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La pelirroja

Comedia. Romance Años después de salir de la cárcel, un dentista espera a un paciente al que odia porque le ha robado la novia y se imagina que lo asesina. Recuerda que estaba enamorado de la pelirroja del barrio, pero ella le rechazó. Un día vuelven a encontrarse, sin embargo ya no le resulta tan atractiva como antes, y se alegra de estar casado con otra mujer. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
30 de mayo de 2010
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Raoul Walsh nos vuelve a deleitar con esta comedia romántica-dramática, difícilmente clasificable, al parecer no estrenada comercialmente en España.
James Cagney es Beef, un dentista cuya consulta ha recibido 2 visitas en 8 meses. Tiene un carácter difícil: es repelente, de malos modales y no duda en retar a una pelea a quien le contradiga, siempre buscando trifulca. Atención a la “cervecilla” que él y su amigo se beben recordando viejos tiempos.
Casualmente recibe una llamada de un paciente llamado Hugo Baxter, al que otros especialistas han rechazado por ser domingo. A pesar de que se niega, en principio, a trabajar en día festivo, al enterarse del nombre de su cliente, acepta inmediatamente. Ahí entra en escena un flash-back que abarca casi toda la película. Sabremos como diversos acontecimientos del pasado han marcado su vida.

La película tiene muchos alicientes, a priori. En primer lugar, el estupendo reparto. El peso de la película recae en el histriónico James Cagney, pero sin dejar de lado a una maravillosa Olivia de Havilland, más bella que nunca, y su amiga Rita Hayworth, evidentemente atractiva y bella, aunque no le sientan tan bien los trajes de época como a la dulce Olivia. El otro secundario es Jack Carson (Hugo), que cumple, aunque no maravilla. Y sin dejar de lado a Alan Hale, el vago padre de Cagney, uno de los más simpáticos secundarios roba-escenas de Hollywood (lo recuerdo ahora en otra película, también con Olivia, “Dodge City”, en una de las mejores peleas filmadas en un saloon).

En segundo lugar, está la mano de Walsh. La historia tiene tintes tragicómicos. Los avatares de Cagney, aun adornados con humor, son bastante tristes. Pero me ha sorprendido, sobre todo, los momentos cómicos como la extracción del diente al padre o la cena con los espaguetis.
Quizá la ambigüedad de géneros y el desenlace, bastante menos complejo de lo que cabía esperar, junto a una cierta misoginia (me apunta una fémina) son aspectos que privan a “The strawberry girl” de ser una obra redonda.
No falta algún que otro tema musical, el más sorpresivo en plena barbería.

Y tengo que dedicar la última parte de la crítica a mi admirada Olivia de Havilland. Cada nueva película que veo de ella me gusta más. Tantas veces haciendo de patito feo (“La heredera”) o de la otra (“Como ella sola” o “La pelirroja”) y siempre demostrando que no tiene nada que envidiar a nadie, desde papeles secundarios o principales. Capaz de conquistar al tipo más duro sólo con su dulzura.
Sin duda, una de las mejores actrices de todos los tiempos, bella y, al tiempo, la criatura más dulce que imaginarse pueda.
Gabriel Ufa
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9 de marzo de 2011
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia romántica realizada por Raoul Walsh (1887-1980). El guión, de Julius y Philip Epstein, adapta la obra de teatro “One Sunday Afternoon” (1933), de James Hagan, llevada al cine en 1933 por Stephen Roberts y por el mismo Walsh en 1948. Se rueda entre octubre y diciembre de 1940, en el plató nº 22 de los Warner Studios (Burbank, CA). Es nominado a un Oscar (banda sonora). Producido por Hal B. Wallis para la Warner, se proyecta por primera vez en público, en sesión de preestreno, el 12-II-1941 (Hollywood, CA).

La acción dramática principal tiene lugar en Brooklyn, uno de los cinco distritos de NYC (hasta 1898 fue una ciudad independiente), entre finales del XIX y primeros años del XX. Biff Grimes (Cagney) y Hugo Bernstead (Carson) son dos amigos, que admiran y cortejan a la misma muchacha de la localidad, la pelirroja Virginia Brusch (Hayworth). La obra se desarrolla como un cuento sencillo con toques de entrañable ingenuidad. Habla de dos personajes afines a los que los derroteros de la vida convierten en opuestos, uno encarna al triunfador y el otro al perdedor. Con todo el desarrollo de la acción que propone Walsh siembra en el ánimo del espectador, de principio a fin, interrogantes sobre lo que en verdad constituye el éxito y el fracaso, la felicidad y la infelicidad. Con reiteración se pregunta en qué medida y hasta qué punto el dinero y la belleza son fuente de felicidad. El relato combina momentos de hilaridad, ironía, crítica social y un cierto nivel de acidez que confiere a la obra un sabor singular.

El desarrollo de la acción, pese a tratarse de una comedia aparentemente liviana con abundancia de números musicales, aborda cuestiones bastante trascendentes. Describe la emergencia en NY, y por extensión en el país, de una burguesía de nuevo cuño, destinada a protagonizar y liderar el progreso técnico y económico. El retrato que se construye está hecho con simpatía y admiración, sin prejuicio de toques de carácter crítico y burlesco.

Contiene una descripción de las relaciones de pareja que se imponen en un mundo de cambios sociales y de valores. La mujer es tratada con respeto y afecto: en ella se reconocen virtudes de fortaleza de carácter, capacidad de decisión y valía personal. Incorpora una exposición esquemática, pero significativa, de las diferencias que separan a los jóvenes de familia acomodada y los de familia humilde. Mientras unos cultivan el ocio, cantan y estudian en la universidad (véase la Y), los otros se han de partir los riñones para sobrevivir y triunfar. Unos son altivos y juegan al críquet, mientras los otros se han de tragar el orgullo y juegan con simples herraduras viejas de mulas. Por lo demás, el relato explica cómo y en qué medida la relación de amistad inicial de los dos compinches evoluciona a lo largo del tiempo y deriva en situaciones nuevas de resultados inciertos.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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22 de marzo de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No consigo encontrar, por más que leo críticas pasmosamente favorables, las cualidades de esta sólo a ratos simpática mezcla de comedia y drama que no termina de decidirse por uno u otro y en el que ambos géneros acaban por darse de codazos sin saber convivir. Pese a que muchos lo piensen Raoul Walsh nunca supo mezclar ambos géneros como tantas veces hizo de modo maestro John Ford. O tal vez fuera un compromiso asumido por inercia tras rodar sucesivamente tres obras maestras como"The roaring twenties" (1939), "They drive by night" (1940) y "High Sierra" (1941). Aquí los personajes están apenas esbozados y sus reacciones son primarias y previsibles. Eso sí, da gusto ver juntos a James Cagney y Olivia de Havilland -creo que su única película juntos- y algo menos al siempre eficaz Jack Carson acompañando las muecas de Rita Hayworth. Y resultan portentosas las intervenciones de Alan Hale como padre de Cagney. Cada vez que aparece en escena, la película adquiere nuevos bríos. El caso es que con ese plantel era difícil de fallar y sin embargo, a mi juicio, no termina Walsh en dar en la diana del verdadero temperamento de la película. Y su éxito sólo se puede entender desde la nostalgia de un Nueva York finisecular de barberías, luz de gas, mostachos, tirantes y cervecerías al aire libre con banda de música. En todo caso resulta curiosa y es de Raoul Walsh lo que siempre merecerá en beneficio de la duda.
Gould
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30 de agosto de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
177/16(21/08/18) Entretenida comedia romántica dirigida por el artesano Raoul Walsh, cinta con picos divertidos así como alguno conmovedor, aunque también con sus altibajos. Basado en una obra teatral de James Hogan, “One Sunday Afternoon” (1933), esta fue la segunda de las tres versiones de pantalla de este relato (la primera fue interpretada por Gary Cooper, Frances Fuller y Fay Wray en 1933, para la Paramount; La Warner la rehace por tercera vez como musical en 1948 con Dennis Morgan, Janis Paige y Dorothy Malone, con Walsh también dirigiendo, esta vez en technicolor). Su guión fue proporcionado por los brillantes gemelos Epstein, Julius y Phillip (“Casablanca”) y con el destacado Walsh a la cabeza. Warner Bros compró los derechos de la pantalla en enero de 1940, un poco más de un año más tarde lanzaron este film cambiando el título original por “The Strawberry Blonde” (homenaje de James Cagney y su hermano productor a su madre pelirroja). La película está anclada a principio del SXX, haciendo muchas bromas sobre el pensamiento de entonces comparándolo con el contemporáneo, y esto con el paso de las décadas se maximizado en especie de juego matrioshkas, riéndose de los bigotes de manubrio, de los coches de caballos, sobre la luz eléctrica, sobre los espaguetis, sobre la medicina (las sanguijuelas como remedio ante un moratón), haciendo bromas sobre el feminismo vs machismo imperante en la sociedad, como el sufragio universal, el que las mujeres fumaran, que fueran actrices, que fueran partidarias del amor libre, etcétera, en lo que también se puede ver como una ácida radiografía al Sueño Americano. Siendo excelente su elenco actoral encabezado por un carismático James Cagney, la encantadora Olivia de Havilland, la espectacular Rita Hayworth, o uno de los mejores secundarios del cine, Alan Hale. Warner Brothers toma prestada a Rita Hayworth de la Paramount dado que Ann Sheridan, que era la elegida en principio para el papel, andaba en peleas con el estudio de la Warner para conseguir mejores papeles. Esta película marcó la primera vez que se vio a Hayworth como pelirroja y primera y única vez en su carrera el público escuchó su verdadera voz de canto. Al principio del film el protagonista Biff se discute con un vecino universitario (Harold) con el bigote retorcido, este está interpretado por George Reeves, que se haría famoso la década de los 50 por su rol televisivo de Superman, y que en 1959 (a la edad de 45 años) murió en extrañas circunstancias (El 16 de junio de 1959, George Reeves fue encontrado muerto de un disparo en el hueso temporal en lo que fue catalogado por la policía de Los Ángeles como suicidio). Nominada para un Oscar por Musical.

Es una cinta que nos sumerge en un tiempo idealizado del SXX, en una Nueva York bucólica en plenos cambios sociales, donde la inocencia reinaba, con bandas de música en los parques, paseos en calesas, lámparas de gas, sombreros de paja, establos en medio de Manhattan, cervecerías con escupideras, cursos de dentista por correspondencia, pero todo en un aire distendido, en un clima donde sobresale lo simpático, aunque subyace una crítica al Sueño Americano en las figuras contrapuestos de Biff y su “amigo” Hugo Barnstead (Jack Carson), uno intenta hacer las cosas bien para triunfar y se da de bruces con un mundo corrupto, él otro es epítome del egoísmo, individualismo, codicia, del que hará todo lo posible por escalar socialmente, aunque para ello deba traicionar y pisotear al que sea.

La historia mezcla de forma estimable el romance y el cine de venganzas. Siendo lo primero al que se le da mejor tratamiento, con un personaje central, Biff es un joven noble, impulsivo, pendenciero, machista, que está enamorado platónicamente de la pícara Virginia, de carácter manipulador, manejando sus armas de mujer de modo artero, ante su frustración mantiene una amistad con la otra cara de la moneda femenina, Amy, chica trabajadora (de enfermera), combativa socialmente, librepensadora, reflexiva, bondadosa, de gran corazón, ella comienza su relación con Biff intentado de impactarlo con sus ideas adelantadas a su tiempo, esto repele al joven. Biff se siente más atraído por la materialista Virginia, por su belleza, por su voluptuosidad. Sabemos desde el principio que Biff está casado con Amy, pero no sabemos si da valor a lo que tiene en casa o sigue entronizando a su antiguo amor, esta es la duda de la cinta, por otro lado es bastante previsible.

James Cagney como Biff está explosivo, visceral, vibrante, casi todo el metraje pro uno u otro motivo llevando el “estigma” de su pendenciero estilo de vida con un ojo morado (o los dos), encarna a un idealista romántico de buen corazón, manipulable, con ese brillo de ímpetu físico loable, pegando volteretas, saltando, bailando, peleando, un torbellino de energía, manteniendo una excelente química tanto con Alan hale (su padre en el film), y con Havilland, siendo punzante la escena del reencuentro en el parque; Olivia de Havilland resulta una refrescante presencia, sobre todo en los tres ententes que tiene con Cagney en el parque, en el que se conocen y bella se lo “come” a él conb sus reivindicaciones feministas, en el que ella lo consuela ante la “traición” que sufre, y la del reencuentro, tres tramos en los que la actriz despliega todo un registro emocional excelente; Rita Hayworth está sublime, es la viva encarnación de la beldad suprema arrogante, de una Diosa inalcanzable, una femme fatale maravillosa, con esa sonrisa que te desarma, con esa picardía que trasluce su mirada, una ambiciosa que pone más en valor lo material frente al amor, teniendo una vis cómica exquisita en su relación manipuladora con Biff, o en el modo que lía espaguetis, o como arremete con saña mordaz contra Hugo tras casarse, o el modo genial en que apaga un cigarrillo en un fregadero, signo de ir de sobrada y no importarle lo que digan de ella, Embrujadora actuación;… (sigue en spoiler)
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TOM REGAN
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4 de abril de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La pelirroja" es la segunda de las tres versiones de la obra teatral de James Hagan, "One Saturday afternoon". La primera de ellas fue interpretada por Gary Cooper, Frances Fuller y Fay Wray en 1933, para la Paramount. La Warner la rehace por tercera vez como musical en 1948 con Dennis Morgan, Janis Paige y Dorothy Malone.

Las críticas de la época hablan de ésta como la mejor versión de las tres. Su director, Raoul Walsh inyecta con su habitual manera de rodar buenas dosis de humor y energía. La película cuenta con un sensacional reparto encabezado por James Cagney, Olivia de Havilland y Rita Hayworth, siendo ésta como pelirroja que es, la que da nombre al título del film. Aunque hay que añadir que el cambio del nombre de la pieza teatral al título de la película, es un homenaje de James Cagney y su hermano productor a su madre pelirroja .

Warner Brothers toma prestada a Rita Hayworth de la Paramount dado que Ann Sheridan, que era la elegida en principio para el papel, andaba en peleas con el estudio de la Warner para conseguir mejores papeles. La película está rodada en una pequeña ciudad dentro de New York City. En el apartado musical, Heinz Roemheld consiguió una nominación de los premios de la Academia por la banda sonora. Cabe añadir que cuenta con un buen reparto de secundarios encabezados por Alan Hale, George Tobias y Jack Carson, siendo éste el que menos brilla de los tres, realizando un papel bastante antipático.

Para los dos actores principales, supuso el reencuentro de estos dos grandes de Hollywood después de "The irish in us" de 1935. Un año después de "La pelirroja", Cagney repetiría ésta vez con Alan Hale (que recordamos sobre todo por su gran interpretación en "Dodge City" con Errol Flynn) en "Capitanes de las nubes". Con el director, también coincidiría por poner otro ejemplo en la ya mítica "Al rojo vivo". El triunvirato de actores principales lleva el peso de la película siendo Olivia de Havilland la que más brilla en la película. Especialmente memorable es la escena y diálogo de Cagney y Olivia, en su reencuentro en el parque con un redimido Cagney; en esta película igual de luchador que siempre, pero algo ingenuo y tontorrón, pues no se da cuenta de las materialistas e interesadas intenciones de Rita Hayworth; que está más interesada en la cuenta corriente y ambición de su pretendiente Carson que en su galantería. Billetera mata galán. Por otra parte, el bailarín Cagney nos enseña otra vez su talento como bailarín en su mejor escena con Hayworth, con una disputa divertida de por medias bañada en espuma de cerveza con el comensal de otra mesa.

La película se hace entretenida, divertida e interesante al mostrarnos las maneras sociales de ligoteo y filtreo, añadiendo alguna crítica que hoy estaría vigente, como las faltas de escrúpulos de algunos empresarios, y de como pagan el pato, la gente más noble pero menos adinerada. Poderoso caballero es don Dinero, y hoy en día, más.
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Cinefilon75
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