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Madre India

Musical. Drama Radha (Nargis), ahora una anciana mujer, recuerda su pasado y su vida de casada. Su familia tiene que trabajar muy duro para pagar a un prestamista. El marido de Radha (Raj Kumar) pierde sus brazos en un accidente y desatiende a la familia; y ella tiene que criar sola a sus niños. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
18 de julio de 2008
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Madre India" o "La Madre India" no es exactamente lo mejor del cine hindi, pero sí una gran película sobre el sufrimiento de los pobres analfabetos, indefensos que por regla general no cuentan ni con la protección de las autoridades ni de nadie.

Su larga duración la hace algo pesada, mas los hechos que cuenta son tan dramáticos y comprensibles para cualquier persona de cualquier parte del planeta, que los espectadores se emocionan, como es obvio, y toman partido a favor de la gente pobre, abusada por un inmisericorde prestamista; nos llenamos de ira viendo como esta historia narrada en la película sigue ocurriendo a diario todavía en muchas parte del mundo, solo que ahora son los bancos los que ocupan el lugar del individuo prestamista y encima nadie se puede vengar de ellos porque son poderosos monstruos que suben a los políticos al poder y luego los tienen maniatados para que les permitan desarrollar su inhumana usura legal y todas clase de fechorías contra los humanos vivientes que no pueden defenderse.

Así son las cosas y por esto esta película subleva la sangre y el espíritu, logrando en el espectador que la presencia un acaloramiento e indignación en pro de un mundo más justo y una implantación más seria y efectiva de la justicia.

En verdad, la larga duración de este filme está compensada por la preciosidad de las canciones que se intercalan a cada momento y que cantan los protagonistas (ya que se trata de una película del género drama-musical)

Sensacional y espléndida la actriz protagonista principal que hace de madre india Radha, conocida por el nombre artístico de Nargis. E igualmente estupenda actuación del actor Sunil Dutt, que hace el papel del siempre enojado y rebelde Birju, segundo hijo de Radha, quien siendo testigo desde su niñez del sufrimiento e injusticias constantes recibas contra su familia, cada vez va envenándose más y más la sangre, las neuronas del cerebro y en definitiva su vida total.

Una película clasificada por Steven Jay Schneider entre las "1001 películas que hay que ver antes de morir", libro que puede encontrarse en español publicado por Grijalbo, Barcelona 2006.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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19 de mayo de 2009
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
186/13(18/05/09) Famosa superproducción india, donde se toma a un pueblo como ejemplo del sufrimiento del país. La protagonista es una madre agricultora que lucha por sacar a sus hijos adelante ante la fuerte presión de un prestamista local que la asfixia con los intereses, debiendo de ir pagándole con parte de la cosecha y parte de sus tierras, asistimos a sus calamidades, el marido pierde los brazos y se va para no ser una carga, sufre inundaciones que le hacen pasar hambre pero ella no pierde la dignidad y con su fe pretende superarlo todo. El film pretende ser un retrato de la India y quiere dar ejemplo de superación. La cinta está surcada por miles de aparatosos numerosos musicales envueltos en el folklore hindú en los que se utilizan grandes planos abiertos donde el movimiento de las masas desea marcar la fuerza del pueblo. El director se nota que ha bebido y mucho del director soviético Eissenstein, la historia rezuma ideales comunistas, un prestamista que es el capitalismo opresor que ahoga a unos indefensos agricultores, que es el proletariado sufridor y además rodada con el estilo del maestro ruso, siendo las escenas metáforas visuales maquiavélicas para trasladarnos su mensaje, valga como botón de muestra la colosal secuencia de ella tirando del arado como un buey o cuando sostiene en sus hombros a sus hijos en medio de una inundación puro Eissenstein donde las imágenes deben estar puestas al servicio de su manipulador mensaje. La cinta está lastrada por su gran metraje que se hace pesado, más agilidad y condensación no le hubiera ido mal, unas buenas tijeras a tiempo es mejor que tener que bostezar. Recomendable a los que gusten de descubrir el cine hindú con ínfulas bolcheviques. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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13 de abril de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si del gran cisma religioso de 1054 se tratara la gran industria del cine se separó en dos mitades de influencia poderosa. La Occidental representada por el Hollywood norteamericano y la Oriental con sede en la India y sus diferentes "hollywoods" en función del territorio donde se asentaran las productoras y sus lenguas: Bollywood en Bombay para el hindi, Mollywood en Kerala para el malayalam, Kollywood, en Kodambaklan para el talí; así como en Tollygunge para el bengalí, en Madrás y en Calcuta. Bollywood acaparó más del 80 % de la producción; hoy en día ha descendido a un 21 %. La influencia de Occidente ha sido importante en Oriente que ha sabido adaptarla a sus peculiaridades, no así al revés.

Mehbooh Khan (1907-1964) fue un pionero en la parte oriental. Productor y director en el 56 ya tenía "el celuloide pelao" de hacer cine cuando se le ocurrió, quizás barruntando el décimo aniversario de la independencia de su país reciclar un título, "Aurat" que había estrenado en el 40 y retitularlo "Madre India" y convertirlo en una superproducción a la que añadió hábilmente el componente de venderla como una respuesta al polémico libro homónimo de la estadounidense Katherine Mayo (1867-1940) que se oponía a la independencia de la India del Imperio Británico atacando a la religión hindú y la cultura de la India con tintes racistas y xenófobos.


No sé si Khan llegó a imaginar que el inmenso éxito de su nueva versión de "Aurat" acabaría convirtiéndose en un clásico aún reverenciado en el área de Asia-Pacifico, madre de todo el Bollywood posterior e incluso ser nominada al Oscar y entrar en el puesto 80 en una de esas listas que se hacen como las 100 mejores películas del mundo mundial por mucho que en Occidente sea prácticamente desconocida a nivel popular. 

Un servidor no comparte tal euforia por el resultado que viene a ser, a mi juicio, un batiburrillo de géneros en la forma y otro en el fondo más parecido a una montaña rusa con altibajos sobresalientes y un metraje más que excesivo. En cuanto a la forma y por simplificar, me adhiero al comentario que: "  En un artículo de 1976 en la revista Studies: An Irish Quarterly Review , el autor Michael Gallagher descubrió que la película "es una increíble mezcla de alegoría política y música barata, un cruce entre la impresionante impresión de Eisenstein y la banalidad de Show Boat ". El cine propagandístico soviético y las excelencias de Eisenstein son de sobra conocidas. "Show Boat" fue un famoso musical estadounidense estrenado en el 27 sobre el best-seller de Edna Ferber. Y en cuanto al fondo es un cajón de sastre melodramático donde caben la épica social, la crítica al capitalismo, mitología, religión, homenaje a las mujeres indias, personajes alegóricos que representan el propio país...., y todo aquello que con el paso del tiempo pueda sumarse.

Es sobresaliente sin duda la diversidad de recursos técnicos y narrativos, la utilización del color y la incorporación de las canciones imprescindibles desde su origen en el cine indú que aquí tratan de integrarse en la propia dramaturgia de los hechos. Existe un gran contraste entre las escenas en exteriores y su tono generalmente dramático y folklórico con las rodadas en estudio donde la puesta en escena deja mucho que desear y el tono es más costumbrista. Ese mismo contraste surge en la interpretación de sus protagonistas que manejan diferentes registros con resultados desiguales en cada uno de ellos.

En esos mismos años no hay que salir de la India para encontrar otro cine alternativo e impagable de escaso éxito popular y con otra mirada bien diferente como el de Satyajit Ray. Comparenlos y ya me dirán.

cineziete.wordpress.com 
ELZIETE
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10 de febrero de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta bonita película de Mehboob Khan contiene escenas poderosísimas y muy bien realizadas. Aunque quizás se exceda un poco con el metraje. Ya que una historia de tres horas y tres cuartos podía haberla contado perfectamente en dos hora y media y haberse quedado tan pancho. Con una bonita música trata la historia de una mujer que debe cuidar de sus 3 hijos tras el abandono del padre inválido por un accidente. La historia se desarrolla con un dramatismo desgarrador.
Orson_Welles
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1 de junio de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tienen en la India su particular “Lo que el viento se llevó”, su drama histórico, su largometraje a color imprescindible... su perdurable obra maestra. Se trata de la monumental epopeya “Madre India”, rodada en 1957 por el polifacético Mehboob Khan.

Dos son la diferencias notable entre ambas joyas. En primer lugar que, mientras el filme de Hollywood forma parte de cualquier videoteca que se precie, la ha visto hasta quien en realidad no la ha visto, y puede hallarse en el más remoto rincón del planeta, desde centros comerciales nada cinéfilos hasta un videoclub de barrio o en cientos de web de descarga directa, la película de Bollywood es conocida por cuatro iluminados, de los cuáles la han podido disfrutar dos, y por muchos rincones recónditos del planeta en que la busques te mirarán con cara de repóquer y si hay suerte lo mismo la puedes descargar vía enlace eD2k y hasta tendrás que añadirle los subtítulos. El segundo es igual de obvio: no hace falta ser un friki empedernido para haber oído hablar de Victor Fleming, George Cukor o Sam Wood, el caso de Mehboob Khan (que cuesta hasta escribirlo sin un corta-pega) es meridianamente distinto.

Y el caso es que el bueno de Mehbood, guionista, actor, director y productor, es tan reconocido en su país natal como Gandhi (salvando las distancias nada someras) y a mediados de los años 40 del pasado siglo llegó a crear unos estudios cinematográficos con su nombre: Mehbood Studios, y la cinta que nos ocupa, “Madre India”, se convirtió tras su estreno y durante décadas en un punto de referencia indiscutible en el panorama internacional del séptimo arte.

Con claras vinculaciones con el cine comprometido y ciertamente pesimista de Douglas Sirk (“Sólo el cielo lo sabe”, 1955) y Nicholas Ray (“Johnny Guitar”, 1954), la película de Khan desentraña el tejido social a través del papel central de una mujer, en este caso, Radha, una campesina que sufre toda clase de penalidades y atropellos junto con toda su familia a manos de un codicioso terrateniente. Radha, interpretada magistralmente por la famosa actriz Nargis, otorga a su personaje de un realismo y una fuerza sublimes y poco habituales para la industria india, más centrada en el entretenimiento. Mientras contemplamos los primeros planos de la protagonista y su esfuerzo sostenido en numerosas escenas del filme se hace imposible no rememorar la planificación y el estilo épico y político de dos filmes soviéticos de los años 20: “La madre” (Pudovkin, 1926) y “Arsenal” (Dovzhenko, 1929).

Al igual que sucede con “Sólo el cielo lo sabe”, la película de Mehbood Khan está repleta de metáforas acerca de la libertad y la justicia: los brazaletes recurrentes, el río/sangre, los colores... el propio título de la obra da a entender sin reservas que los protagonistas no son necesariamente personas concretas sino símbolos de la propia nación que se hacen tierra (en una escena un grupo de campesinos forman el contorno de la India en las tierras que cultivan).

No es de extrañar, en base a los valores como pueblo que logra imponer Mehbood desde el compromiso social, que el filme que nos ocupa no sólo fuera un éxito de taquilla en India, sino también en buena parte del mundo donde no predominaba el cine norteamericano: Oriente Medio, China, Unión Soviética, Egipto...

En cierta medida, “Madre India”, aunque no renuncia a los números musicales, supuso una clara ruptura con las convenciones de Bollywood, pues las canciones se reducen notablemente a momentos en los cuales el director desea resaltar aspectos concretos, generalmente la juventud como divertimento o en casos muy puntuales el dramatismo extremo, siendo siempre una constante a lo largo del filme el tema del sufrimiento, ante el que hay que oponerse desde la dignidad, aunque convenga asumirlo como parte de la vida, en ocasiones con irremediable estoicismo.
poverello
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