Este es un documental sin fu ni fa, imprescindible, donde intervienen una serie de «intelectualoides» de salón, de televisión, de titulación o de bandos etnocéntricos, que en verdad (salvo uno y no más de tres) tienen poquísima sabiduría existencial y aún menos histórica para presentarlos en un filme como ejemplares humanos de opinión magistral, analítica o política sobre la realidad española actual.

Filosóficamente hablando, no es válido usar a España como si fuera lo que el patriarcado es al feminismo: algo a lo que echarle la culpa de todo. El pueblo, como enseña Nicolás Gómez Dávila, en sus «Escolios a un texto implícito» «no elige a quien le cura, sino a quien lo droga». Cosa que saben las oligarquías de cualquier ralea, máxime las interesadas en la balcanización de la nación-patria España; estrategia en la que tienen una enorme experiencia esos poderes creadores de pugnas y «polarizaciones», máxime si son poderes que desprecian a la nación-patria española, creando opiniones, apoyando documentales u obras artísticas insustanciales, generando debates «bocachanquistas» que después presentan como opinión pública, etc.

En fin, el presente documental trae a darnos lecciones a un plantel de personas que lo mejor que podrían hacer es quedarse en sus casas jugueteando con sus chuchos, mascotas o luces artificiales y que poco aportan sobre el eje del asunto: que en la Historia, ante los sentimientos y derechos de unos siempre están los sentimientos y los derechos de otros; por tanto, cuando se da esta confrontación si ninguna de las partes están dispuestas a ceder en sus sentimientos, derechos y razones, entonces se pasa a las hostilidades, algo que por lo general acaba en derramamiento de sangre, algo que está a la orden del día por doquier en la Tierra.

Por cierto, hay que reconocerle a Fran Jurado su gran acierto al no traducir en la pantalla ni subtitular en español las intervenciones de aquellos «descorteses voceros» que, conociendo su participación en un filme español cuyo público va a ser mayoritariamente hispanohablante, se expresan desconsideradamente en lengua catalana de manera que: ellos no hacen el esfuerzo por darse a entender (como en el fondo pretenden gustosamente) y nosotros los hispanohablantes del mundo y no de unas provincias o partes de España les oímos también gustosamente sin esforzarnos por entenderles.

Fej Delvahe

Este cortometraje (yendo de sonido de atención a desenlace bestial con el propósito de tener que retornar necesariamente al pasado, al inicio, y volver a visualizarse de nuevo todo el conjunto de secuencias que en principio parecían abstrusas, para así captar la tremenda cobardía o amilanamiento de un pueblo) es una realización de puro arte e insuperable homenaje a las víctimas.

Enhorabuena Fernando González Gómez por su corto gran trabajo de cine. Resulta una lección magistral de historia, de la que deben aprender sobremanera los jóvenes vascos; una genial y estructurada lección de historia contemporánea que puede tomarse como contraveneno en el caso de quienes se han tragado la Leyenda Negra extendida sobre España por doquier, también en la región española de Vascongadas.

Fej Delvahe

Película muy jugosa cuyo argumento se concreta en la misión ejecutora de un matón perteneciente a una mafia de Ámsterdam (Países Bajos), interpretado por el actor Frank Lammers (doble del economista Miguel Anxo Bastos). La historia narrada es de corte anarcocapitalista y se sigue con sumo interés.

Aunque el filme no sea propiamente una hora de clase magistral en ciencias económicas y empresariales impartida en la Universidad de Santiago de Compostela, sí que guarda cierta similitud y sentido último con el citado profesor Bastos y con su contenido académico.

Ferry, como el anarcocapitalismo se toma para sí el uso de la fuerza sin pedirle permiso al Estado por más que este se arrogue el monopolio de la misma. Los mafiosos protagonistas se organizan según los principios anarquistas, esto es, por los medios económicos, no por los medios políticos; y además no son hipócritas, es decir, actúan no creyéndose buenos, respetables y justos, sino sabiendo que no son nada de eso.

La moraleja de este filme dirigido por Cecilia Verheyden es la misma que se puede aprender en una clase magistral sobre anarcocapitalismo: los que dan las órdenes, ya sean mandamases de la mafia político-estatal o mandamases de cualquier mafia económica, no son nadie sin sus ejecutores, matones, policías, guardias, militares o como quieran ustedes llamarlos; no son nadie sin los lacayos que a cambio de un sueldo y una seguridad grupal, les realizan los trabajos sucios.

Fej Delvahe

Viendo el presente documental me he enterado de que una vez existió esta espléndida súper modelo de impronta etíope, india, egipcia… Donyale Luna daba la impresión de ser una fémina extraordinaria de cualquier lugar; lo menos que uno podía imaginarse es que era una afronorteamericana nacida en Detroit, USA.

Estamos ante un documental apologista sobre la vida de una joven de espigada y exótica hermosura. Una estrella fugaz que de no ser por este filme muchos jamás habríamos sabido que vivió, deslumbró y cautivó durante unos años en Londres, Paris, Roma. Una muchacha que venía de una familia de clase media acomodada, pero que al subir tan rápidamente hasta la alta y endeble copa de la vana fama fotográfica, se drogó en los laureles de la fama y no supo mantener el equilibrio existencial. Ella, como otras muchas, fue como un abanico, nacida para dar aire aliviando el calor; empero, al igual también que los abanicos, se replegó sobre sí misma, sobre su complejo de «negra», como hacen no pocos con su mismo o más intenso color de piel: que se victimizan creyéndose la fantasía de que los negros han sido o son la gente más sufriente en este mundo, más que los blancos, los amarillos o los cobrizos.

La mirada de Donyale tenía un algo infinito. ¿La mirada de cualquier muchacha en el esplendor de su vida, no? Bueno, lo cierto es que Donyale fue alguien muy especial; no cualquiera ha tenido la experiencia de que sobre su cuerpo palpitante y finamente vestido, haya plasmado en vivo un dibujo con su firma el gran pintor español, mundialmente conocido, Salvador Dalí.

Sea como sea, esta bella desconocida u olvidada que de repente nos es resucitada, presentada, recordada y dada a conocer en este filme de Nailah Jefferson, resulta un hallazgo áureo-ébano, una singular mariposa reencarnada desde sus cenizas, cuyo memorial deja el gusto de un hechizo agradable, la impresión de un aterciopelado enamoramiento.

En definitiva: la materia en forma de fascinante y bellísimo cuerpo de mujer, fruto de la mezcla Europa-África en América, trascendiendo hasta lo periespiritual.

Fej Delvahe

Documental entrañable sobre José Luis López Vázquez. Un gran filme de memoria y agradecimiento. Porque en verdad, no pocos apasionados del cine nacidos y crecidos siendo testigos contemporáneos de sus asombrosas películas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX en España, debemos buena parte de nuestro contento existencial a este genial y sublime actor español.

José Luis López Vázquez fue un hombre extraordinario en muchas cosas, entre las cuales a mí me parece admirable el hecho de haberse mantenido hispanomedular, es decir, seguir en España siendo monolingüe de la lengua española y no tragar con lo que la mayoría de educandos tragó a partir de los años sesenta, hipnotizados por la anglobalización pseudo-salvadora «made in USA» en todos los sentidos, desde el idioma inglés, pasando por la música, la vestimenta, la mierdo-democracia y ¡cómo no: la leyenda negra antiespañola! José Luis, se mantuvo firme en sus raíces y no se dejó cautivar por la tentadora oferta de George Cukor consistente en emigrar a Hollywood y aprender la lengua del neoimperio USA con todos los efectos secundarios que eso conlleva.

Parafraseando al catedrático Jesús G. Maestro: «Somos los mejores en literatura; nadie tiene un Quijote sino la Hispanidad; en ninguna otra lengua se tiene un Quijote»; también podemos decir: solo en español se ha podido tener y disfrutar de un actor tan excelso como don José Luis López Vázquez.

Solo tiene un pero este filme: el poner como convidado principal en el homenaje al prudente y noble José Luis López Vázquez, a un tipo como José Sacristán que ha hecho gala de presumido y necio cientifista durante la reciente Plan-demia del NOM erigiéndose en altivo vocero del actual totalitarismo político con proclamas como la siguiente: «No me cabe en la cabeza el negacionismo; estos estúpidos y estos necios negacionistas que asesinan, que no se quieren vacunar».

Fej Delvahe