Están todos bien

No estoy muy de acuerdo con la mayoría de las críticas de esta película y es raro, porque suelo coincidir más con los usuarios de esta web que con los críticos, en general. Pero a mí me ha gustado mucho esta película. Por supuesto, mucho más que la de Tornatore, a pesar de la inmensa presencia de Mastroianni, a quien adoro en todas y cada una de sus interpretaciones.

Pero de Niro está inmenso. Con una interpretación contenida, cosa poco habitual en él, pues los directores, seguramente, acobardados por la merecida aureola del actor, debe ser que le dejan rienda suelta y le dejan hacer lo que quiera.

Y la peli se apoya por completo en él y en su interpretación, sí, pero todos los demás le hacen unos coros muy afinados.

La adaptación de las vidas de los hijos a los Estados Unidos actuales, desde mi punto de vista, está muy bien, recordándome mucho a los personajes de "Las correciones" de Jonathan Franzen, aunque, eso sí, sin el sutil y ácido sentido del humor del escritor.

En resumen, para mí, una grata sorpresa y un De Niro revisitado, que me hace olvidar papeles más histriónicos y recargados. A pesar de los pesares, un drama muy entretenido...

Según he venido a dejar mi crítica, he alucinado en colores, una por la baja nota de la película y otra leyendo alguna crítica que comentan que esto no hay nadie que se lo crea. ¿Viven en este mundo estos críticos? ¿O pertenecen al mundo de Las Guerras de Las Galaxias?

Señores, yo aquí he visto la pura realidad, una historia muy creíble. Y he visto muchas situaciones identificadas en el mundo en el cual habito. Por mi profesión, mucha gente se me sienta al lado y te cuenta su vida, y es triste comprobar como se abre una persona a un desconocido cuando vive solo o ya no tienen a sus seres queridos a su lado. De Niro encarna ese papel. Un viudo reciente, con sus cuatro hijos viviendo lejos de el, y a los cuales ha dejado de conocer, a medida que se han ido independizando. De niños les inculcó unos ideales para tener éxito en la vida y ahora vive en un mundo ficticio donde estos le cuentan lo que quiere oir y la pura realidad se la contaban a su fallecida madre. Así es imposible conocer a tus hijos y conseguir reunirlos tan siquiera en un almuerzo familiar.

Es curioso comprobar lo que se va encontrando el padre a medida que va visitando hijo por hijo, me recuerda a aquella famosa propaganda de la droga, donde el protagonista veía la realidad y su mente le ofrecía otra cosa muy distinta. Tengo un hijo que es un famoso artista, otro director de orquesta, una dueña de una empresa de publicidad y la otra una bailarina de nivel mundial, ¡¡¡ qué lejos de la realidad !!!

¿Y todo para no defraudar a un padre? ¿No es peor lo que vió con sus propios ojos? ¿Queremos vivir nuestra propia vida y ser felices o cumplir los sueños de los padres? ¿Es normal quitarse a un padre de encima después de no verlo durante tanto tiempo? ¿Así se le agradece el llegar a poner su vida en juego? ¿Quienes son los culpables, los hijos o los padres?

Me llamó mucho la atención el hecho de que si os fijáis en todas las fotos tomadas, tienen como fondo los éxitos y adquisiciones de sus hijos, como obteniendo pruebas para seguir presumiendo de lo que gracias a él, ahora son sus niños. Es una película para sacar muchas cosas positivas si se analiza bien, aunque se desarrolle en un ambiente tristón y pesimista y casi cada minuto de su proyección.

¿Eres padre?¿Te ves reflejado en el protagonista?¿Te gustaría verte en un futuro en una situación como la suya? ¡¡¡¡ Padres, aún estamos a tiempo !!!!

- Quizás porque narra con emotividad la contenida desesperación de un solitario padre desubicado y abandonado.
- Quizás porque he alucinado de nuevo (por primera vez en años) con un genial y contenido Bobby De Niro, acostumbrado últimamente a caricaturizarse a sí mismo con papeles exagerados y muecas impropias de uno de los mejores actores de todos los tiempos (pese a quien pese).
- Quizás porque paso de la nota media asignada, y porque me dan igual (aunque las acepto y coincido en alguna ocasión) las opiniones de los críticos especializados.
- Quizás porque es cine fácil, pero a mí me ha provocado sensaciones intensas (y para mí, la finalidad principal del cine es esa, provocar sensaciones).
- Quizás porque tiene fallos, pero no me importa (la balanza se me inclina claramente hacia los pros).
- Quizás porque tengo especial debilidad por la guapísima Kate Beckinsale, aunque aquí no hace ni mucho menos un gran papel (más bien cumple sin pena ni gloria) pero se lo perdono.
- Quizás porque me ha gustado bastante más que la tan valorada "A propósito de Schmidt" (no me cuadra el papel forzado de Nicholson haciendo de zumbado despeinado), con la que se le ha comparado.
- Quizás porque soy padre e hijo y no me gustaría verme en el pellejo de este padre ni de estos hijos.
- Quizás porque veo bastante cine y cada vez me cuesta más que una película me sorprenda gratamente (y esta lo ha logrado).
- Quizás porque no he visto la original, y porque posiblemente, despues de ver esta, siga sin verla.
- Quizás porque me hizo llorar...

...EL CASO ES QUE ME HA ENCANTADO.

Llevo mucho tiempo esperando volver a ver a De Niro en un gran papel y creo que sin ser este uno de sus mejores trabajos, De Niro hace un gran trabajo. Narra como un hombre que ha perdido a su mujer intenta recomponer su familia separada por kilómetros y obligaciones de cada uno. Robert hace un papel conmovedor como protagonista absoluto, a su lado futuras estrella cumplen plenamente sus papeles. Creo que es una cinta humana, que habla de la familia y de lo realmente importante en la vida, emocionante y graciosa y triste en muchos momentos. Merece la pena.

Suelen por norma fracasar los remakes americanos de películas europeas, obstando que puedan mejorarse, pero no es el caso.

Ni aún con la conmovedora prestancia de Robert De Niro durante todo el metraje de la película puede salvarse esta vez la cinta protagonizada por un hombre que, últimamente se prodiga en papeles a los que enchufa el piloto automático. Directamente la película es mala a más no poder.

Pero el caso fenomenal es que este señor no tiene ni que gesticular o hacer mueca, ni siquiera parpadear para resultar convincente porque en él reposa el don de la interpretación más pura. De Niro se ha hecho capaz de convertir en ritual, lo no habitual. Es tan grande que se permite robar 90 minutos a un metraje aplicándose la ley del mínimo esfuerzo y sin embargo arrancando una lagrimilla. En todo caso lo consigue él, nunca la película.

El automático De Niro sacude emociones… ¿qué no hará sobre las tablas de un teatro? ¿o cuando vuelva al cine de verdad? Soñar no cuesta nada y no deseo que corra el tiempo desaceleradamente pero… el qué pasará cuando De Niro peine más y más canas y se ponga panza arriba arañando las mejores interpretaciones de Welles o de Brando o de otros…, eso! ¡Eso sí quiero verlo!

La película: para el estado de ánimo de cualquier persona que necesite un un tazón de cholocolate – porque el cuerpo se lo pida- se digiere, no se paladea, empalaga lo suyo.