograma acaban generando.

Estupendo guion de Eloy de la Iglesia y Antonio Fos, bien escrito y cuajado. Buena la música de Ángel Arteaga sirviendo a esta molestia y turbación de la que hablo. Y buena la fotografía de Francisco Fraile.

En el reparto, Carmen Sevilla es el centro, en una de sus mejores interpretaciones, una Sevilla mezcla de candidez, buena educación e inquietud. Ella siempre ponía esta película por delante de cualquiera otra de su filmografía, como que era la película que más le había reportado a su carrera. Sea o no cierto, lo que sí ocurre es que la figura de la Sevilla juega fuera y dentro de la pantalla. Como ella mismo dijo: “El público se impresionó cuando me vio en el Techo de cristal, y me llevé todos los premios también”. Eloy de la Iglesia sabía que no sólo trabajaba con una actriz importante, sino también con la imagen que esa actriz provocaba en el público, o sea, trabajaba con un mito. Y ofrecía la oportunidad, no sólo de ver al mito de otra forma, sino de que el público se viera sí mismo de otra manera también. Acompañan con un nivel bueno otros actores y actrices como Dean Selmier, bien; la muy hermosa Patty Shepard, merece la pena; Emma Cohen con un rol y un trabajo importante; u otros/as.

Se trata, en fin, de un thriller detectivesco y especulativo, una película que tuvo una buena respuesta en taquilla, con más de 1.000.000 de espectadores. De ella dijo Carmen Sevilla: "Es la película más hermosa que he hecho nunca".
Kikivall
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13 de marzo de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con calculada pausa y merced a un hábil juego de cámaras, E. de la Iglesia consigue generar una atmósfera propicia para que en ella destaquen los contornos de una inesperada trama de cine negro que perfila sus límites a medida que avanza el metraje.
La acción trascurre cadenciosa y la parsimonia parece la clave pero, a pesar de ello, la dentellada de la intriga hace mella en el patio de butacas y el largometraje cobra verdadera dimensión de thriller.
El director demuestra su aureola de fino psicólogo así como su dominio de los secretos de la narrativa cinematográfica.
El elenco, por su parte, contribuye en buena medida al éxito de la producción.
ABSENTA
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