Killer Joe

Sabemos que la carrera de William Friedkin no atraviesa su mejor momento. Sus últimos trabajos son la no estrenada entre nosotros Bug y las muy rutinarias La Presa y Reglas de Compromiso. Por eso, hay que recordarse a uno mismo, a la hora de valorar Killer Joe, que él también es el autor de El Exorcista, Cruising o The French Connection; por lo que Killer Joe puede ser, o debería ser, mucho más de lo que aparenta.

Pero no es fácil saber que se ha querido hacer con Killer Joe. Ha originado opiniones polarizadas allí donde se ha visto, y no me extraña lo más mínimo. Una vez vista, no se sabe muy bien lo que se ha querido conseguir con esta cinta, su barniz estilístico, aún apuntando maneras, no queda demasiado claro, y aparte de un sórdido retrato de una familia white trash y sus circunstancias, no se muy bien lo que Friedkin y compañía han querido contar.

Es loable el esfuerzo por hacer una película distinta a lo habitual: en Killer Joe, los personajes (excepto el Joe del título), son completos ineficientes mentales, seres amorales e inmorales sin el más sentido de la decencia o el humanismo. Al fin y al cabo, en ella vemos a un hijo capaz de matar a su propia madre por dinero, capaz de vender a su hermana sexualmente (aún con la inocencia/tara mental que ésta arrastra), a unos padres capaces de traicionar y herir a su propio hijo, etc... es decir, un verdadero rosario de indecencias y calamidades de difícil digestión. Pero encuentro el problema en que no hay un verdadero decantamiento por, o bien hacer una salvaje y mordiente comedia negra; o por construir un áspero retrato de determinadas capas de la sociedad estadounidense. Éso se percibe una vez la película acaba, y la sensación es de extrañeza y confusión.

¿Quién salva Killer Joe de la quema? Evidentemente, sus actores, y en especial uno de ellos, Joe. Ya no hay que justificarse más, Matthew McConaughey es un intérprete maravilloso. Sus compañeros de reparto están bien, pese a tener que lidiar con los problemas de la cinta, pero su trabajo como Killer Joe es de otra galaxia. Lo es porque en su interpretación hay construcción del personaje en cuanto al lugar, la clase social, el contexto, el ambiente... pero también hay verdadero sentido del humor y sincera salvajada. Su intensidad, sus silencios, su violencia, las microhistorias que cuenta... todo ello dice mucho más de la película que la propia película, convirtiéndose así en la principal razón para ver y apreciar esta inusual, interesante e irregular barbaridad cinematográfica.

El planteamiento de la película es muy alentador, con personajes que pueden ser muy interesantes, con su toque bizarro y mucha visión en detalles, escenas y escenario para crear una buena espectativa. Pero no me ha convencido, le pongo demasiados peros. Uno de ellos es que la parte final no me convence nada, no está bien 'rematada' lo cual es una pena ante la primera hora y pico de visionado. Otro asunto es que los actores y actrices no me gustan demasiado, no me han resultado muy creíbles, especialmente McConaughey, que alabo el cambio total de personaje al que está acostumbrado, pero no me ha convencido, pensaba cada vez que veía su personaje, que otros actores hubieran encajado mucho mejor. La historia da muchos bandazos argumentales que no se explican mucho, personajes que aparecen y desaparecen sin más... no sé, que igual tampo es muy necesario pero me ha despistado.
El asunto final es que creo que con otro actor principal al menos, algo mejor desarrollada la historia y mejor final, hubiera sido una muy buena película. Quizás la puntuación que pongo viene determinada por pensar que la idea es muy buena, pero no ha estado todo lo bien desarrollada, o cuando la ví estaba algo criticón, que todo puede ser.
De todas formas se deja ver bien, y para pasar un rato pues vale.

Matthew McConaughey es un tío que no me desagrada. A veces, en algunas películas como en 'Cómo perder a un chico en 10 días' o 'Killer Joe' incluso me gusta.

Esta es una película al más puro estilo redneck (paletos sureños), donde unos descerebrados contratan a un sicario para matar a la madre y cobrar un seguro. La historia no tiene mucho más, pero el desarrollo se hace con el tempo justo, ni demasiado lento, ni demasiado rápido, y eso le da firmeza.

Lo único que no me ha gustado es que hayan dejado ese final abierto, totalmente innecesario salvo que pretendan hacer una segunda parte.

No es un peliculón, pero al menos es más original que la mayoría, y es de lo mejorcito que he visto en las últimas semanas (lo cual no dice mucho a mi favor). Si tiene dudas, véala.

Antes de ser estudioso del cine y sus técnicas, soy espectador; del mismo modo en que, antes de ser escritor de novelas, soy lector. Filmaffinitty es un punto de referencia para el espectador, y todo aficionado al cine que desea saber si un filme merece o no la pena; a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena, buenísima, a mala, malísima, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: BUENA.
La película de Friedkin te coge desde sus primeras imágenes; y ya no te deja. Al principio creemos estar ante una película de humor negro, tipo "La cosecha de hielo", "Kiss bang bang", o "Red Rock West"; pero poco a poco el tono de la cinta nos lleva hacia el lado más sórdido de unas vidas tan acotadas, como caóticas. La actuación de MCConaughey es tensa, ambigua y magnífica. Algunas de sus escenas quedarán para siempre en la retina, y en la historia del cine. Como un reloj, el filme avanza, y nos sorprende un poco más, a cada golpe de minutero, para llevarnos hasta un impactante final.

No deja de ser, negativamente curioso y de gran frustración para los amantes del buen cine, ver la cartelera repleta de películas, a cual peor o repetida de otras versiones mejores, y que no puedas visionar, disfrutar de una apasionante y delirante historia, que cuenta con un potencial y enérgico guión, con unos personajes estrafalarios -a cual peor- y cuidados en su variopinta personalidad hasta el límite máximo y con un desenlace explosivo y fulminante a lo Quentin Tarantino que evoca sus pretensiones de impacto y colisión para con el espectador. No te dejará indiferente, no podrás mantenerte al margen y te verás, inevitablemente, arrastrada por los acontecimientos en una desesperante búsqueda de algo de razón y lógica que envuelva tanta locura y estupidez. Con probabilidad -y también sin ella- la mejor interpretación de un soberbio -por fin- Matthew McConaughey en un relato miserable y ruin -al igual que sus protagonistas-, comedia dramática negra de gran ofuscación y obsesión que no necesita de mucha más atención ni explicación -ni envoltura- que la violencia emocional y física detonante, que la inexplicable mezquindad de una diversión extraña y un gusto sublime por seguir observando hacia donde sea que quieran llevarte. Es tal la fuerza de los personajes que únicamente cabe centrarse en ellos y dejarse llevar por el gran asombro y conmoción que desprenden. Una presentación y exhibición de buen nivel.

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