A mitad de camino

A mitad de camino, en efecto, se queda esta película de intriga, muy justita en todos los apartados, salvo en la fotografía casi expresionista de Erwin Hillier y la delicada interpretación de Valerie Hobson, quien años después cargaría con una de las cornamentas más célebres de la historia del siglo XX: su (segundo) marido era John Profumo, ministro de Defensa en el gabinete conservador de Harold McMillan, amante de una bailarina que era, a su vez, amante del agregado militar soviético. No obstante, se mantuvo férreamente al lado de su marido durante todo el escándalo. Bien, la película narra la fuga de John (casualidades de la vida) con su amante, pero arrepentido y vacilante obliga al tren a frenar para volver con su esposa Carol (Hobson). Lo que sigue es una narración de intriga con muchas vueltas y revueltas, y un final sorpresa que en aquella época era novedoso y ahora se ha visto repetido hasta la saciedad. Todo ello filmado con la habitual corrección británica por el desconocido Daniel Birt, quien filmó unas cuantas películas de intriga y murió muy joven. A mitad de camino es su único título estrenado en España. Discreto y contenido. Para amantes del cine de intriga británico.

Uno de estos films que gana un suspense desde el empiece, en este caso gracias a una oscura fuga de amantes al parecer seguida en la sombra. La trama dentro del género del cine negro, podíamos decir sin decirlo, tiene la clase de los relatos y el estilo inglés con buenas imágenes. Las actuaciones son idóneas según suceden las investigaciones. Valerie Hobson, (la novia de Frankestein), convence plenamente con sus generosos sentimientos y Tom Walls es el típico detective sagaz, de esos que les gusta despistar, que se te presenta siempre como de casualidad, en este caso admirando las flores del jardín y paseando por el estanque. Cuando te quieres dar cuenta, está sentado en el salón de tu casa tomándose un té a la espera de pillarte en un renuncio.

Una cinta de intriga con trama detectivesca, giros y revueltas para goce del espectador que, por desgracia, no termina de rematar muy bien y le deja, por lo menos a mí, con un palmo de narices.
Una pareja adúltera se disponen a fugarse juntos abandonando a sus respectivos cónyuges. Pero a nuestro hombre ( Richard Todd) le entran escrúpulos a última hora y decide apearse del tren que los conduce fuera de la ciudad, apretando el timbre de alarma y volviendo a su hogar.
Desgraciadamente, el tren sufre un descarrilamiento con numerosas víctimas, con lo que se pondrá en marcha una investigación en la que será necesario descubrir al pasajero responsable de la forzosa detención del tren.
Creo que yo también voy a resumir la crítica distinguiendo entre lo mejor y lo peor.
Lo mejor:
El detective mosca cojonera que aparece en todas partes con mirada aguda y llena de sorna.
Richard Todd. El amante que ! chico!, llevas escrito en la cara tu culpabilidad con luces de neón.
Valerie Hobson, tierna y amante esposa. ! Huuummm!. Demasiado bonito para ser cierto ¿no?.
Una sorpresa por aquí, otra sorpresa por allá...¿No pensaréis que vais a prever el argumento?
Ciertos detalles de guion muy bien colocados.
La fotografía romántica y elegante.
Lo peor:
Algunas pequeñas trampas ( de esas imperceptibles, lo que pasa es que yo soy muy listo) que sólo los más avezados detectives aficionados notarán.
La amante. ¿Quién va a creerse que Todd abandone a su dulce esposa por esa estúpida?
El final. Se desbarran por completo. La cinta ya poseía ciertos tics exagerados en algunos tramos pero aquí se les va la pinza.( spoiler)

La historia al espectador le parece -al principio- tensa, trascendente, psicológica y visceral pero al guión le cuesta conseguir que el dramatismo llegue a la pantalla con visos de credibilidad.
La fotografía y la ambientación ponen una nota de distinción en un contexto en el que la capacidad de fabulación deja mucho que desear porque el desarrollo de la acción siempre resulta poco convincente e ingenuo.
El quehacer cinematográfico tiende a la discreción y la trama presenta demasiadas lagunas a pesar de que es evidente que todos han puesto buena voluntad.

Lo mejor:
Poca duración de film, el año en que se hizo, el país que se hizo, el investigador, el policía, el ¿asesino? se parece mucho al asesino de La dama desconocida. la rubia no es nada guapa, la trama, la carta, la esposa sufridora, el estanque sin patos, el tren y Fritz Lang.
Lo peor:
Los sueños, sueños son y la rubia no merece los sustos del tránsfuga.