Haz click aquí para copiar la URL
España España · Somewhere over the rainbow
Críticas de iñaki
1 2 3 4 10 20 47 >>
Críticas 235
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
17 de septiembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Lo malo que tienen las ucronías es qué si trastocas un elemento del pasado, automáticamente, el resto de factores se descompensa y la historia no podrá volver a recuperar su curso anterior, aquello que trataban de solucionar en “El ministerio del tiempo”. Por ejemplo, el caso que plantea la serie: las elecciones de 1940 en EE UU en lugar de ganarlas el demócrata Roosevelt, las gana para el partido republicano el aviador y héroe popular Charles Lindbergh, que, tras su política de no intervención en la guerra europea alegando que no va a sacrificar vidas americanas en un conflicto que no les incumbe, oculta una tácita alianza con el III Reich, cuya manifestación más evidente va a ser el aumento de presión, hasta la persecución, de la minoría judía.

A mi se me ocurre qué si se hubiese producido ese caso hipotético en los EE UU, paralelamente a la persecución de los judíos, se hubiesen levantado muros en las grandes ciudades para recluir en guetos a los negros y en los estados del sur y del medio oeste el KKK tendría barra libre. Pero, por lo que nos cuenta esta ficción, la minoría más segregada en EE UU eran los judíos. Vale que es la adaptación de una novela del prestigioso Philip Roth a cargo del no menos prestigioso David Simon, pero imaginar una ficción para volver a victimizar a los judíos me parece redundante e innecesario.

Admiro al pueblo judío. A lo largo de su historia ha sido sometido a deportaciones, cautiverios, la Diáspora, el señalamiento, la reclusión en juderías, la expulsión forzosa, los pogromos, el Holocausto, en fin, y aún siguen conservado su carácter de comunidad que ha sobrevivido a aquellos que les persiguieron. Si hay una constante a lo largo de la historia desde los egipcios hasta hoy es la persecución de los judíos.

La historia resulta válida para ilustrar porque llegan al poder los totalitarismos: porque, en el periodo de entreguerras y ahora, amplias masas sociales los respaldan. Y una vez que ocupan todas las instancias del poder, comienza la persecución y represión de toda disidencia. El nazismo persiguió a más colectivos, aparte de los judíos, porque los totalitarismos suelen ser omnívoros: devoran a todos aquellos que dicen “no” y al resto no le dejan opción para la tibieza. Reclaman la total adhesión: o conmigo o contra mí.

La implantación de un estado totalitario en EE UU en los años cuarenta hubiese supuesto la persecución de muchos otros colectivos. Tras el ataque de Pearl Harbour, los ciudadanos americanos de origen japonés fueron recluidos en campos de concentración. Limitar los efectos de un totalitarismo USA a los judíos, que bastante han sufrido para que les inventen sufrimientos nuevos, me parece la debilidad fundamental de una historia cuya resolución, en el último episodio, resulta precipitada y confusa, pues no estoy seguro de si supone una vuelta a la normalidad o a la anomalía. O si la normalidad era anómala. Los valores de producción, la ambientación y las interpretaciones son excelentes, pero todo ese empaque visual no llega a cubrir las limitaciones de la historia.
iñaki
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
29 de octubre de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como ya hiciera en las dos entregas de American Crime Story, Ryan Murphy vuelve sobre un caso criminal real. El protagonista vuelve a ser un asesino cuyos horribles crímenes causaron un enorme impacto en la opinión pública, Jeffrey Dahmer, el carnicero de Milwauke. Su historia, en sus atroces pormenores y su resolución, es bien conocida y no puede haber giros de guión, lo que relega el tirón del thriller a un segundo término. El interés real de Murphy es denunciar las lacras de la sociedad americana que estos casos dejaron al descubierto. En este, el racismo estructural, la homofobia, la indiferencia policial hacia ciertos crímenes, la ineficiencia judicial o el olvido de las víctimas.

La prolífica carrera criminal de Dahmer pudo haberse interrumpido o, incluso, no haber llegado a comenzar, pero fallaron todos los controles. La estructura temporal fragmentada muestra los antecedentes del monstruo, pero ni la familia ausente, ni el alcoholismo precoz, ni su incapacidad para encajar socialmente o su miedo a la soledad sirven para explicar o justificar sus acciones. No es el entorno el que le ha convertido en lo que es. Hace lo que hace porque le gusta y le satisface y, aunque no es demasiado listo, tiene las suficientes mañas para salirse con la suya a pesar de todas las situaciones comprometidas en las que es sorprendido.

La narración, a pesar de los saltos temporales, se arrastra premiosamente, sobre todo en los cinco o seis primeros capítulos, dejando un reguero de desasosiego, repugnancia e incredulidad. Las imágenes son mortecinas y da la impresión de que Dahmer se mueve en un medio más denso y hediondo que el aire en el que todo se ralentiza. No es una serie cómoda de ver, exige paciencia y bastante estómago, porque, aunque no se regodea en la truculencia, contiene imágenes realmente perturbadoras. Bon appetit.
iñaki
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
24 de octubre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisito “Yo, Tonya” para confirmar la buena impresión que me dejó. Una historia real contada a seis voces mixtas (por lo menos) que, sin dejar de ser un drama, tiene todos los tintes del esperpento. Tonya Harding no supo o no pudo sobreponerse a su entorno para convertirse en una campeona indiscutible en su disciplina porque no tomó las decisiones más adecuadas. En lugar de convertirse en una estrella, acabó siendo algo peor que un juguete roto. Un chiste, como ella misma se acaba definiendo.

La historia se presta al trazo grueso y los personajes a la caricatura. El guión polifónico se entrega a ese registro y va encajando los testimonios de los protagonistas con una dinámica puesta en escena (brillante en las secuencias de patinaje) que permite un magnífico trabajo de edición. Es el atrayente envoltorio de una amarga fábula sobre la fragilidad del sueño americano, el determinismo social, las segundas (y terceras) oportunidades y toda la necedad que flota en el ambiente.

No puedes dejar de empatizar con Tonya. Es cierto que su madre la maltrataba de las más diversas maneras, pero también descubrió e hizo todo lo que pudo para desarrollar en ella el único talento que tuvo. Huir de ella para caer en brazos de un patán que no la trataba mejor ya fue decisión suya. Y no desprenderse de él la arrastró al fondo. Allison Janney borda su registro sardónico y la entonces prometedora Margot Robbie no ha vuelto a tener un vehículo tan adecuado para lucir su talento, que es mucho.
iñaki
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
23 de octubre de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
Eran dos jóvenes y prometedoras estudiantes de medicina, amigas desde la infancia, a las que unía una profunda relación de admiración y emulación. Una de ellas murió, no se aclara en que circunstancias, tras sufrir una experiencia traumática y la que sobrevive se ha enredado en un bucle mórbido y peligroso que puede ser autodestructivo.

La película peca de indefinición en el tono. En las películas de “violación y venganza” el proceso suele ser mostrar la violación, para crear el necesario vínculo de empatía con el espectador y que este esté deseoso de que la víctima cumpla con su venganza, cuanto más cruenta mejor. Tengo publicada una crítica de “Lipstick”, una peli de este subgénero que recuerdo ligada a mi educación sentimental a mediados de los setenta, que sigue este esquema, pero que no goza de gran consideración crítica. Tal vez, revisada ahora bajo la nueva perspectiva “metoo”, pudiese considerarse pionera del “yo si te creo, hermana”, porque a la protagonista, una hermosa y cotizada modelo víctima de una violación, le venían a decir en el juicio que ella se lo había buscado, por ir provocando.

Aquí, la protagonista es una víctima vicaria y nuestra empatía con ella también lo es. La motivación para arrogarse el papel de justiciera no cuenta con nuestra aprobación incondicional. Durante la primera hora la vemos crear situaciones tensas e inquietantes que no llegan a hacer sangre. Mientras, se va infiltrando la comedia romántica, que se empantana hacia la mitad del metraje, preparando un giro absolutamente predecible. Tras otro giro algo menos previsible y que contiene la mejor secuencia de la película, con efluvios de los hermanos Coen, la historia se resuelve con un “deus ex machina”. Y sin hacer sangre.

No encuentra el tono. Si pretendía ser una denuncia de cómo los hombres abusan de la vulnerabilidad de las mujeres, la ausencia de situaciones realmente dramáticas y el aire de comedia malévola no ayudan gran cosa a crear en el espectador la santa indignación necesaria. Para mí, ha sido como ver a una niña mala haciendo travesuras y alguna se le ha ido de las manos.

Una observación cinéfila: la directora homenajea “La noche del cazador” incluyendo un “diálogo” de Mitchum con Dios acerca de las mujeres y la canción infantil que acompaña la huida de los niños. Es una de mis pelis favoritas y también una de las más misóginas que recuerdo. Y una recomendación: si os gusta el subgénero “violación y venganza” y no la habeis visto, una película búlgara en blanco y negro que abarrotó los cines de arte y ensayo durante la Transición: “Cuerno de cabra”. Tremenda.
iñaki
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
17 de octubre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para triunfar en cualquier ámbito profesional son imprescindibles determinación y talento, pero cuando en una profesión existe demasiada competitividad, esta empuja a los aspirantes a los primeros puestos a forzar los límites de su talento llevando su determinación hasta la falta de escrúpulos y reparos. A las competiciones se va a ganar, no a hacer amigos.

Hace falta tener determinación para abandonar el hogar en Suecia y plantarse en Los Ángeles con el propósito de convertirse en la próxima estrella del porno. Su estreno en la industria no supone un trauma y la anima a continuar. Su carrera será como el paso por un talent show en el que los coaches van a ser cada vez más exigentes y ella se va a plegar a sus demandas para llegar a la cima. Eso sí, con todo el apoyo y respaldo de mama, que no permite que caiga presa del desaliento tras alguna mala experiencia. Oye, en todos los trabajos hay malos días.

No deja de ser una historia de pérdida de la inocencia. Y no lo digo porque se desarrolle en el ámbito del porno. Las cosas no resultan fáciles, ni en lo personal ni en lo profesional, cuando compites por estar en la cima y quienes entran en ese juego pueden acabar descubriendo cosas de sí mismos que no sospechaban y que es probable que no les gusten.

Lo que llama la atención de esta película es que sitúa la tradicional historia de ambición en la industria del porno. La realizadora evita pasarse de explícita. Centra su atención en como vive las situaciones su protagonista y no se distancia tanto de lo que está contando como para no emitir juicios morales. El final, sin ir más lejos.
iñaki
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 10 20 47 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow