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Un tranvía llamado Deseo

Drama Blanche, que pertenece a una rancia pero arruinada familia sureña, es una mujer madura y decadente que vive anclada en el pasado. Ciertas circunstancias la obligan a ir a vivir a Nueva Orleáns con su hermana Stella y su cuñado Stanley (Marlon Brando), un hombre rudo y violento. A pesar de su actitud remilgada y arrogante, Blanche oculta un escabroso pasado que la ha conducido al desequilibrio mental. Su inestable conducta provoca ... [+]
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Críticas 105
Críticas ordenadas por utilidad
7 de abril de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se estrenó la película que nos ocupa faltaba tan solo un año para que la carrera del consagrado director teatral y cinematográfico se viera empañada a perpetuidad por su delación hacia sus compañeros de profesión durante la "caza de brujas" capitaneada por el senador McCarthy. El resto de su vida intentó justificarse a través de sus obras escritas o en la pantalla, amparándose en su amor por su país (aunque el era de origen otomano) pero no pudo evitar que cuando en el 98 le fue concedido un Oscar honorífico por toda su carrera algunos le recordaran que si su carrera pudo ser brillante, que lo fue, ocurrió en parte gracias a esas delaciones que por el contrario acabaron con las carreras, probablemente tan brillantes como la suya de los compañeros a los que delató. Por no hablar de las veces que fue acusado de acoso sexual.

En fin...; fundador del Actor Studio que revolucionó las técnicas de actuación basándose en las teorías o método de finales del siglo XIX del ruso Konstanstin Stanislavski y cuyo mayor exponente fue Brando precisamente. Teorías que siguen dando que hablar hasta hoy día y que han servido, aparte para que algunos se forraran con ellas en sus clases como si fueran gurús, para establecer una división, a mi juicio absurda, entre aquellos actores y actrices "seguidores del método" y de los que nunca necesitaron ningún método para ejercer su arte.

Como ejemplo en esta misma película tenemos a Vivien Leigh (y por extensión su marido Laurence Olivier que la dirigió en la puesta en escena de la obra en Inglaterra) no seguidores del método y el resto del elenco que conformaban el grupo original con el que se estrenó la obra en el 47 dirigida por el propio Kazan, a excepción de la gran Jessica Tandy en el papel de Blanche que fue sustituida dado que no gozaba en el cine de la fama y popularidad de La Leigh que ya tenía un Oscar en su haber nada menos que por la inmortal Scarlett de "Lo que el viento se llevó" y que hizo que estuviera acompañada en ese Olimpo de inmortales por su Blanche Dubois que le proporciono el segundo Oscar de su carrera.
No obstante el reparto original tuvo otros pretendientes anteriores que por una u otra razones rechazaron (Olivia de Havilland) o no cuajaron (Robert Mitchum no obtuvo el permiso de sus estudio) para encarnar a los futuros mitos. Lo que lo hicieron finalmente lo bordaron. Tres de ellos se llevaron el Oscar y a Brando se lo quitó el, por otro lado estupendo, trabajo de Bogart en "La reina de África" y que Hollywood pecó de conservadurismo ante una interpretación tan moderna de un joven que aún no era una estrella y que marcaría un antes y un después en el mundo de la actuación.
La película bordea con maestría los limites entre el teatro y el cine. Kazan quien en principio pensaba que poco más podía aportar la película a la obra, supo sacarle partido a los decorados, creando un ambiente atmosférico y opresivo con la casa y el entorno de ella, donde las luces y las sombras magníficamente fotografiadas por Harry Stradling junto con la composición de los personajes toca tanto el noir como el terror como ocurría con "El crepúsculo de los dioses" de Wilder estrenada el año anterior.
La censura y la liga católica se lo puso difícil y enmascaró muchas situaciones que en la obra eran explícitas, incluso cambiando el final para que el "malo" pagara su culpa como Dios manda, desvirtuando en buena parte el poder de ese otro dios pagano y poderoso cuyo nombre lleva el tranvía.
El mundo tortuoso, acomplejado y preñado de sexualidad y por ende deseo de Tennessee Williams, consigue aflorar en la película por mucha censura que tuviera. Dos mundos entrechocan, el viejo sur elitista y ensoñador y el nuevo sur proletario y pragmático, ambos encadenados por la pasión y el deseo común a todos los mortales. El paso del tiempo, las expectativas frustradas, la ausencia de auténtico amor, la homosexualidad reprimida y las crueles convenciones sociales bullen en una olla a presión al calor del verano de Nueva Orleans para acabar explotando en nuestras conciencias.
Brando compone un personajes brutal, infantil, machista y desvalido al mismo tiempo, en una actuación memorable pero es Vivian Leigh quien va de más a menos haciéndose con nuestra atención, enganchándose de nuestra alma para desnudar la suya en una espiral angustiosa de una vida truncada, desmadejada, imposible de remendar. Karl Malden y Kim Hunter no les van a la zaga.
Se han hecho y se siguen haciendo muchas versiones con desigual acierto. Aquí esta el molde.
ELZIETE
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3 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las interpretaciones en esta película me han sorprendido en varios momentos. Los tres actores principales están de 10, aunque, en mi opinión, una Blanche algo sobreactuada, más propia de una obra de teatro y que en cine quizá quede algo cargante. Ésta contrasta con la interpretación más natural de Stella por Kim Hunter y no se me ocurre otro actor que pudiera interpretar al visceral Stanley como lo ha hecho Brando. No he tenido el gusto de conocer la obra de Tennessee Williams, así que me voy a ceñir a la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
MissShadow
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1 de febrero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con las obras maestra y clásicos indiscutidos como este no se puede decir nada que antes no mencionaran otros.
Es una historia impresionante, qué genios eran Tennessee Williams y Elia Kazan, lograron algo increíble en tantos sentidos, antes de destacar todas las cualidades positivas que tiene decir que no sé cómo lograron eludir la estricta censura que había en ese tiempo, porque básicamente la historia es un drama sexual, todo gira en torno al sexo, Blanche, Staley, Estella y en menor medida Mitch están atravesados por la sexualidad, los rige, los domina y resulta muy explicita la película con el mismo, queda claro las veces que Stanley y Stella tienen sexo, o el motivo de que Stella siga con él, incluso dice que le resulta insoportable cuando pasa una semana lejos de ella por trabajo, es una especie de adicción. Ni hablar Stanley que es un macho alpha, prepotente, abusivo, violento, una fuerza de la naturaleza, y Blanche otra, aunque todo lo contrario, débil, blanda, frágil y también atravesada por el único consuelo que ha encontrado en la vida, el sexo.
Y la película no se cohíbe y lo muestra sin condenar el deseo, que las cosas desencadenen en tragedia no es por el sexo en sí mismo eso lo deja claro y es lo que la diferencia de obras sensacionalistas y sentenciosas, sino la represión, la hipocresía, la incomunicación.
Hacer eso en 1951 y bajo el código Hays merece todos los aplausos por el ingenio.
Lo mejor: los personajes en sí mismos y el duelo entre Blanche, una especie de pavo real al que ya no le demasiadas plumas y Stanley, un león, ambos son primitivos cada uno a su forma y están desequilibrados, pero como siempre prevalece el más fuerte, y ese departamento horrible en un barrio feo y decadente es una pequeña representación de la jungla de cemento.
Las interpretaciones, pocas veces se han visto mejores trabajos que el de Vivien Leight y Marlon Brandon, realmente están espectaculares y hacen un trabajo completamente diferente a lo que se acostumbraba en Hollywood, buenas y malas interpretaciones eran mucho más contenidas además de que en general era tal actor haciendo de pero siendo sobre todo el actor más que el personaje, acá los actores dan todo a nivel físico y psicológico, se nota que están sintiendo y viviendo a sus personajes. Kim Hunter también está excelente.
Tiene u excelente sentido del ritmo, los diálogos están repletos de frases icónicas.
La adaptación al cine también está muy lograda, no se siente monótona como pasa con un montón de obras trasladadas al cine que no puede desprenderse de su origen teatral.
Y vuelvo a destacar la valentía y astucia de tocar temas tan provocativos y hacerlo de una forma tan perfecta. Encajar la neurosis, el paso del tiempo en una mujer, el deseo, la violencia, el sexo como forma de redención y condena. También los problemas mentales, T.W tenia un talento enorme para retratar la inestabilidad mental y acá lo hace excelente.
Lo malo: quizás algunos monólogos son demasiado largos y poéticos. Aunque son coherentes con la personalidad de Blanche, es una persona que evade la realidad de todas las formas que le es posible por lo que no podía ser coherente o concisa.
Manuel
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5 de abril de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hipertrofia de lo masculino versus hipertrofia de lo femenino o fin de raza frente a sangre nueva, agreste, agresiva. Francia Polonia en USA.
Barbarie, brutalidad, primitivismo, salvaje, directo, desnudo o hipócrita, falsa, sofisticada, delicada, sórdida.
Es tan excesiva como brillante, tan asfixiante como apoteósica, estalla de belleza cuando habla de los primates o en los momentos, pocos pero suntuosos, en los que dice la verdad, cuenta, tal cual, su martirio o calvario, los hechos sin adornos flores, como en verdad ocurrieron, pecaminosos, torturados.
Y tiene mucha gracia, sobre todo al principio, cuando Marlon la encara con malos modos, el código napoleónico mediante, o cuando ella se ríe/maneja con pérfido cariño la inocencia cutre de Malden, cuando la intentan pillar en un renuncio y ella crea poesía de la nada, inventa, tuerce, malmete, arpía sibilina a la par que sensible artista de la vida, jaja.
La degradación de la tradición, Faulkner, Poe, MacCullers, contra la llegada de una nueva oleada vigorosa de inmigrantes de mayor empuje y sangre, la realeza y la plebe se cambian los papeles, se necesitan/odian, los últimos serán los primeros, occidente y oriente, Europa, lo que se gana en fuerza, verdad y vitalidad se pierde en educación y clase o gusto.
Es una película sobre la muerte, ominosa, la locura, el acabamiento, la realidad insoportable por fea, la huida hacia la nada, las mentiras, las apariencias, la moral recta y las personas más bien curvas, abombadas por dentro y por fuera.
Es el intento desesperado por conseguir hermosura a través de las palabras que transforman o transfiguran todo lo deforme o fallido, Lorca, que elevan la miseria carrera de ratas en la que estamos inmersos, de cabeza metidos de lleno, a los cielos, el horror en arte.
El deseo es lo contrario de la muerte, demasiado humano, de la verdad; el deseo es ficción, ilusión, creación, imaginación, otra cosa es el instinto que te come vivo.
Están los dos colosales, ella también, de diferentes u opuestas maneras, igual que sus personajes, el acercamiento de él es espontáneo, material, exacto, concreto, perfecto, marxista, el de ella es amanerado, retorcido, excesivo, barroco, lírico, expresionismo, abismales, maravillosos, en estado de gracia permanente, alados, proteicos, el cielo y la tierra. Pero yo me quedo con el sueño y la pesadilla, no con la luz del día que abrasa o calcina.
Él es un maltratador violador y ella es una abusadora de menores alcohólica.
Él es una mala bestia y ella una depravada zorra. Un gañán y una tenia. Él es un perro rabioso, ella es una cordera con piel de loba.
El cabrón y la meretriz. El chulo y la madame.
Los dos son unos hijos de puta de mucho cuidado, la cultura y el cuerpo, la enfermedad y la salud se reflejan, donde empieza la víctima y termina el victimario se dan la mano, en ese punto justo que se desdobla hacia el infinito, ambiguo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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11 de abril de 2016
16 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
La estupenda nota media de esta película viene dada por la portentosa actuación del Sr Brando, que interpreta de forma bárbara, porque a diferencia de los demás, se mueve continuamente, se expresa con las manos, con la mirada, se desplaza por el escenario como pez en el agua, pero señores, alerta, cuidado…. No hay más. Ya está, eso es todo.

La historia es breve y poco importante; la novela no lleva a ningún sitio, Williams está desfasado, queda mejor como colonia. Las demás actuaciones, y lo siento por el siempre fantástico Karl Malden, amigo personal, que haría que lo fuera si hubiera tenido ocasión, pero no pude conocerlo, son todas una exageración que convierten a todo el elenco en un mismo personaje; en un ente divisible de misma personalidad. Todos cabreados, todos gritando, pero además es que sin parar, como si Mr Kazan estuviera todo el rato: "más, gritar más, no paréis... Así, así...". El escenario es una casa sucia, horrenda, con churretes por las paredes, fea de ver, una mayoría de planos pistoleros que muestran una decoración decadente, triste, y con cables de la luz colgando por la pared para crear el ambiente más estridente todavía.

Así, que no hay que creerse a la mayoría, que Un tranvía llamado Deseo no es un título chulo y tirar de él. En la Reineta está el funi y no lo llaman Un funi llamado Embeleso. No hay un argumento interesante que lleve a una progresión, el planteamiento es toda la película y así hasta el punto final. Un griterío sin sentido, continuo, exagerado, pero que tampoco pasa nada, porque todo el mundo se equivoca, lo que ocurre es que... cría fama y échate a dormir, que los críticos te la mantendrán, es cine clásico y alguna hay que nombrar. Pero esto no. Verla y luego me decís. Como digo, una historia familiar sin más, que no es el biopic de un famoso o famosa. Dos hermanas… juntas en casa, con el marido de una de ellas muy harto... Por desgracia, son broncas que se dan en los hogares, cosas de la vida, y la vida de algunos mejor pasar de ellas si no son más que penurias.

Fdo. El Espíritu de la Contrariedad.
floïd blue
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