El pozo de la angustia

Como indica la sinopsis, el drama se desata cuando una niña, de camino al colegio, cae a un pozo sin ser vista. La película es perfecta en cuanto a las reacciones que a partir de este hecho, pueden suceder. La desaparición de la niña es un misterio y los bulos surgen con una fuerza de espanto. El lugar de los hechos es una población considerable donde conviven blancos y negros sin problemas.

El pozo de la angustia nos traslada de golpe a la actualidad. Decimos que la convivencia es tranquila entre blancos y negros, pero la tensión existe aunque no se vea porque cualquier chispa enciende la mecha. Como sabemos, en norteamérica los disturbios están sucediendo hoy día por motivos raciales, y el caso del pozo nos lleva de golpe a los hechos idénticos sucedidos en Málaga, en enero de 2019, sobre el rescate del niño Julen que cayó a un pozo. No hay más que decir, imposible mejorar el acierto de todas las reacciones que se van sucediendo, las expresiones de desesperación e incredulidad, e imposible mejorar la intriga y la angustia por el realismo creado en una película de ficción pero que como la vida nos enseña, todo lo imaginable está predestinado a que pueda ocurrir.

Una película un poco Disney, en el sentido de que hay personajes que son muy fieles y correctos a los principios "normales" de las personas. Quitando esto, la película demuestra solidez y fuerza en lo que quiere transmitir.

La película se basa en un hecho real que ocurrió 2 años atrás, en 1949. En este caso, Kathy Fiscus, la niña que cayó en el pozo no sobrevivió. También cambió de ser una niña blanca, a en la película ser una niña negra, para meter en la historia, la guerra racial que puede ocurrir en un pueblo, algo que se va de las manos.

Supongo que quieren transmitir que una pequeña chispa puede haber altercados de esta magnitud, y que el pueblo americano, aún no está viviendo en paz en estas situaciones.

Una película de una productora independiente, que se hizo eco en la sociedad de aquella época, y que estuvo nominada a 2 Oscars.

Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: BUENA.
Mi incesante búsqueda de cine clásico con pedigrí me lleva a escarbar en lo parajes más adustos del séptimo arte. Casi siempre vuelvo a la superficie con las manos vacías, sin ninguna perla que llevarme a los ojos hambrientos. Muchas otras, solo extraigo de entre las algas y el fango, alguna descacharrada y oxidada reliquia carente de interés. Pero algunas pocas veces veo premiado mi tesón, como ha ocurrido en el presente caso. He aquí un filme casi desconocido con una fuerza poco habitual. He de decir, que cuando el cine aborda la denuncia social, o desnuda el alma del hombre, ya ha ganado una parte de mi voto; pero si encima está bien hecho, cuenta entonces con mi absoluta dedicación y gratitud. Utilizando un pretexto, que también sirve para alentar cierto grado de tensión, la película hace un llamado moral a la actitud que ostentamos cuando nos vemos sometidos a una situación que permite aflorar toda la envidia, el recelo y el odio hacia nuestros semejantes, sobre todo cuando son de otra raza. Sin embargo, al mismo tiempo, como por arte de magia, también somos capaces de olvidar los ancestrales antagonismos y solidarizarnos como un ente común, dispuesto a salvar nuestra alma. Son las dos caras de una misma moneda. La moneda de la vida humana.

Dirigida por el guionista Rusell Rouse a cuatro manos junto al productor Harry M. Popkin, esta desconocida joya, realizada al margen de las grandes productoras, nos cuenta la investigación sobre la desaparición de una niña negra de cinco años que por accidente ha caído a un pozo lo que provocará que un pequeño pueblo, hasta ese momento sin demasiados problemas de integración, se convierta en un polvorín de imprevisibles tensiones raciales cuando un hombre blanco es acusado de asesinarla. Llevada con muy buen pulso narrativo y un admirable tono realista y documental es una atractiva película, diferente y original, con un meritorio guion del propio Rusell Rouse –nominado al Oscar-, de extraña madurez y actualidad. Análisis soberbio, seco y riguroso de una revuelta racial y del fascismo de la turba, indistintamente de su raza o condición social, es igualmente un estudio sobre la histeria colectiva, el poder del rumor y la maledicencia. La película recuerda mucho las películas de contenido social de la primera etapa de Joseph Losey, antes de que huyese de la caza de brujas del senador McCarthy. Con una fuerte influencia neorrealista, los dos primeros tercios de la película son un prodigio de narración siguiendo los esfuerzos del sheriff, interpretado por Richard Rober, por dilucidar el caso y actuar con justicia y equidad frente a los incidentes y las constantes presiones de sus ciudadanos. El último tercio de la película, dedicado al rescate de la niña, suerte de expiación colectiva de todos los actos horribles cometidos en el pueblo en las jornadas anteriores, decae ligeramente, demasiado deudor de un cine de buenos sentimientos y claramente idealista que estropea en parte los excelentes resultados de la primera parte. Pese a estas salvedades una auténtica y desconocida sorpresa a reivindicar con urgencia. Un gran descubrimiento.

Muy buena película sobre una niña que se cae a un pozo y un hombre blanco es el único y principal sospechoso, y eso origina una revuelta entre negros y blancos, en una población en la que la temperatura del racismo se siente que es alta, pero está como dormida, pero una situación como esta, que origina una cantidad de bulos que van a más, y se convierte en una revuelta brutal en la que incluso se pide la ayuda al ejército Cuando sale a la luz la realidad de lo ocurrido, que es que la niña cae en un pozo muy profundo, y nos viene a la memoria aquel niño malagueño, creo que era Julen, que nos tuvo al país en vilo, entonces todos se dan cuenta de la precipitación y el peligro en ¡que habían caído. Las revueltas paran por completo, y todo el mundo se apiña en los alrededores para vivir el desenlace.

Si la 1ª parte de la película resulta emocionante con esos dos bandos perfectamente delimitados, enseñándonos ese odio interminable que estaba abocado a terminar con varias muertes seguidas. Escenas muy bien representadas.

Y la 2ª parte todavía es más emocionante, de hecho es sublime, con una tensión brutal por parte de toda la población, blancos y negros, y allí sí que ya el guionista da un giro total y nos enseña la bondad del género humano cuando se unen por una causa común, y que puede ser más bonito que salvar a una niña de 5 años, sea del color que sea. Cada uno, en la medida de lo que puede colabora para sacar a la niña de ese infierno, pero destacan, especialmente, la actuación del sheriff, persona ordenada, correcta y honrada, y la del empresario del pueblo, que pasa de un extremo a otro, pasando de ser el mayor instigador a ofrecer todo lo que está en su mano para ayudar al rescate.

Muy buena interpretación de los actores principales. Una película para disfrutarla, pero también para sufrir. Un 8,5.