Escalofrío en la noche

Clint Eastwood actúa y dirige (por primera vez) este thriller en Carmel, California, en 1971, como una década después que Alfred Hitchcock maravillara al mundo con "Psicosis". `Play Misty for Me,' se convierte, como aquella, en un clásico.
Evelyn (Jessica Walter) es bastante bella y brillante para caracterizar a una psicótica asesina que simula dulzura. Como en otras películas de Clint se incluyen escenas que no tienen nada que ver y amenizan un tanto el suspense (conversaciones en la playa y festival de música). Se siente el cambio de ritmo pero la acción vuelve al paroxismo antes del desenlace. Muy buena.

Primera película del Clint director, que para mí forma casi una trilogía con las películas de los años anteriores "Dos mulas para una mujer" y "El seductor", ambas dirigidas por Don Siegel con Eastwood de protagonista.

Aquí salta al ruedo Clint, pero siguiendo la estela que habían dejado las dos anteriores películas. De nuevo, el gremio femenino no sale muy bien parado.

Resulta inquietante, y es un aviso para navegantes. He vivido en carnes de un amigo el acoso por parte de una mujer, y sin llegar a lo que narra en la película, la verdad es que se pasan nervios.

Debut de Clint Eastwood en la dirección con una película interesante y bien escrita. Es la precursora de Atracción fatal pero la de Eastwood es superior debido a que no es tan artificiosa y forzada como aquella. Contó con la ayuda de su buen amigo, el magnífico director Don Siegel, que también figura en el reparto como actor, aunque las malas lenguas dicen que fue él quien realmente dirigió la película.

Debut como director del mejor director de cine de los últimos 40 años. Esbozando muchos de sus recursos artísticos aplicados al mundo cinematográfico, el que acabará siendo el quizás mayor coleccionista de jazz del mundo comienza a desplegar esa pasión musical aplicada a su arte para deleite de aquellos cientos de espectadores devotos del gran Clint Eastwood. Éste, mito casi en vida ya, desmenuza una historia en clave hippie de obsesiones femeninas. Su tempo atrapa a aquellos cinéfilos ávidos de ver películas diferentes, con transmisión para meterse en la piel de los personajes y sentirse partícipes de la obra. No está entre las mejores de su larga y espectacular filmografía, pero apunta muy alto para superar a sus maestros Leone y Siegel (aquí haciendo un cameo, como dándole el testigo). Para amantes del cine, sin más.

Muy acertado debut en la dirección de Clint Eastwood, todo un icono del cine que se atrevió a dirigirse a sí mismo y le cogió el gustillo al tema, algo que le agradecemos infinitamente si echamos un vistazo a su brillante filmografía posterior.

Eastwood se estrena con una inquietante historia de celos injustificados, los que padece Evelyn (Jessica Walter), una admiradora de Dave Garland (Eastwood), locutor de radio que no se espera que su ardorosa seguidora fuera en realidad una maniática obsesiva. El filme se centra en cómo Evelyn afecta a la vida de Garland de una forma progresiva, aumentando la presión sobre él de manera exponencial incluso poniendo en peligro a los que le rodean, incluyendo una antigua novia suya (Donna Mills) con la que parece comenzar un nuevo idilio.

El mayor acierto de la película es su capacidad para provocar verdadera inquietud en el espectador, ya se revele como una sutil incomodidad o como una aceleración del pulso, sensaciones que se agradecen y que suponen la verdadera prueba de que estamos ante un trabajo de calidad. Bien es cierto que Eastwood le falta el rodaje que adquiriría en su cine posterior, pero en este filme ya se ven atisbos de una genialidad latente, reflejada principalmente en un gran sentido del ritmo narrativo y una gran capacidad para escenificar.

El guion es otra buena baza, bien escrito y mejor desarrollado, con elaboradas e interesantes conversaciones, sobre todo las que tienen Mills y Eastwood acerca de los errores en sus relaciones y la manera de no volver a caer en ellos. Y como no sólo de guiones vive el cine, la música también juega aquí un papel principal, y no sólo porque el título haga referencia al tema de Erroll Garner “Misty” (me refiero al título original y no a la estupidez del título en castellano), sino porque suenan a lo largo de la cinta temas variados de jazz y rythm’ blues, entre el que destaca especialmente “The first time ever I saw your face” de Roberta Flack. Es lo que tiene que el protagonista sea un locutor de radio.

A pesar de todo lo dicho, para mi gusto Eastwood resuelve la trama de forma precipitada y muy cogida por los pelos, pero se le puede perdonar considerando que fue su primera película y el resultado global resulta más que aceptable. Muy interesante.