Femme

Hay algo catalizador en el drag que ayuda a que muchas personas puedan echar para adelante con sus vidas. La performance les otorga un alter ego con el cual protegerse y con el que poder sacar una personalidad que no se permitirían exhibir de otro modo. Pero claro, hay vida más allá del escenario. Y siempre hay personas al acecho dispuestas a reabrir viejas heridas y tambalear su presente.

La premisa de la película es sencilla. Preston despierta el interés de Jules, quien es víctima de una agresión homófoba por su parte al cabo de un rato. Esto dejará anulado a Jules durante una larga temporada hasta que el destino se encargue de reunirles de nuevo en otro contexto. Uno en el que Preston no solo no va a reconocer a Jules, sino que va a querer acostarse con él.

¿Por qué Jules accede? Que la persona que te insulta, te veja y te agrede en público manifieste vagamente que tiene interés en ti (aunque sea en privado), produce una satisfacción siniestra y una sensación falsa de poder que te hace lanzarte a una misión suicida por querer hacerla cambiar. Porque… ¿por qué no? Jules quiere corroborar que en la mirada de su agresor hay amor para él.

La masculinidad tóxica se incuba ya desde la etapa escolar donde se aprende a identificar, humillar y excluir al diferente como proceso propio de su construcción supremacista. La vivencia de un bullying provoca unas heridas que fácilmente se van a traducir en necesidad de aprobación. Y que el propio matón de turno sea el que se fije en ti va a hacer que busques (erróneamente, claro) su validación para sanar. Y, además, ésta sólo puede llegar a través de la heteronorma. Y es que el sistema está bien armado para que el amanerado crea que si oculta su pluma recibirá la validación que necesita y una vez consiga algo, perpetúe este comportamiento para no volver a sentirse vulnerable.

Todo está bastante bien en ‘Femme’. El guion tiene detalles buenísimos para ejemplificar la sensación de poder o fragilidad en cada momento. El thriller está bien construido y ambos personajes se van desarrollando con coherencia utilizando el sexo como herramienta vertebral de dominación.

Basada en el cortometraje que realizaron en 2021 con el mismo título, los directores Ng Choon Ping y Sam H. Freeman nos asombran con esta cruda historia sobre la masculinidad, con dos jóvenes homosexuales muy distintos, pero que los dos se afanan en ocultar su verdadero yo para encajar en la sociedad.

Jules es una artista Drag queen que trabaja en un club nocturno, después de una actuación acude vestido de mujer a una tienda del barrio, allí se topa con una pandilla de matones que comienzan a increparle, a la salida le dan una brutal paliza dejándolo desnudo y sangrando en la calle. A uno de los violentos llamado Preston ya lo había visto rondar a las afueras del club, su sorpresa es cuando lo encuentra en una sauna gay, asustado y armándose de valor por el trauma vivido, se le acerca a él, ya que no le reconoce y comenzaran una especie de relación tóxica, donde no sabes el camino que tomara...

Los dos actores están soberbios, tanto Nathan Stewart Jarret (Candyman) como George McKay (1917) que interpreta al neonazi. A medida que la relación entre los dos veremos como el matón se va suavizando lentamente, mientras que el agredido comienza a mostrar su peor cara con un intento claro de venganza. Algo que no queda demasiado claro y que extrañamente empezamos a cuestionarnos lo que realmente busca en esta relación.


En sí parecería una historia de venganza típica, pero ver como este hombre de color se introduce en un ambiente peligroso con los amigos de Preston, hace que se convierta en un thriller bastante efectivo, con picos de tensión muy conseguidos.


La complicación en cada cita entre estos extraños amantes se hace más evidente; sin embargo, a Jules le atrae en cierta manera el peligro y eso es lo interesante de este guion que le da más originalidad a la historia. La película fue muy aplaudida en el Festival de Berlín y en la Seminci de Valladolid, donde estuvo uno de los directores para presentarla.
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*El trauma y la venganza

Al guionista de televisión Sam H. Freeman y al director de teatro Ng Choon Ping inicialmente solo se les prometió financiación para un cortometraje, ya que todavía se quería tener una idea clara de las capacidades de ambos debutantes cinematográficos. Freeman y Choon Ping cumplieron sobradamente: el cortometraje Femme sobre una drag queen que, a pesar de las advertencias previas, se sube al coche de un dudoso narcotraficante y emprende un sorprendente viaje por la noche, fue proyectado en numerosos festivales de cine durante el año 2021 con mucha aclamación tanto de público como de crítica especializada. Esto allanó el camino para el thriller negro Femme.

*Química entra ambos protagonistas

Una vez que nos adentramos en la historia, la combinación de drama LGTBI y thriller es verdaderamente fascinante. Entre otras cosas, Sam H. Freeman y Ng Choon Ping, quienes codirigen y coescriben el guión, abordan el tema de la identidad y lo fluida y versátil que puede ser.

Esto no sólo afecta a Jules, quien alterna entre su personaje escénico y su yo cotidiano. Preston también se comporta de manera diferente según el contexto en el que lo veamos. Por lo tanto, puede pasar de ser muy cariñoso y tierno, a convertirse al siguiente momento en el matón brutal que vemos al principio. Elegir a George MacKay (Pasaba por aquí, 1917) para ese papel parece algo extraordinario. En realidad, el británico es más conocido por sus papeles algo reservados que por ser un hombre musculoso tatuado con problemas de agresividad. Pero maneja este cambio de registro con tanta confianza y soltura que estamos ante una magistral interpretación. La química en pantalla entre Nathan Stewart-Jarrett (Candyman) y MacKay es más que sobresaliente, y la relación de su personaje evoluciona constantemente a medida que cambia su estructura de poder.

Ambos personajes son prisioneros a su manera. Varias veces da la impresión de que su relación podría funcionar si las circunstancias hubieran sido diferentes.

*Dominio y sumisión

Femme explora las dinámicas de poder que surgen del dominio masculino. A nivel argumental, quién es superior se define a lo largo de la película. Preston es un joven que quiere expresar lo rudo que es con sus tatuajes, atuendos y su gran auto. Cuando él y Jules se encuentran en una sauna para hombres, no se da cuenta de que le dio una paliza cuando era Afrodita tres meses antes. A Preston le gustan los hombres, el sexo duro y sin concesiones. Es inusual ver a George MacKay, quien por lo demás parece bastante delicado y vulnerable, en este papel. Aquí su cuello está cubierto de tatuajes, su mirada es férrea y su acento británico siempre parece agresivo.

Jules, por otro lado, reconoce a Preston de inmediato. Ver su conflicto interno es la parte quizás más interesante de Femme. Al principio, Jules entabla una aventura con Preston para vengarse. Siente la necesidad de cometer violencia. Desde el ataque ha quedado traumatizado y ya no aparece como Afrodita. Posteriormente quiere exponer la homosexualidad de Preston en Internet. Siempre lucha consigo mismo y con sus sentimientos. Cuanto más dura la aventura, más inseguro se vuelve. Se siente atraído por Preston, aunque probablemente también sea una reacción al trauma.

La relación entre los dos se basa en el dominio de Preston. Puede combinar sus ideas tradicionales de masculinidad con su homosexualidad. Jules sirve como catalizador y parte sumisa de la relación. Nunca hay un punto en Femme en el que Preston considere aceptarse a sí mismo como gay. El miedo a ti mismo es demasiado grande. Este personaje encarna la homofobia interiorizada de un hombre que nunca ha aprendido a afrontar sus deseos de otra manera. Las personas homosexuales crecen en una sociedad en la que se enfrentan repetidamente a comentarios homofóbicos y a la discriminación. La internalización puede conducir al odio hacia los demás y hacia uno mismo: el odio a uno mismo como estrategia de represión.

*Conclusión

La ambientación en localizaciones originales en el Londres nocturno otorga a Femme un alto grado de realismo, el trabajo de cámara en movimiento de James Rhodes confiere a la acción mucha cercanía e inmediatez, hasta el punto que a veces se pierde la visión general, especialmente durante las brutales y borrosas peleas. Sam H. Freeman y Ng Choon Ping se concentran exclusivamente en la dinámica de la relación de pareja, sin descuidar la representación del entorno detrás de escena de las brillantes, a veces estilizadas, actuaciones de drag queens.

El dúo combina con éxito giros argumentales y momentos duros y tiernos para mantener al público expectante mientras se desarrolla la trepidante historia. Se exploran relaciones cargadas de sexo, pero destructivas: la combinación emocional, y a veces físicamente violenta, de lujuria y odio nunca está lejos. Los personajes impredecibles y vulnerables aumentan la tensión, al igual que la evolución de la dinámica de poder entre Jules y Preston. El tema del poder está presente siempre en Femme: el poder queer, el poder drag, la pérdida de poder y la recuperación del poder. El resultado final es la consecución de una historia queer totalmente creíble.

Escrito por Eduardo Gil

Para ser la primera película de sus realizadores, se trata de un film muy interesante, duro, intensítimo, interesante y enormemente entretenido.

Un tour de force entre dos grandes intérpretes, George MacKay, Nathan Stewart-Jarrett, ambos con personajes "con carne", que exigen mucho esfuerzo, tanto físico como mental.

Muy buen guion, con una historia narrada como un thriller, con intriga y suspense llevadas al máximo, que no deja respiro al respetable.

En mi opinión, excelente, no redonda, pero convence en su exposición de unos hechos que mezclan la ternura con la violencia más descarnada.

Recomendable, aunque se debe ver sin prejuicios.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/

Existe en ella una realidad sesgada, a través de dos personajes muy bien definidos, abordando situaciones que dentro de la temática y salvando algunas licencias, pueden considerarse lo suficientemente bien tratadas, con un desarrollo progresivo, ignorando hacia donde se dirige.

Una de las películas más provechosas vistas por mi, en este iniciado 2.024. Siempre intento no conocer demasiado en la sinopsis, tanto el argumento, como su desarrollo. Por lo poco que sabía consideré que podía interesarme, y así fue. Superando mis expectativas.