Declaración de guerra

Esta película nos pone ante una realidad muy palpable: la enfermedad. Es muy interesante ver cómo afrontan los personajes la realidad que se les viene encima. Lo mejor de todo es que la directora no quiere hacer un tópico de este tipo de situaciones, lo que hace que salgas con algo de mal cuerpo al acabar la película. ¿A qué se debe? A que no estamos acostumbrados a ver una película que pueda ser real, una pura realidad. No hay aditivos. Pero a medida que reflexionas sobre ella te das cuenta de lo verosímil que es y te paras a pensar en cómo afrontarías tú esa misma situación.
Hay que dejar de lado el hecho de que es una película de bajo presupuesto. Aún así, creo que consigue su objetivo. Me ha parecido una película muy interesante para reflexionar acerca de nuestra posición ante el dolor y el sufrimiento. El fallo de esta situación es que los personajes piensan que, con sus solas fuerzas, conseguirán salir adelante. Pero siempre necesitamos de Algo más.

Si tuviera que buscar un adjetivo para calificar esta película, éste sería tierno. Para mí es una película tierna, una historia de amor en medio de un drama que está magistralmente tratado. Es un canto de optimismo que nos explica que cuando existe el amor y el apoyo mutuo en el seno de la pareja se puede vencer cualquier dificultad por dura que sea. Excelente interpretación sobre todo de la protagonista-directora y también, supongo que mérito igualmente suyo,del niño. Muy bien reflejado también el ambiente hospitalario que me ha hecho rememorar parecidas circunstancias vividas por mí aquí en España.

Valérie Donzelli y su pareja, Jérémie Elkaïm, han logrado una buena película. Sin temor a parecer efectistas se han atrevido a insertarse en su drama como pareja y como padres para brindar al mundo una lección de vida llena de alegría y de lucha. El filme pudo habérseles salido de las manos, como la vida misma, pero la pareja logra pernear la retina y la imaginación para mostrar de qué está hecha la existencia, el amor, la vida cotidiana, la entrega y hasta el dolor. Todo este conjunto enmarcado en una irrefrenable esperanza.
No sé cómo se podrá tomar esta película sin tener en cuenta que son sus mismos protagonistas los seres que han pasado por aquella "declaración de guerra". Esa duda me hace pensar que, muchas veces, el valor testimonial tiene un peso superior al que uno con justeza podría darle. Como este filme mezcla la vida misma con lo que hace bello al cine, sacudir la vida, entonces uno solo puede discurrir que las dos instancias han logrado cautivar y enamorar de la vida y de la historia.

Excelente film, realizada, guionizada y protagonizada por Valérie Donzelli, a la que no tenía hasta el momento el gusto de "conocerla". O sea, sus trabajos anteriores.
Es una cinta con un trabajo soberbio de guión, donde la originalidad radica, sobre todo, en la idiosincrasia de la pareja protagonista y en la utilización de la música, todo un logro.
Además de todo ello, las interpretaciones son maravillosas, todas creíbles, aunque los personajes, algunas veces se pasen en la muestra de sus sentimientos, como cuando, en cadena, los miembros familiares van sabiendo de uno en uno, la verdadera naturaleza de la enfermedad del niño. Quizás un tanto exagerado o demasiado dramático, que no inverosímil. A mi modo de ver, claro.
Pero en conjunto se trata de un trabajo que merece la pena verse pues conmueve, hace reír a veces y saca lo mejor de nosotros mismos.
Un film positivo.

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Torpe producción francesa en la que ante un tragedia personal todo el mundo reacciona de manera histérica y alocada. Ni drama ni comedia, se queda en una tierra de nadie insustancial hace hace larga su hora y media, en la que no pararás de preguntarte por qué otra vez caíste con el cine francés.