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La canción de Bernadette

Drama Historia de Bernadette Soubirous (Jennifer Jones) y el misterio de la aparición de la Virgen en Lourdes (Francia) en 1858. Cuando a Bernadette, una niña asmática, se le aparece la Señora vestida de blanco, cambia sustancialmente la vida del pueblo de Massadiel, donde surge un manantial cuyas aguas curan a los peregrinos enfermos. Estos hechos serán exhaustivamente investigados por la Iglesia, los médicos y toda suerte de expertos. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
5 de noviembre de 2006
29 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más importante de todo es que la legendaria Jennifer Jones bordó totalmente el papel (no me extraña que le dieran el Oscar a la mejor actriz), porque a mi se me olvida completamente que es ella cuando veo esta preciosa película. Es la auténtica Bernadette Soubirous cuando estás viendo el filme. ¡Qué pedazo de actriz! se metió en el personaje hasta lo más profundo que pudo, y no hablemos ya de la escena en que ella vé por primera vez a "La Señora"en la gruta de Massabielle.(yo lloro cada vez que contemplo esta escena). ¡Qué dulzura, qué maravilla, qué bonita música,...! y sus inolvidables palabras que le dice a su madre cuando vuelve de la gruta por tercera vez: "la Señora me ha dicho: NO TE PUEDO HACER DICHOSA EN ESTE MUNDO, SOLO LO PUEDO HACER EN EL MIO.(En el Cielo). En definitiva, una pelicula muy bien rodada, con escenas entrañables, actuaciones magistrales y que recomiendo especialmente a todos los que creáis en Dios, porque ya lo dice esta película al comienzo:"PARA AQUELLOS QUE CREAN EN DIOS TODA EXPLICACION ES INNECESARIA, PARA LOS QUE NO CREEN, NO HAY EXPLICACION POSIBLE".
SENEN
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15 de mayo de 2012
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Lourdes, Francia, el 11 de febrero de 1858, mientras buscaba leña a la vera de un río en compañía de su hermana Jeanne y su amiga Marie, en un momento en que se queda sola, Bernadette Soubirous, descubre en una gruta la fantástica presencia de una hermosa Señora vestida de blanco, con una banda azul y una rosa de oro en sus pies. Comprometida, por Ella, a que sigan reuniéndose en ese mismo lugar los próximos 15 días, la joven Bernadette, se siente tocada por algo tan diáfano que asume este compromiso como algo irrevocable, y desde entonces, comenzará a recibir mensajes y encargos que empezarán a alterar radicalmente la vida de aquel pueblo, antes tan normal como cualquier otro y gobernado por los típicos políticos cegatones, oportunistas y escépticos hasta la médula.

Para Bernadette, los encuentros con aquella Señora a la que sólo ella consigue ver, le producen una extraña felicidad porque, entre sus familiares (en principio) y entre los dirigentes y autoridades eclesiásticas, encuentra más reprimendas y oposiciones que beneplácitos por lo que está sucediendo alrededor de este hecho. Pero, ya la especial Señora la ha advertido: “No te puedo prometer hacerte feliz en este mundo. Solo en el otro”.

Aunque el filme nos previene al inicio que, “para aquellos que creen en Dios toda explicación es innecesaria y para los no creyentes no hay explicación posible”, a todo lo largo de la historia se mantiene un loable propósito de unir la ciencia a la religión, para que sea aquella la que indague, hasta las últimas consecuencias, lo que pueda haber de cierto en todo lo que sucede a la joven visionaria; y no se tiene reparo alguno en mostrar el propio escepticismo de la iglesia, ni en exponer los mejores argumentos de los escépticos frente a este tipo de hechos entre los que también ha habido lugar para toda suerte de patrañas y alucinaciones.

Pero, Bernadette convence con su simpleza, con la precisión de sus lacónicos argumentos y con la inobjetable coherencia que mantiene en los numerosos juicios y en las muchas evaluaciones médicas que se llevan a cabo. Sumado a esto, una serie de hechos milagrosos comienzan a suceder desde que brota aquel manantial que la Señora la llamó a abrir... y queda ya en el libre albedrío de cada uno, decidir qué siente en su corazón: ¿Impostora?... ¿Demente?... ¿O tocada por la Gracia Divina?

Escrito por George Seaton, basado en la novela de Franz Werfel, "Das Lied von Bernadette" (1941), es éste un filme muy bellamente realizado (fotografía, música y ambientación impecables), y con Jennifer Jones -en su primer protagónico-, tan dulce y maravillosa que se llevaría consigo el premio Oscar por Mejor Actriz. Linda Darnell (“The Mark of Zorro”), fue quien hizo el singular rol de la virgen.

Título para Latinoamérica: <<BERNADETTE>>
Luis Guillermo Cardona
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15 de febrero de 2007
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película cuenta con una interpretación extraordinaria por parte de Jennifer Jones, que se ha imbuído de tal forma en el personaje, que crees ver a la verdadera Bernadette. También cuenta con unos secundarios de lujo, como William Eythe y Vincent Price. Esta película resulta emotiva y cautivadora, a pesar de los años que tiene. La recomiendo para todas las personas creyentes.
Nomenclatus
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25 de enero de 2011
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se realiza una crítica a una película bélica, a un western o, incluso, a "una de romanos" los autores suelen limitarse a tratar sobre la bondad o maldad de la película, su argumento, actores, etc. No suelen, sin embargo, disertar sobre la "colonización" del far west, el imperio en tiempos de Trajano o la casuística que llevó al auge de los fascismos en Europa.
Pero, héteme aquí que, si la película versa (aunque sea circunstancialmente .... que no es éste el caso) con alguna historia en la que la Iglesia Católica pueda tener un mínimo protagonismo (protagonismo positivo, claro) .... siempre aparece el "Club de los Resentidos" cuyos componentes - aunque evidentemente fuera de la Iglesia- se sienten con todo el derecho y la autoridad del mundo para pontificar sobre ella (pontificar a degüello y con toda la mala baba y planteamientos soeces que se pueda, claro está).
Por mi parte, como soy católico, pero de los malos ...... entro al trapo y que los vayan dando .

Haré ahora mi pequeño comentario a la película para que el moderador -con toda la razón- no me regañe.
Hacen muchos años que la vi. La misma es fruto de una época y así hay que apreciarla. En su visualización tener fe, o carecer de ella influyen de modo fundamental (vamos, como si tratase sobre los Gulags de Stalin, más o menos). Muy recomendable para católicos y neutrales (si es que en la actual situación del país queda alguno de estos últimos).
Abstenerse lectores perteneces al "Club" antes mencionado ... ¡Ahórrense el trance, su úlcera se lo agradecerá!.
El papel de Jennifer Jones, en su debut cinematográfico es, a mi juicio, inolvidable. El Oscar con que fue premiada es -también a mi juicio y visto desde la perspectiva que proporcionan los casi 70 años de antigüedad de la película- plenamente merecido, y sólo por ello -el resto es totalmente previsible- y desde el respeto ideológico, hace que la película merezca la pena de ser visualizada, eso si: sin caer en fáciles alharacas.
Castelar
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13 de julio de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mensaje más oficialistamente católico ha nadado en el cine en "aguas profundas" y nunca ha terminado de ahogarse en ellas. Incluso las pastelosillas apuestas del franquismo sobre temas de este calado se salvaban por méritos propios, auspiciados dichos intentos por buenas fotografías en blanco y negro y los planteles habituales de excelentes actores españoles, incluso con la complicidad de una Isabel Orsini, que fué la "virgencita" (feílla) de España, antes de que el título le fuera arrebatado por otra virgen en la antípodas: Por supuesto, hablo de la Sevilla, y sus explosivas formas.(Véase, "La señora de Fátima" o "El cielo sobre el Pantano")

En esta línea y años antes, Henrry King decide llevar a la Gran sábana blanca el tema "mariano" más famoso de la historia, con permiso de los portugueses, y sorprende con una versión en la que los hallazgos y alardes cinematográficos se superponen casi al mensaje. Porque "La canción de Bernardette" es una estupenda película, que por su época casi anticipa los rigores artísticos del "neorralismo" italiano, llevado a los parajes sórdidos, de la
campiña francesa (nótese la contradicción) consiguiendo con esa fantástica fotografía de Arthur C. Miller, extraer lo peor de la pobreza y la desigualdad social, para, no edulcorarla, sino "mimetizarla" con una extraña y luminosa belleza que por mor de una excelente escenografía se presenta con toques casi místicos ( o sin el casi). Y no por casualidad. Ahí está para auspiciarlo, una arrebatadora Jennifer jones a cuyos primeros planos habría que dedicar un capítulo aparte, y cuyo desbordante "camaleonismo", demostraría después incorporando a una lasciva Perla Chavez en una de los duelos más eróticos de la historia del séptimo arte. Nada de ello es extraño en un director que ya antes había jugado con contrastes parecidos en la maravillosa "Seventh Heaven" (salvando las diferencias argumentales)
¿Y los secundarios? De auténtico lujo. Desde ese actor "marrullero" y magnífico que fue Charles Bickford, pasando por el sobrio Lee J. Cobb, la maravillosa Gladys Cooper, o el cínico Vicent Price.

Una excelente película que aporta al espectador un hecho nada desdeñable: Hay un lugar para el cine de connotaciones religiosas (incluso aunque dichas connotaciones tengan un sabor proselitista) porque siempre hay un lugar para el cine bien hecho. Recomendable.
el feroz
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