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Solo ante el peligro

Western. Intriga Will Kane (Gary Cooper), el sheriff del pequeño pueblo de Hadleyville, acaba de contraer matrimonio con Amy (Grace Kelly). Los recién casados proyectan trasladarse a la ciudad y abrir un pequeño negocio; pero, de repente, empieza a correr por el pueblo la noticia de que Frank Miller (Ian MacDonald), un criminal que Kane había atrapado y llevado ante la justicia, ha salido de la cárcel y llegará al pueblo en el tren del mediodía para ... [+]
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Críticas 163
Críticas ordenadas por utilidad
10 de septiembre de 2008
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leer que a Howard Hawks no le gustó esta película hizo que la viera. La película es un ataque a las instituciones, la justicia (recogiendo la bandera y la balanza), la iglesia, al egoísmo humano; a pesar de que el protagonista pudiera escapar con su esposa los hubieran buscado. El pueblo prefiere convivir con malhechores que aportarán ingresos en el futuro a que no haya tiroteos. Un gran Gary Cooper, algunas imágenes muy buenas, un gran montaje y rodada en tiempo real asistimos a una tensión que va creciendo y a la desesperación de un antihéroe, porqué no estamos acostumbrados a ver al protagonista a pedir ayuda a todos y darlo todo por perdido.

Dr. Hackenbush.
Amelie76
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14 de junio de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película tiene algo insuperable: la tristeza en la mirada de Gary Cooper. Esa dramática soledad sonora siempre será un referente de nuestra propia soledad, ese caminar por las calles de un ciudad desierta, en una búsqueda inútil de hombres dignos y valientes con los que hacer frente a la ignominia, tiene mucho de paradigma de un vida vivible y se convierte en un ejemplo que trasciende con mucho el género del western. Hay que ponérsela a los niños en las escuelas para que comprendan en qué consiste el valor social de la dignidad.

Siempre me emocionó la epopeya de un hombre que se queda solo el mismo día de su boda, impelido por su propio concepto de la moral. Siempre me parecieron felizmente expuestas las razones de quienes le dejaron solo, que tampoco son banales. La vida se manifiesta aquí en su plena complejidad y no como una falsificación ridícula en la que los buenos y los malos lo son porque el guionista los hizo así. Una paleta de comportamientos, pues, que nos resume muy bien a los seres humanos, siempre frágiles y contradictorios, y esa maldición que parece presidir siempre nuestras vidas: elegir. Kierkegaard decía precisamente que vivir es elegir.

La vida y la ficción se entrecruzan en ella. El guionista, Carl Foreman, dijo sentirse muy solo ante ese inefable Comité que diseccionaba inquisitorialmente la vida y la ideología de los intelectuales norteamericanos cuando fue acusado de actividades políticas subversivas y muchos de sus compañeros miraron en ese momento para otro lado, o se fueron al cine a ver una película de John Wayne.

Además de Cooper encontramos a otros actores magníficos que representan esas elecciones. Por ejemplo a la mexicana Katy Jurado, con sus ojos turbadores, que al año siguiente iba a coprotagonizar “El bruto”, una de las mejores películas que Luis Buñuel iba a rodar en su país. Y, naturalmente, la bellísima Grace Kelly, en la segunda película de su corta carrera cinematográfica, y dos años antes de ganar un Oscar a la mejor interpretación por su papel en “La angustia de vivir”, de George Seaton. Aquí tenía veintitrés años y esposo en la ficción Gary Cooper, cincuenta y uno.

Fred Zineman, de origen austríaco, era seis años más joven que él. Ya tenía detrás de sí algunos títulos memorables, como “La Séptima Cruz”, basada en la novela de Anna Seghers y protagonizada por Spencer Tracy, pero con ésta se manifiesta como un director sólido y valiente. Tal vez no lo sabía, pero “Solo ante el peligro” iba a granjearle, además de un enorme prestigio, muchas enemistades entre quienes cultivaban un género de western en el que los indios eran los malos y forajidos con pistola, muy buenos.
Paco Ortega
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2 de julio de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
134/15(21/06/12) El infravalorado director austriaco Fred Zinnemann nos regaló un clásico del Séptimo Arte que cumple 60 años, uno de los mejores westerns que se hayan hecho, al que el paso del tiempo no le ha hecho mella alguna, un guión absorbente que tiene la fascinante peculiaridad de que la acción pasa en tiempo real, 80 minutos de una apasionante tensión. El guionista es Carl Foreman (‘Hombres’ o ‘El Puente sobre el Río Kwai’), perseguido por la nefasta Caza de Brujas comandada por el senador McCarthy, antes del estreno del film tuvo que emigrar a Londres. Tiene como escenario Hadleyville (Nuevo México), Will Kane (gran Gary Cooper, Oscar por su rol) se acaba de casar con Amy (bella Grace Kelly), Will ha sido el sheriff hasta este día, se marcha a otro lugar a ser comerciante, pero el destino le prepara una broma macabra, en poco más de una hora llega un tren a la estación con Frank Miller (inane Ian MacDonald), Will lo envió a prisión y ahora viene indultado con tres pistoleros a cumplir la venganza que juró en el estrado, el próximo sheriff llega al día siguiente, los vecinos de la villa le aconsejan a Will que huya , incluso su reciencasada, pero él tiene un arraigado sentido del deber que le impide huir, pretende reclutar agente para combatirlos y se topará con la falsedad social. La cinta presenta una puesta en escena memorable de un increscendo de tensión asfixiante, el relato se centra en la búsqueda por parte de Will de ayuda, este es el gran pilar de la obra, con diálogos y situaciones de gran intensidad, sublime alegoría la de Will entrando en una Iglesia abarrotada a pedir ayuda, comienza con una reprimenda del reverendo a este por haberse casado por lo civil, luego los argumentos a favor y en contra se cruzan, hasta que el alcalde Jonas Henderson (gran Thomas Mitchell) toma la palabra y refleja la demagogia social de nuestro mundo, el auxilio, los retorcidos principios morales, o la deslealtad son loados en pos de una fingida normalidad, mezcla en un mismo entorno a la religión, la política y la ley, y Zinnemann las vapulea en un retrato deprimente de nuestra condición humana, magnífica la escena en que va a visitar a su mentor, el antigua sheriff, Martin Howe (gran Lon Chaney jr.) y este le dice que la gente no merece la pena y que se vaya, o la de la visita al juez Percy Mettrick (gran Otto Kruger) que hace un rato le había casado y que ahora en un simbólico gesto recoge sus cosas en una maleta para huir, empezando por empaquetar la bandera de USA, es el juez que condenó a Miller y no se quedará a esperarlo, Percy declamará un gran soliloquio justificando su cobardía. Es más un thriller opresivo que un western, que parezca a este género es solo un McGuffin, la presión se va acumulando, las dudas aparecen en Will a especie de Jesús en la Cruz, su estremecedora soledad se palpa poco a poco, para ello la realización de Fred es magistral con asoladores planos de Will por una calle solitaria,… (Continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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17 de agosto de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de uno de los westerns que más controversia ha suscitado a favor y en contra, pues al parecer no era del agrado de Howard Hawks y del crítico André Bazin, según Hawks este Sheriff era un cobarde miedoso que necesita que le ayuden. Según Bazin era un western político deleznable. Yo me considero de los del lado positivo, por lo que intentaré describir los aciertos de este extraordinario western, que trata sobre un hombre que debe tomar una decisión de acuerdo con su conciencia y que tiene miedo, pero cuyo sentido de la decencia, le obliga a enfrentarse a su destino, en lugar de huir, como le aconseja su flamante esposa Amy (estupenda Grace Kelly), y sus más cercanos.

Es evidente que el guionista Carl Foreman, perseguido por sus ideas políticas, introdujo en este western una soterrada parábola antimacarthysta, pues eran tiempos convulsos en la meca del cine. La película sin el excelente trabajo de Gary Cooper, que le consagraría como uno de los más grandes, ganando merecidamente el Oscar, sería probablemente distinta. El sheriff de Hadleyville, Will Kane es un hombre honesto y con principios, el día de su boda llega la noticia de que han indultado a Frank Miller, un temible asesino que él envió a prisión, sus compinches esperan el tren para reunirse y vengarse del sheriff. Este pide ayuda a su.s conciudadanos, esos que él defendió contra los delincuentes y que ahora cuando les pide ayuda, le dan la espalda.

Solo ante el peligro (mejor el título español, que el original “High Noon” (A mediodía), es un excelente western en el que junto a la preponderancia de la acción y la utilización del reloj para crear tensión, también existe un tiempo para la reflexión. Disponiendo de un protagonista que no es ni apuesto, ni joven, ni siquiera es un héroe, es solo un hombre corriente pero digno. Pide ayuda porque el problema no sólo es suyo, es de todos los ciudadanos, si no quieren ser amedrentados y privados de libertad por unos execrables forajidos. Es curioso que los únicos dispuestos a prestarle ayuda son: un borracho tuerto, un anciano con artrosis y un adolescente de 14 años. Tal como ocurría en los EE.UU. por esa época, el conservadurismo político extremo liderado por MaCarthy estaba cercenando la libertad de pensamiento.

Zinnemann hace un gran trabajo en este film modesto rodado en 28 días, con presupuesto de 750,000$, fotografía de documental, B/N con luz plana, sin apenas sombras ni contrastes, se rebela absolutamente adecuada, favorecida por una medida planificación que encuentra su más justa expresión en esa portentosa grúa que, partiendo del protagonista sube y sube hasta mostrar toda la calle, con la empequeñecida figura de Kane mostrada en toda su soledad. Inolvidable la música de Dimitri Tiomkin y la canción (Do Not Forsake Me, Oh My Darling) que ganarían sendos Oscar junto a Cooper y el excelente montaje de Elmo Williams.
Antonio Morales
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5 de agosto de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El niño grande, hedonista y atolondrado se ha hecho mayor. Acaba de cumplir 50 años de los años 50 y aunque sigue siendo un Don Juan impenitente (durante la película se lió con la Kelly de 21 añitos), no cuadra mucho con el personaje de 30 años aguerrido que acaba de casarse con una jovencita. Además está en hora bajas de popularidad y con una úlcera sangrante que le está haciendo polvo y un rostro donde afloran sabias arrugas. El film es de bajo presupuesto y media docena de actores de renombre (Peck, Heston, Douglas, Clift, Brando, Lancaster) han rechazado el personaje. Se encuentra en un momento crucial de su dilatada carrera de 25 años y más de 80 películas. Se encuentra solo ante el peligro de que este sea su canto del cisne. Se rebaja el sueldo a cambio de una participación en beneficios. El resultado forma parte de su leyenda.

Cooper se llevó el Oscar en una de sus mejores interpretaciones y la película fue muy popular, a despecho de John Wayne y su amigo Ward Bond a los que no les hacía gracia que la cinta fuese una alegoría de la caza de brujas comunista del senador McCarthy apoyando al Comité de actividades antiestadounidenses. Paradojicamente Cooper también declaró en contra aunque de aquella manera, queriendo nadar y salvar la ropa. A la postre fue Wayne quien recogió su Oscar dado que Cooper no se presentó a la ceremonia de entrega. Más adelante Wayne haría piña con Howard Hawks para crear otro sheriff mítico cuya testosterona no necesitaba de la ayuda de nadie, aunque se la prestaran Walter Brennan, Dean Martín y Ricky Nelson en "Rio Bravo" (1959).

Zinnemann y su director de fotografía habían tomado buena nota de la obra fotográfica de Mathew B. Brady (1822-96) y el primer plano de inicio donde se recortan las ramas de unos arboles sobre un cielo lechoso ya auguran lo mejor. Pensaron utilizar el color pero el trasfondo dramático de la historia no podía ser de otra manera.

Zinneman da un recital de eficacia, sobriedad y variedad de recursos y planos siempre a favor de lo que está ocurriendo. No más de tres tomas por escena. La música de Dimiri Tionkim que también hizo la de "Rio Bravo", ocupa un lugar destacado en la historia del Western. La sensación de estar rodada en tiempo real aumenta la tensión. A Cooper apenas lo maquillaron. El sudor, la tensión y las arrugas de su rostro (aparte la úlcera) reflejan todo un mundo interior de convicciones profundas donde la consciencia del propio miedo y su superación es el primer paso necesario para el valor de los héroes que no dejan de ser humanos.

Esos humanos que por una u otras razones de conveniencia miran hacia otro lado, mientras que hombres como el guionista Carl Foreman entre muchos otros ven truncadas sus carreras sintiéndose tan solos y desamparados como el sheriff Kane. Algunos como Chaplin teniendo que abandonar un país que otrora lo idolatraba.

Foreman se inspiró en un relato corto: "The Tin Star" de John Cunningan publicado en la revista Harper´s. El productor Kramer, hábil como casi todos los productores de la época hizo que fuera Foreman quien comprara los derechos por mucho menos de lo que le hubieran costado a él.

Debutaron Lee Van Cleef y Grace Kelly. Villano donde los haya el primero y estrella icónica y futura princesa la segunda. A ambos les quiere la cámara a pesar de que aún están "verdes". No como la estupenda Katy Jurado (Kelly y ella no se podían ver) que se merienda a todos en sus escenas.

"High noon" (Mediodia) título original, a pesar de que se rodó en horarios que dejaban sombras, no deja ni una en cuanto a ser uno de los mejores western de la historia.
ELZIETE
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