Agente secreto SZ

Sensible melodrama sobre la vida de Violette Szabo, casada con un soldado francés que muere en El Alamein, hecho que le impulsa a colaborar como agente del servicio británico en arriesgadas operaciones especiales para el SOE (Special Operations Executive) durante la segunda guerra mundial. Con algunos ligeros elementos de fino humor, es un relato preciso, natural y sincero sobre esta admirable mujer, más interesante como drama que como film bélico, dirigido con gélida corrección por el competente director británico Lewis Gilbert y cuya principal baza reside en el gran trabajo de la resplandeciente Virginia McKenna, acompañada de un rocoso Paul Scofield – el inolvidable Thomas More en la soberbia “A man for all seasons” (“Un hombre para la eternidad”, 1966 de Fred Zinnemann)-. Merece la pena.

Buena película británica, adaptación de un libro de R.J. Minney,
Bien narrada y excelentemente interpretada, sobresaliendo su protagonista Virginia McKenna antes de sus pelis "de naturaleza", como "Nacida libre...", estuvo por este papel nominada a los premios Baftas.
Brillante fotografía en blanco y negro de John Wilcox, y perfecta ambientación, para esta cinta amena e interesante, con gran sentido del ritmo y que tiene de todo: intriga, su bonita historia de amor inicial, acción...
Un trabajo notable de Lewis Gilbert, que siempre que dirigía un film sobre la II Guerra Mundial lo bordaba.
No es muy conocida esta cinta pero es un claro ejemplo de lo que los britránicos hacen: gusto estético, claridad expositiva y brillantez en la puesta de escena.
Como curiosidad citar que sale el más tarde grande Michael Caine. Pues bien, saldrá, pero yo no me enteré, no le reconocí.

Antes de dirigir con éxito varias películas de James Bond entre los sesenta y setenta, Lewis Gilbert acreditó su solvencia a la hora de narrar historias de acción con este digno film bélico de ribetes románticos protagonizado por una viuda de guerra que decide convertirse en espía durante la Segunda Guerra Mundial.

Es una de las pocas películas protagonizadas por mujeres dentro del género de espionaje y lo cierto es que Virginia McKenna sale airosa del asunto con una meritoria interpretación que le valió una merecida nominación a los premios Bafta.

Gilbert imprime buen ritmo a la trama y la película se deja ver con agrado. Se trata de un título olvidado hoy en día pero si eres aficionado al cine bélico merece la pena darle una oportunidad. A mí desde luego me ha gustado.

Lewis Gilbert será recordado, probablemente, por sus tres Bond, sobre todo Sólo se vive dos veces, y tal vez por Alfie, un certero retrato del Swinging London que catapultó a la fama a Michael Caine, pero durante los años 50 desarrolló una notable tarea a caballo entre el cine bélico y el género negro, además de una curiosa comedia estilo Ealing, El admirable Crichton. Carve Her Name with Pride, retitulada estúpidamente aquí como Agente secreto SZ, destaca con brillo propio entre su producción. Es un biopic de Violette Szabo, una británica viuda de un oficial francés, que aceptó participar como espía en la Francia ocupada por los alemanes. Detenida, fue torturada y ejecutada en un campo de concentración.
La película rehúye en todo momento la hagiografía. Asistimos a la vida familiar de Violette con sus padres y su hija pequeña, el duro entrenamiento al que ha de someterse con el fin de participar en futuras misiones, los momentos de miedo, angustia y, también, de cierta felicidad en compañía de su superior, Tony Fraser. Nada sería igual sin la magnífica interpretación de Virginia McKenna, que ilumina la pantalla con su sola presencia, hasta tal punto que es imposible evocar a Violette sin pensar en ella. Es su mirada, su sonrisa, los matices que imprime en cada escena los que te dejan clavado en la butaca. A su lado, hasta un actor tan excelente como Paul Scofield queda eclipsado. Gilbert filma la cinta con elegancia y mesura, con el tempo justo, sin echar mano de recursos melodramáticos, con esa flema oh-so-british que convierte historias corrientes en excepcionales. Una espléndida fotografía en B&N de John Wilcox redondea la función, a la que pone adecuada banda sonora un conservador pero inspirado William Alwyn.
Es un film bélico en que hay poca acción, aunque sí mucha tensión (véase las escenas que tienen lugar en Ruán), y que con cuatro pinceladas se basta para expresar la angustia y el miedo de la población civil bajo la bota alemana o los bombardeos que asolan Londres. El final, triste y desolador, lejos de triunfalismos y exhibiciones impúdicas de heroísmo, es modélico. Carve Her Name with Pride es una de las mejores películas de tema bélico producidas en esa época. Vale la pena que consigáis el DVD y lo guardéis en vuestra filmoteca.
Y hablando de Michael Caine, a ver quién le reconoce en una brevísima aparición.