Gato negro, gato blanco

Qué triste me parece criticar sin informarse y conocer las cosas. Yo personalmente soy búlgaro y la vida serbia es parecida en algunos aspectos a la que he tenido. Ese tipo de ambiente, tan perfectamente retratado es la realidad de los años 80 en los países del este.
El humor que ha conseguido ponerle Kusturica a una vida difícil y triste es simplemente espectacular. De no hablar de la banda sonora, unos actores que sin ser famosos lo hacen muy bien y un director que se luce como pocos.

Entretenida, espectacular y muy muy original.

(A los que pusieron malas notas a la película por "surrealista", les vuelvo a rogar que se informen antes de criticar.)

Kusturica realiza su película más loca, más mágica y más divertida. Todo lo que en algún momento hace presagiar que pueda acabar en drama, el director se encarga de transformarlo en un disparatada y alocada historia sin fin, donde cada imagen trata de superar a la anterior en diversión y absurdez. Hasta los muertos te van hacer reír en la película. Sin embargo, puede que algunos chistes estén ya repetidos. Pero Kusturica es una caja de sorpresas, las acusaciones de que esta película no aporta nada a su filmología están mas que infundadas.

Kusturica desespera por hacer reír, después de perder su querida Yugoslavia no cae en abatimientos, al contrario, decide hacer una película donde literalmente se ríe de él mismo.

Película coral hilarante y tierna donde se nos presentan un montón de situaciones cómicas originales y geniales aderezadas con una banda sonora de lo más simpática y acertada.
Nos cuentan un sin fin de historias en una sola cinta: historias de amor, de amistad, de honor familiar, de pillajes... pero sin llenarnos la cabeza de un batiburrillo de cosas sin sentido sino que están perfectamente expuestas y contadas.
Narra la historia de un padre que se busca las mañas para poder sacar dinero de forma fácil y aboga por el timo. Su poca experiencia con las malas artes o simplemente su forma de ser confiada no le permiten tener éxito en estas aventuras. Mientras su hijo se enamora perdidamente de una chica vecina sin sospechar que para vencer una deuda de su padre tendrá que casarse por conveniencia con la hermana de un ganster.
Gran film que solo puede despertar en nosotros alegría y risas. Además los personajes se nos antojan entrañables desde casi el primer momento en que aparecen en pantalla.

Tenía ganas de ver "Gato negro, gato blanco" sobretodo por la importancia que Kusturica tiene en el cine contemporaneo. He de reconocer que durante la primera media hora me llevé una desilusión ya que creía encontrarme delante de una simple película cómica con bastantes clichés. Más adelante me di cuenta de que además las interpretaciones eran brillantes, la música, fotografia y los escenarios perfectos y unos clichés que, en efecto existían, pero que en realidad resultaban agradables (como el personaje bobalicón del gangster que va escuchando la misma canción máquina a todas horas). Además, sin comerlo ni beberlo acabé enamorado de Branka Katic, actriz que interpreta a Ida. Señores y señoras, Scarlett Johanson ya existía en 1998 y se llamaba Branka Katic.

Nadie me dijo de qué iba Kusturica, apenas había leído algunas críticas de otros usuarios y así, sin precaución alguna, me he lanzado a ver un derroche visual inesperado. Celebro haberme topado casi sin querer con "Gato negro, gato blanco" y haberlo encontrado tan divertido y original. Kusturica desarrolla de forma ejemplar una trama inverosímil, tan cargada de una estética tan personal que apenas he podido pestañear. Las cosas a veces se hacen bien y uno no sabe dar las explicaciones exactas, cuesta más verbalizar las virtudes, y en este caso son tantas que cuesta destacar algo por encima del resto porque todo es de sobresaliente. Me encanta el retrato que hace del mundo de los gitanos del este, mezclado con un humor siempre presente y esa música que lo hace todo aún más personal, más diferente. ¿Y el ritmo?, no deja descansar y hace que quiera más y más, no emborracha sino que mantiene una espectativa que corre paralela en intensidad a una trama surrealista, es el caos y el orden a la vez... es una pasada.

Porque ciertamente lo he pasado tan bien como hacía tiempo, con los abuelos, los nietos, esa boda imposible y los mafiosos más imperfectos que he visto en mi vida. Lo he pasado como un cochino, haberme encontrado casi por azar a Kusturica es una de las grandes sorpresas personales relacionadas con el cine. ¿Hay más así de bueno? Tengo ganas de descubrirlo.