El recuerdo de Marnie

Supongo que es cosa mía, pero las películas de animación japonesa no consiguen trasmitirme nada. Quizás sea esta película en concreto ya que no me ha acabado de atraer el guion ni cómo avanza la historia ni la protagonista, quizás sea mi dificultad para empatizar con seres ficticios, pero esta película solo me ha parecido bella de principio a fin, además de una belleza sin igual y una animación fascinante y, bueno, unos personajes muy agradables, pero tanto la protagonista Anna como la trama me sientan como un ibuprofeno en ayunas...

Sinceramente, creo que cuando empezamos a ser consciente de lo que está pasando es un error que Anna también lo entienda y lo verbalice, perdiendo así toda la emoción y caos mental que nos pudiera causar y simplemente aboca a una explicación débil y como mecanismo de defensa ante su situación.

He oído maravillas del Estudio Ghibli y no me gustaría haber venido con unas expectativas enormes respecto al guion, trama y más compendios y solo encontrarme con placer visual y auditivo.

Me encantan las películas de Ghibli y mira que son raras algunas de ellas que no te enteras de nada pero tienen algo que cautiva. "El castillo ambulante" es una película de una imaginación tan desbordada que hay momentos en que uno no sabe qué está pasando pero de todas formas hay algo que te llega. "El viaje de Chihiro" contiene tantas referencias a la tradición nipona que en más de una ocasión el espectador se quedará a medias con unos seres tan raros pero también hay algo en esa película que llega al espectador y así con todas las películas Ghibli. Por muy extrañas que sean las historias consiguen ir más allá y mantener el interés del espectador y tocar fibras interiores.
Marni, no. Marni es aburrida. Marni es un coñazo. Quizás sea de las películas menos "estrafalarias", tiene una trama y un desenlace "imprevisto" pero es aburridísima y, me cuesta decirlo de Ghibli, bastante cursi.

Esta crítica se dividirá en aspectos que me han gustado y otros que no tanto.
Empezamos por los primeros: el guión destaca por su complejidad para plantear la dicotomía entre ficción y realidad durante el metraje. Esto junto a la sensibilidad extraordinaria para abordar el tema principal del film (el peso del pasado cuando no se acepta y qué consecuencias se radican de ello en el presente) la convierte en una película muy recomendable. Al unísono con todo ello, el sonido, la ambientación, la estética, la fotografía y la música destacan por su adecuamiento a los intereses ya nombrados y su sutileza.
Como inconvenientes, el montaje y el ritmo de la película hasta la aparición de Marnie es demasiado rápido. Yonebayashi quiere avanzar raudo hasta que se desate el conflicto entre ficción y realidad, que añade varias extremidades a la planteado anteriormente y desata el film completamente, pero a consecuencia de no introducir la pausa suficiente en su inicio. Por otro lado, a pesar de la sensibilidad imperante y de ese contraste entre ficción y realidad tan conseguido, también concurren en la película algunos subrayados, una trampa en el desarrollo argumental (el fotograma de la muñeca "Marnie") y algunos puntos de sentimentalismo algo exagerado. Estos aspectos deslucen un poco el conjunto.

En conclusión, El recuerdo de Marnie es un film sobre la exclusión, la timidez y el peso de los recuerdos altamente recomendable por su sensible tratamiento y su estudio de la ficción y la realidad a través del cine.

La mejor película del Studio Ghibli para mí. Es realmente una obra de arte, desde la encantadora, sensorial y emocionante banda sonora hasta la delicadeza, tranquilidad y sobriedad de los trazos. Es cine del mejor, tal vez disfrutable para los niños, pero con una historia mágica que fascina a los adultos. Te atrapa como pocas películas logran hacer. Es una de las mejores películas de animación que he visto (y he visto demasiadas). No logró el Oscar por lo estandarizado que se ha vuelto Disney en esta categoría, aunque Inside Out (la ganadora) sea también una excelente película.

La razón por la que vi esta película fue porque había sido producida por el estudio Ghibli y había sido nominada en los Óscar a mejor película de animación. Es indiscutible que la animación es insuperable conociendo al estudio, es cierto que las escenas que muestran no son tan espectaculares como en películas anteriores, pero su estilo está impregnado en la toda la película.
La historia es de esas que te da pequeñas pistas o piezas durante todo el metraje, y es cuando llegas a su final cuando todo lo que has visto tiene valor, haciendo que su desenlace hace que valga o no la pena todo lo que has visto, dependiendo si te resulta reconfortante. Para mí ha hecho que haya merecido la pena verla, pero tengo que decir que he visto que historias similares han logrado contar lo mismo en bastante menos tiempo con la misma carga emotiva. Aquí se siente diluido los sentimientos que quiere transmitir.
En conclusión, una película indispensable para los seguidores del estudio, para el resto, tener en cuenta que debéis de tener un poco de paciencia, ya que es su final el que logra enlazar todo con un broche de oro.