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La pícara soltera

Romance. Comedia Bob Weston es el canallesco editor de una publicación que se vanagloria de difamar a los protagonistas de sus artículos. Su próxima víctima será la psicóloga Helen Brown, autora de una guía para que las mujeres solteras encuentren al hombre de sus sueños. Bob quiere entrevistarla, pero Helen se niega a recibirlo, así que tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella. (FILMAFFINITY)
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
5 de mayo de 2009
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque irregular, quizá porqué maneja diferentes registros de humor sin acabar de decantarse por ninguno, pienso que esta película se mantiene como una estupenda comedia del cine americano de los sesenta.

Natalie Wood se convierte aquí en la más bella psicóloga de la historia del cine, y quién sabe si de la vida real, aunque desde un punto de vista profesional en una de las más improbables —lo cual no tiene la mínima importancia, tratándose de una comedia, donde los oficios son estereotipos para favorecer la risa—. Su interpretación tiende a un cierto componente histriónico, que puede recordar al Cary Grant de "Arsénico por compasión", una fuente de la que quizá también debiera haber bebido Tony Curtis, para mi gusto algo envarado, lo que perjudica la química cómica entre los personajes.

En ellos se concentran las situaciones que pretenden ser más "modernas" o "atrevidas", acordes con la época del rodaje, pero que paradójicamente son las que han envejecido peor; de hecho, tanto en la franqueza sexual como en la crítica social a la manipulación de los medios, distan mucho de la eficacia que en esos mismos años confería Billy Wilder a películas como "Bésame, tonto" o "En bandeja de plata", que todavía hoy se mantiene vigente.

Por su parte, el matrimonio maduro que forman Fonda y Bacall, aparte de mostrar una química y unas interpretaciones excelentes, nos lleva de retorno a la mejor alta comedia del cine americano; no en vano, a ella le corresponden las más ingeniosas réplicas, deudoras de los diálogos que encontramos en los grandes títulos de Lubitsch o Cukor (*ver Spoiler).

Y ya en el último tercio de la película retrocedemos aún más, en un homenaje al más puro slapstick y gags al estilo de Buster Keaton, con una tronchante persecución automovilística que reúne a personajes principales y secundarios no siempre en los mismos coches. Se podrá cuestionar el encaje de esta "set piece" con el tono del resto de la película, pero personalmente debo decir que, en sí misma, vista casi como un cortometraje independiente, siento una especial debilidad por ella.

Finalmente, destacar también que en medio tenemos tiempo todavía para gozar con el eterno secundario humorístico Edward Everett Horton, ver las dotes para el baile de Mel Ferrer o reír con las referencias a Jack Lemmon, y en definitiva al propio Curtis, cuando éste acaba vestido con una bata de mujer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quim Casals
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6 de diciembre de 2012
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
...algo malo le pasa.
Esa era la frase promocional de mucha comedias en periódicos locales durante la época dorada del cine de verdad. Cine al que pertenece este film. Richard Quine nunca jugó en la liga de Wilder o Edwards, pero siempre estuvo jugando la liguilla de ascenso. Richard Quine con la endeble "Encuentro en París" retrocedía lo que avanzaba con "Como matar a la propia esposa". Quine fue un grande que no encontró sitio entre los grandes, y merece hoy una reivindicación. Su mejor reivindicación puede ser esta película, grandiosamente vodevilesca, absolutamente deudora del humor del mudo, a partes iguales según en qué momento. Claro, que era el momento.... ahí está la coetánea "El mundo está loco, loco, loco, loco".
En cualquier caso, hablemos con claridad: Tony Curtis se divierte y además se rie de sí mismo en su más famoso papel (bueno, se rie de Jack Lemmon). Natalie Wood está espléndida. Edward Everett Horton roba cada escena en la que interviene. Y cada momento entre Fonda y Bacall es único. Mel Ferrer.. bueno... es Mel Ferrer.
Veanla. Diviertanse. Rían. No le busquen tres pies al gato... que no los tiene. Y verán como se puede disfrutar con una tontería, reconociendo lo fundamental: es una tontería bien hecha.
Fendetestas
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12 de febrero de 2014
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente, ustedes han oído o leído una vieja y malintencionada frase que dice: “Las chicas buenas van al cielo, las chicas malas van a a todas partes”. Pues, fue ésta una de las muchas frases que se le ocurrieron a la estadounidense, Helen Gurley Brown (1922- 2012), en los tiempos en que trabajó para una agencia de publicidad de Los Ángeles, California. Después, como escritora y editora de la revista Cosmopolitan (durante 32 años), Helen se convertiría en una mujer exitosa y terminaría casándose con el productor, David Brown, a quien, entre otros títulos, le debemos, “Jaws”, “Angela's Ashes” y “Chocolat”.

En 1962, cuando cumplía 40 años de edad, Helen Gurley Brown, sacó al mercado su primer libro, “Sex and the Single Girl”, con el cual animaba a las mujeres a independizarse económicamente y les daba valiosos consejos para aprender a manejar el sexo por fuera del matrimonio. La obra, fue un bestseller instantáneo que vendió dos millones de copias en tres semanas y rápidamente se publicó en numerosos idiomas.

Como era de esperarse, los productores de cine se interesaron muy pronto por este éxito, y en 1964, salía a la luz la película que conservaba el título del libro, aunque muy poco de su contenido. El nombre de la autora, unas cuantas frases y la alusión a ciertas malintencionadas críticas que algunos hicieron del libro, fue lo que retomaron, Joseph Heller y David R. Schwartz, al momento de escribir el guion que daría como resultado esta fresca, picaresca e hilarante comedia que, de manera muy merecida, estuvo en el top 20 de las películas más taquilleras del año 1964.

<<LA PÍCARA SOLTERA>>, contiene claras alusiones a, “Some Like it Hot”: Remembranzas de Jack Lemmon; Tony Curtis vestido de mujer; el afán de seducir con picardía a la jovencita de turno; la alocada persecución… incluida una escena de seducción de, Tony Curtis a Natalie Wood, bastante provocativa, que también recuerda la que sostuvo con, Marilyn Monroe, en aquella inolvidable película de Billy Wilder... solo que, ésta, pondría en acción la tijera de la censura (¡la cortaron!), pudiendo incluirse apenas en las más recientes copias de la película.

Tony Curtis, resulta muy afortunado en esta estupenda comedia, la cual va ganando puntos e hilaridad a medida que comienza a enredarse -y a desenredarse- lo que sucede entre las dos singulares parejas, Helen-Bob y Sylvia-Frank (ésta última representada por los veteranos Lauren Bacall y Henry Fonda)… ¡dos vecinos de los que nadie desea al lado de su casa!

Pero, Natalie Wood, con su mágica belleza, con esa espontánea ternura que irradia en cada plano, y con ese conmovedor personaje de psicóloga que resulta más analizada por su paciente de lo que ella logra con él, es quien reboza de encanto esta memorable comedia de, Richard Quine, con la que hemos pasado en familia un rato delicioso.

Título para Latinoamérica: <<EL SEXO Y LA JOVEN SOLTERA>>
Luis Guillermo Cardona
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29 de septiembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia de enredo con suplantación de personalidad y trasfondo de guerra de sexos en vísperas de la revolución sexual, en la onda de las que protagonizaron Doris Day y Rock Hudson, pero sin su química. Las protagonistas de estas comedias eran mujeres independientes, profesionales, que en el fondo sólo aspiraban a ser las “señoras de” pero les costaba reconocerlo. Aquí Nathalie Wood es una (demasiado) joven psicóloga, autora del best-seller “El sexo y la joven soltera”, convertida en el objetivo de un abyecto periodista sensacionalista que pretende desacreditarla.

Muy irregular, incluso en su ritmo, tiene situaciones, detalles de puesta en escena y frases ingeniosas en un conjunto forzado y poco cohesionado. El atractivo reparto ofrece un recital de sobreactuaciones en el que Nathalie se lleva el premio, Fonda queda desdibujado y a la Bacall le tocan las mejores frases. El que me ha sorprendido ha sido ese Mel Ferrer tan sandunguero. Los esquemas mentales en los que se movían sus personajes han envejecido tanto que lo que entonces eran picardías ahora son ñoñerías.
iñaki
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10 de marzo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertidísima comedia del excelente Richard Quine, un director muy capaz que maneja con agilidad esta farsa sexual llena de ambientes sofisticados con caracteres cínicos envueltos en disputas matrimoniales y ajetreados ligoteos.

La película nos permite seguir las vicisitudes de un grupo de personajes conectados por relaciones amorosas, con lugar para la batalla de sexos, la falsa identidad, apuntes de sátira social (centrada en el periodismo más rastrero y ruin), diálogos estupendos, situaciones espléndidamente construidas, un desternillante clímax final y un reparto de lujo.
BartonKeyes
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