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Misión de audaces

Bélico. Western. Aventuras Un severo coronel de La Unión (Wayne) está al frente de un regimiento que debe infiltrarse en pleno territorio confederado para cumplir una difícil misión. En esta aventura lo acompaña un médico de buenos sentimientos (Holden). Para evitar que revele sus planes al enemigo, se ven obligados a llevarse como rehén a una joven rebelde sureña (Constance Towers) que conoce la misión. (FILMAFFINITY)
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Críticas 51
Críticas ordenadas por utilidad
5 de diciembre de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El coronel de la unión John Marlowe (John Wayne), recibe la misión de infiltrarse en territorio enemigo para destruir su infraestructura y así poder ganar la Guerra Civil Americana para el norte. Pero en su camino el coronel Marlowe se encuentra con ciertos tropiezos que tiene que superar, tiene que cargar con una dama sureña (Constance Towers) y su criada, además tiene que tolerarle los desafíos al doctor (William Holden) del regimiento.

El film se destaca por sus escenas notables de acción. Las escenas de las batallas son únicas en su género, cuando llega el tren al pueblo lleno de rebeldes, el enfrentamiento con los cadetes de una academia militar juvenil y la batalla final cuando vuelan el puente. Aunque algunos digan que no es el mejor film del director John Ford, pero la película recibió una nominación del “Directors Guild of America” como mejor dirección de cine para Ford.

John Wayne interpreta al típico soldado duro y profesional y William Holden a un médico que se debate entre su deber como soldado y el de salvar vidas. La imagen de los personajes de John Wayne, rudo, impetuoso, valiente, osado y un poco sentimental, siempre los ha mantenido en la mayoría de sus películas de “western”, y esta no es la excepción.

El film está basado en un hecho real, conocido como “Grierson's Raid”. En 1863 la caballería de la Unión con 1,700 jinetes al mando del Col. Benjamin H. Grierson, cabalgaron unos 1,000 kilómetros a través de territorio enemigo, comenzando en el sur de Tennessee, atravesando el estado de Mississippi y llegando hasta la base de la unión en Baton Rouge en Louisiana.

Durante su travesía destruyeron toda la infraestructura que podía ser útil a las fuerzas del Sur (vías de tren, almacenes, puentes, etc.). Cuando la travesía terminó, las fuerzas del coronel Grierson solo habían sufrido tres muertes.
operez
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19 de noviembre de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente y entretenido film basado en una novela de Harold Sinclair. Considerada como uno de los mejores, e infravalorados, westerns de John Ford que dedicó a la caballería yanqui. Ford vuelve a demostrar su portentoso talento para los westerns, con un tratamiento de la narración magistral, y para ensanchar el aspecto social de la interacción en la comunidad militar, sobre todo en la confrontación psicológica de Marlowe y Kendall. Extraordinarios John Wayne y William Holden y también hay que destacar una maravillosa Constance Towers. Ambientada en plena Guerra de Secesión americana, donde las fuerzas de la Unión entraron en conflicto con los Estados Confederados de América, y que tuvo como resultado la esclavitud mestiza y más de un millón de muertos. La guerra finalizó en 1865 con la victoria del ejército del general Ulysses S. Grant.
Angel Lopez
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11 de diciembre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Va un ingeniero, un político, un médico y un actor. Como si fuera un chiste. Pues bien, estas profesiones tienen los dos coroneles y los dos mayores que están al frente de una columna yanqui que ha recibido la orden de cumplir una auténtica "Misión de audaces". Nada menos que adentrarse profundamente en territorio enemigo para destruir el importante nudo de comunicaciones de la ciudad de Newton.
Conviene que nos detengamos en los personajes pues sus caracteres y la evolución que experimentan a lo largo de la obra, constituyen un aspecto muy interesante de la misma. Al frente de la columna va, inevitable, el coronel Marlowe (Wayne), un antiguo ingeniero ferroviario con las formas de un sargento chusquero; le sigue en el escalafón su colega Phil Secord (Bouchey), un hombre pragmático que con algunos toques de humor va preparando ya el salto a la política.
Pero el gran adversario de Marlowe no lo vamos a encontrar entre las tropas sureñas, que aparecen muy poco y siempre en segundo plano. Su gran adversario va a ser el Dr. Kjendall (Holden), médico militar con la graduación de mayor a quien se presenta a menudo con su bata o chaqueta blanca. Formidable "Duelo de titanes" el que nos permite contemplar Ford. Láudano contra Cabeza de hierro, como era conocido el coronel entre los suyos.
En las primeras escenas advertimos ya el desprecio de Marlowe hacia los sanitarios, "La guerra no tiene nada que ver con la civilización, pero ofrece a los médicos la oportunidad de destacar", "¿Qué es lo que de verdad les importa, la vida de esos hombres o su reputación como médicos?" Luego veremos que detrás hay un problema personal: la pérdida de la mujer que amaba por lo que entiende ignorancia profesional. Apenas la extirpación de un tumor, "No tenía nada, murió ... y no maté a ninguno de los médicos". Conclusión: "Los médicos andan a ciegas en su profesión".
Estamos ante un western que bien podemos considerar de carácter sanitario, médico-militar podríamos matizar. Por deformación profesional hemos recogido las abundantes referencias sanitarias que aparecen en la cinta. Muchas y correctamente ambientadas, pero que preferimos dejar en la zona spoiler.
La parte femenina, no podía faltar, queda a cargo de la bella hacendista sureña Hanna Hunter (Towers). Una auténtica Matahari que quiere aprovechar la circunstancia para informar a los confederados de los objetivos de los yanquis. Tampoco falta la representación del simpático sargento borrachín encarnado en esta ocasión por Kirby (Pratt). Por lo demás, magníficas interpretaciones de todos los actores.
Es cierto que el contexto argumental resulta poco creíble, con algunos centenares de soldados de caballería y sus carros penetrando a fondo en territorio hostil sin ser apenas hostigados. Pero eso es lo de menos, la verdadera acción enfrenta la rigidez cuartelera del coronel con el humanismo (ojo, no humanitarismo) del médico. "Antes que militar soy médico", lo que le valdrá el correspondiente arresto por contravenir las órdenes y detener la columna para atender el parto de una mujer negra.
En la película los paisajes no juegan un papel tan determinante como en otras de Ford, pero aun así se cuidan al máximo los movimientos de masas, las cargas de la caballería, la fotografía, el colorido o la ambientación en general.
Pero el meollo está en esta ocasión en los personajes. La astucia de Hanna para conocer la misión de sus enemigos, sus insinuaciones en la cena al taciturno Marlowe, "¿Qué prefiere el alón o el muslito?" La paradoja de contemplar a un ingeniero militar destruir todo un nudo ferroviario con máquinas y vagones incluidos.
Y una vez más el camino, el camino como oportunidad para cambiar la forma de ver las cosas. Lo mismo en el tosco Marlowe que acaba por comprender los valores humanísticos que encierran las profesiones sanitarias, como en la bella sureña cuando contempla de cerca el revés de la trama que se esconde tras el brillo de los sables y de los uniformes militares en la sangre y la muerte de los jóvenes.
El amor también como factor desencadenante del cambio. Maravillosamente expresado en esa escena con Hanna sentada, cansada y arropada con un capote yanqui, que ve como se posa sobre ella la sombra que proyecta el corpachón de Marlowe.
Es la presencia inevitable de la muerte que acompaña siempre a las guerras. Buena escena también la violencia desplegada en la cantina de Newton, como la carga de los niños de la Academia militar bajo el mando del reverendo, sin duda una de las más antibelicistas que conocemos ...
En fin, una gran película que desde luego no deben perderse los aficionados al western o al cine en general.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lafuente Estefanía
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1 de julio de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Western bélico dirigido por el gran John Ford, ambientado en la guerra de Secesión. John Wayne, un rudo oficial yankee, debe dirigir un regimiento que se aventura en territorio sureño. Lo acompaña William Holden, que es el oficial médico. Ambos libran un gran duelo de personalidades, que es el eje principal de la película. El aporte femenino lo da Constance Towers, como una dama surista que se ve obligado a acompañar a los norteños (se agradece mucho que no sea una mosquita muerta).

Una cinta con muchos detalles, punzantes diálogos y escenas cómicas típicas de Ford (el oficial borrachuzas). Ambientada en Louisiana, esta vez no aparece el desierto texano, pero el cambio de aires no estropea la bella fotografía.

Para buscarle una pega, en mi opinión se pasaron un poco representando a la escuela militar surista tan joven. Vale que fueran críos... pero niños de 13 años... Aunque sea cómico le quita demasiada
seriedad.

Muy recomendable.
WesternMan
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25 de marzo de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es Ford. Una película es lo que Ford dice que es. No hay mucho más que decir. Esta es una película canónico, absolutamente magistral en su ejecución, en su desarrollo, en su confección.
Temática clásica del Westher, sin demasiados artificios, pero con la clásica tensión narrativa que te tiene dos horas mirando con verdadera pasión una historia simple y bonita.
ÁAD
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