Machete Kills

Esta propuesta es tan seria como decir que el presidente de los Estados Unidos es Charlie Sheen y que Sofía Vergara es una villana sedienta de violencia, pues si así de seria, y aunque obviamente conociendo la precuela y a Rodriguez uno no puede esperar gran seriedad de un producto pop que no tiene más ambición que divertir. Debo decir que la primera parte si fue disfrutable, era un producto diferente lleno de cinismo, sensualidad, burla mucha violencia y sangre, esta segunda parte la formula no resulta tan bien porque todo parece repetido, lo que nos sacó una risa en el pasado ahora es más bien tiene un tono de ridiculez , igual hay algunas risas que uno no puede contener y un par de escenas salvajemente violentas que se disfrutan, pero el resultado final no deja de ser mas apagado y mucho menos extravagante e interesante que su predecesor. Entonces nos queda medio aburrirnos entre tanta matazón y repetición de propuestas.

Grandísima secuela mucho más loca que su antecesora, con cantidades de muertos, sangre, desmembramientos, tias buenas y mucha absurdidad.

Este personaje de Danny Trejo se ha hecho un hueco en el cine de acción friki, y es que lo vale. Lo que empezó como un trailer falso ha ido mucho más allá y ya lleva 2 películas (y pretensión de tercera), cada vez más locas y bizarras.

Una historia aceptable que acaba siendo una locura absoluta, muchísima acción, momentos desternillantes, Machete aún mejor que en la primera parte, y un final muy abierto, una secuela para quitarse el sombrero, donde mi única queja es a partir del momento en que sale Mel Gibson, que la peli da un cambio radical que cuesta aceptar.

Muy digna de verse para cualquier amante del cine poco serio.

El presidente de los EEUU (Charlie Sheen) contrata los servicios del mercenario mexicano Machete Cortez (Dany Trejo) para que elimine a un enloquecido y excéntrico multimillonario llamado Luther Voz (Mel Gibson). Este tiene planeado conquistar el mundo con un arma de destrucción masiva desde el espacio.

Machete tiene la misión de impedir que este megalomaníaco lleve a cabo sus desquiciados planes. Machete contara con la ayuda de sus fieles amigas Sartana Rivera (Jessica Alba) y Luz/Shé (Michelle Rodríguez).

Los amantes del estilo de los filmes de Robert Rodríguez son una especie de subcultura cinéfila, alterar eso conlleva serios riesgos de aceptación por otras subculturas que no aprecian ese estilo gamberro y bizarro muy particular.

Robert Rodríguez pretendió acaparar otras audiencias cuando contrato a esta serie de actores de primera fila, pero recibió una gran decepción cuando el film no funciono como se esperaba en la taquilla.

El film goza de un reparto bien pagado y de conocidos actores, pero al final resultaron ser un fiasco porque sus interpretaciones fueron forzadas y carentes de credibilidad. Los actores escogidos no aprecian este estilo, ¿por qué lo trabajan? ¡por dinero, no por arte!

Charlie Sheen como el Presidente de los EEUU, daba la impresión que su personaje había salido de los filmes de "Hot Shots!" (1991) y "Hot Shots! Part Deux" (1993), una burla satírica desde que empieza identificándose como su hermano Emilio Estévez.

Mel Gibson en el personaje de Luther Voz era todo un desquiciado mental, al estilo de "Lethal Weapon" (1987), pero dando la impresión que estaba usando zapatos con un numero menos al que calza, una actuación forzada.

Walton Goggins, Cuba Gooding Jr. y Antonio Banderas haciendo un mismo personaje, se parecían a los tres chiflados, totalmente inexpresivos, con una comunicación no verbal que gritaba, ¡me quiero ir a casa!

Lady Gaga y Sofía Vergara, ¿quien le dijo a Rodríguez que estas mujeres son artistas de cine? Son bellas y sensuales, ¡pero nada más! Sus actuaciones parecen ser sacadas de la serie de televisión "The Twilight Zone" (1959-1964).

Por otro lado, Danny Trejo, Michelle Rodríguez, Demián Bichir y Jessica Alba demostraron conocer muy bien sus personajes y correr al estilo de Rodríguez. Sus personajes fueron convincentes y creíbles. Hasta las gemelas venezolanas Electra y Elise Avellán estuvieron muy bien con sus cortos personajes.

Ayer vi la peli, un día para sentirse orgulloso de ese bendito gen Y en nuestro código genético. Me refiero a ese sentimiento puramente masculino que surge de las gónadas y que se estremece ante la épica, los coj.nes bien puestos y las machadas varias.

En serio, todo hombre de pelo en pecho, escupir al suelo y mear en pared no debería faltar a la cita de un filme que transmite un mensaje atemporal a la descafeinada generación actual:

"No hay problema que no pueda resolverse con explosivos".

Ni Vengadores, ni nada. Los héroes de verdad vuelven

¿Cómo?, ¿que ya habíais tenido suficiente con la primera película? ¡Pero si no habéis visto nada!
El héroe mejicano de la mala leche y el machete se os va a indigestar de verdad, porque viene con más fuerza, con más ganas de cortar brazos y cabezas, y esta vez no para salvar México, ¡sino el Mundo entero!

Ya lo dije en la crítica de "Machete". La sesión en el cine fue inolvidable: sangre por doquier salpicando la pantalla, tías buenas más "heavies" que una roca, palabrotas, tiros y explosiones a mansalva y una colección de diálogos y ocurrencias que iban más allá de lo descacharrante, todo ello bien acompañado de una coca-cola y unas palomitas; aun con 17 años disfruté como un niño, al igual que mi padre y las demás personas de la sala. Pero los créditos finales venían con un anticipo: "¡"Machete" volverá con "Machete Mata" y..."Machete vuelve a Matar"!".
No me lo creía. No se le pueden pedir peras al olmo, y al árbol de "Machete" ya no le quedaban frutos. O eso pensábamos. Tres años después de la película (en los que Robert Rodríguez aprovechó para hacer unos cortometrajes y la cuarta entrega de la malograda saga "Spy Kids"), que recaudó el cuádruple de su presupuesto, se harían realidad los sueños de muchos fans del "grindhouse" cutre y violento. "Machete" efectivamente volvería con "Machete Kills", donde el cineasta mejicano, que nunca necesitó ayuda de nadie, dirige respaldado por una productora que no es la suya y con un guión que no está escrito por él.

Sí, la historia es de su cosecha, pero el que firma es un tal Kyle Ward (el mismo que colaboró en la concepción de "Underworld: Guerras de Sangre", la enésima parte de otra saga que por desgracia no ve el momento de acabar). Bueno, ¿qué podemos esperar de "Machete Kills"?, ¿algo nuevo? Ni por asomo. El comienzo es como me temía: muchas armas, mucha sangre, mucho mejicano y el héroe soltando escuetas perlas por su boca. Un golpe de suerte: matan a Jessica Alba, ¡que ya era hora! A ver si mejora la cosa...pero no, no lo hace.
El mismísimo presidente de los EE.UU., encarnado por un gracioso Charlie Sheen acreditado como Carlos Estévez, nombre real del actor, por cierto (¿Sheen como presidente?...no me extraña que el país vaya tan mal), requiere los servicios de "Machete", que no muere ni a la de tres, para detener a un psicópata revolucionario llamado Marcos Mendez, que pretende lanzar un misil nuclear contra Washington. Una nueva aventura llena de peligros, tipos malos, tías buenas, muchas oportunidades para rebanar extremidades y un montón de cosas que por supuesto estarán al alcance de nuestro héroe para completar la misión.

Lo mismo que la anterior, no nos engañemos. La colección de incoherencias, humor zafio y homenaje a la serie "B" más cutre (que aquí llega al nivel "Z") se intensifica hasta lo impensable en una trama que avanza frenética aunque sin sorpresas para los que se conozcan a Rodríguez, todo bien relleno de frases chuscas y repugnantes efectos de CGI (¿dónde están los auténticos y caseros efectos especiales de "Abierto Hasta el Amanecer"?) donde el pobre de Danny Trejo se pasa todo el rato con cara de no saber dónde coño se ha metido. De todas formas, y aun apareciendo la jodida y chillona Sofia Vergara a la que desprecio en demasía, en un papel que le viene como anillo al dedo (de p*ta), "Machete Kills" resulta medianamente entretenida.
A los 25 minutos aparece Mendez interpretado por un soberbio Demian Bichir que es lo mejor de toda la película (aquí los secundarios tienen más carisma que el protagonista) y que se lleva la mejor frase ("¿Sabes lo que eres? Tú eres la venganza, y la venganza nunca muere...sólo cambia de objetivo"). Pasada casi una excitante y algo tediosa hora, se acaba precisamente con ese personaje, y de ahí para adelante es un descenso a los infiernos; la acción y el humor negro se cruzan con un estrambótico tributo a la ciencia-ficción, y a "Star Wars" sobre todo, dando como resultado un espectáculo que se pasa de absurdo (pero mucho) y que a más de uno dejará catatónico.

Para entonces ya han salido Tom Savini, las hermanas Avellán, una explosiva Alexa Vega (la niña de "Spy Kids", que se ha desarrollado muy bien), Michelle Rodríguez con su "look" a lo Plissken compartiendo unos diálogos la mar de idiotas con Amber Heard, y en impagables cameos un gamberro Mel Gibson que se lo pasa pipa, Will Sadler (el malo de "La Jungla 2") y Walton Goggins, Cuba Gooding Jr. y Antonio Banderas como las otras personalidades del estrafalario personaje al que da vida Stefani Joanne Germanotta, que me hace echar la bilis con sólo oír su maldito nombre artístico: ¡Lady Gaga (¿qué hace esta aquí?...¡¿qué!?)!
Rodríguez se deja llevar por el exceso, lo caótico pasa de ser divertido a asfixiante. Además, el carisma de "Machete" se va haciendo pedacitos a cada minuto que pasa (lo mismo ocurría con Plissken en la autoparódica "2.013: Rescate en L.A."). Vi "Machete Kills" en un cine de verano con unos amigos, de reestreno. Pasaron tres cuartos de hora y la gente ya se empezaba a ir; a la hora y veinte no quedaba prácticamente nadie, y es que aguantar esto más de 100 minutos es pedir demasiado. Pero no es lo peor.

Antes del film apareció una chorrada de tráiler: "Machete Kills Again...in Space". Rezo para que no sea verdad, pero al acabar "Machete Kills" mis miedos se confirman y todo adquiere un sentido.
Así es, la próxima vez el mejicano de los puños de hierro estará combatiendo en el espacio. Pues por mí se puede quedar allí arriba por siempre...y Lady Gaga también.