El ojo de la aguja

La habré visto unas seis veces, y seguiré viéndola siempre que pueda: no me cansa. La primera vez, era yo un crío, y no sabía ni en qué estaba basada ni conocía la opinión de ningún crítico.
Ahora sé que adapta la novela "Eye of the needle" ("La isla de las tormentas" es el título en España), de Ken Follet, una pequeño clásico de la intriga política de espionaje. El amante del género encontrará en el argumento motivos de sobra para incluirlo entre sus favoritos: un buen trabajo de investigación que lo hace totalmente verosímil (aunque la existencia de este espía sea hipotética); tensión durante la parte en la isla; trabajados personajes (deseos, engaños, complejos, frustraciones...); etc.

Los actores son adecuados y cumplen con creces. La dirección también.
Algunos le achacan un principio lento, pero yo creo que es interesantísima la conexión de la historia con la Operación Overlord. Siempre me ha impresionado ver cómo actúa un espía de verdad, y esta vez, además, el futuro del mundo está en peligro. Nunca dejarán de sorprenderme los entresijos de la Segunda Guerra Mundial.

Realización de Richard Marquand, que le valió el encargo de dirigir "El retorno del Jedi" (1983), de la serie Star Wars. Se basa en la novela "Eye Of The Needle" (1978), de Ken Follett, adaptada por el guionista Stanley Mann ("Viento en las velas", 1965). Se rodó en escenarios naturales de Inglaterra y Escocia (Mull y Oban) y en Shepperton Studios y Twickenham Film Studios (Inglaterra). Producida por Stephen J. Friedman, se estrenó en EEUU el 24-VII-1981.

La acción tiene lugar en Londres, Berlin y en la Isla de las Tormentas (Storms Island) de la costa occidental de Escocia (RU). Tras un breve prólogo (1940), la acción se desarrolla a principios de 1944, a lo largo de unos 10 días. Heinrich "Henry" Faber es un espía alemán, infiltrado en la Administración británica, que obtiene información relevante sobre las tropas aliadas a las órdenes del general Patton estacionadas en el Este de Inglaterra y su relación con la operación de desembarco masivo en Francia en junio de 1944. Llamado a Berlin, y perseguido por la policía, huye de Londres a la costa occidental de Escocia, donde ha de recogerle un submarino alemán. Se le conoce por el apodo de "La aguja" en atención al hábito que tiene de asesinar a sus víctimas con un estilete. Es un psicópata inteligente, frío y despiadado.

La película es una historia de amor, un relato de espionaje en tiempos de guerra, un obra de suspense, un drama y un thriller de acción. A lo largo del film se producen 7 homicidios, un accidente que causa una paraplejia, una mutilación, un intento de incendio y otros incidentes. Las relaciones que Henry mantiene con los que le rodean se ven condicionadas por su exagerada reserva, sus engaños y su obsesión por no dejar ningún rastro que permita su identificación, persecución y captura. Acogido en la Isla de las Tormentas por David y Lucy Ross, sus relaciones se mueven en una espiral de amor, desconfianza, temor, tensión, pánico y horror, bien administrada, acompañada por tormentas de viento y lluvia, reforzadas por temporales de la mar y potenciada por el aislamiento que crea sentimientos de indefensión e impotencia. La acción desgrana una larga sucesión de episodios violentos, que elevan el suspense a cotas imprevisibles. El papel de la mujer, Lucy, es el más intenso y apasionado del film. Da pie a que se plantee una lucha feroz entre la fuerza y astucia del malvado y la habilidad, el coraje y la capacidad de sacrificio de la heroína.

La música recoge la penúltima partitura de Miklos Rozsa. Sinfónica, romántica y dramática, contiene temas lírimos ("Love Serenade", "Love Theme") y trágicos ("The Broken Hearth"). Añade la melodía "English Wedding". La fotografía resalta la belleza de los paisajes de la costa escocesa, explora el mundo interior de unos personajes tocados por la tragedia, explica sus obsesiones (aversión de Henry por las armas) y debilidades (alcoholismo) y exalta el coraje de Lucy. Las interpretaciones de Sutherland y Kate Nelligan son sobresalientes.

Londres, II Guerra Mundial. Después de varios asesinatos, un espía Alemán logra escapar de la policía y huye hacia el norte seguido muy de cerca por el contraespionaje Británico, pero logra refugiarse en un lugar remoto.
El ojo de la aguja, es una excelente película de espionaje militar con una muy buena recreación ambiental del año 1940. Durante todo el metraje mantiene el interés del espectador con una trama inquietante, sobria y sin concesiones a la galería. Donald Sutherland recrea la figura de un frío y amoral espía nazi con gran maestría, y con el toque irónico que imprime siempre a sus personajes.
Conclusión, 112 minutos de cine de calidad.

La información es vital. Y más en la guerra.
Un espía en terreno enemigo. Está solo. Con una misión importantísima, vital para sus colegas. Busca información desesperadamente. Es un profesional pero mezcla el trabajo con los líos de faldas; mal hecho. Ese hombre nos despierta una gran inquietud. Lo tiene muy difícil.
Estamos con él.
¿Pero qué digo? Si es el malo. Es alemán. Si consigue el objetivo su ejército podrá resistir mucho más tiempo. Los aliados sufrirán mucho más en su inevitable avance. Los americanos tendrán que ser mucho más héroes y los ingleses tendrán que mandar más, esforzarse más para que Dios salve a la Reina. Los franceses nada de nada, a esperar a ver qué hacen sus amigos; eso sí, luego al final saldrán figurando de victoriosos.
El caso es que los alemanes la habían cagado mucho antes, en el momento que pisaron suelo ruso.

Peliculón de intriga, emocionante. Tal vez el suspense esté resuelto de antemano por la historia, pero ahí está el valor del entramado, la intriga no se diluye, aguanta firme...

Os revelo un secreto: he aquí una de las películas que más me fascinó cuando era niño. No pasaría de los nueve años cuando me topé con el letal espía "La aguja". Tal vez, no estaba acostumbrado a que el protagonista fuera un villano pero que en el fondo no es malo. "Cumplía con mi deber" dice en un momento dado. Por supuesto, poco importaba entonces que fuese alemán y sirviera al Tercer Reich. Por eso, su manera de esquivar peligros, su sangre fría, su navaja siempre brillante y por más cosas, me despertó algo parecido a la admiración, hasta en las cosas más ridículas, como por ejemplo, en su forma de comer la sopa. ¿Por qué me embobé con esta secuencia? Cosas de críos.

Unos cuantos años más tarde lo que descubrí es un buen thriller romántico, adaptación de la novela homónima de Ken Follet. Como se ve, seguimos con el cine británico y de 1981. Por un lado hay una investigación para atrapar a un escurridizo espía nazi, Faber (Donald Sutherland), en cuyo poder pronto caerá una vital información que podría poner en peligro el desembarco de Normandía. Por el otro, una historia de un amor imposible, entre enemigos a muerte en plena Segunda Guerra Mundial. Por la altura del malo, nos puede recordar a "Coacción a un jurado" (1996) pero por el estilo, estaría más cerca de "Chacal" (1973). En todo caso, y pese a algún error, clásico del género con calidad.