Haz click aquí para copiar la URL

El hombre que mató a Liberty Valance

Western Ransom Stoddard (James Stewart), anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, explica a un periodista por qué ha viajado con su mujer (Vera Miles) para asistir al funeral de su viejo amigo Tom Doniphon (John Wayne). La historia empieza muchos años antes, cuando Ransom era un joven abogado del este que se dirigía en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar, ... [+]
<< 1 5 6 7 10 44 >>
Críticas 220
Críticas ordenadas por utilidad
22 de septiembre de 2010
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una inmensa historia de amistad, de perdedores y ganadores, de amor
desinteresado, de un pueblo sin ley.
Con una belleza sutil y conmovedora, esta película intemporal fue dirigida
por uno de los maestros del cine el gran John Ford (El delator y Las uvas
de la ira) entre otras, por las que consiguió sendos oscar a la mejor dirección.
.
El hombre que mató a Liberty Valance fue estrenada en el año 1962 y contó
con un elenco de actores extraordinarios (Stewart, Wayne, apodado El Duque,
Lee Marvin, Vera Miles).

No soy experto en cine del oeste, habré visto 7 u 8 pero si sé que esta película
se aleja de los típicos forajidos (aunque tienen) y disparos a salto mata,
es una historia ensamblada a la perfección, en la que cada personaje guarda
una línea seriamente estructurada, guiados por una soberbia dirección,
no aburre en ningún momento amén de unas magníficas actuaciones para mi
gusto Stewart bien, Wayne genial, y Lee Marvin descomunal, el uso de la
cámara de Ford y la reseñable banda sonora, hacen de este film una auténtica
joya del séptimo arte, imprescindible.
elrubiosevilla
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de agosto de 2012
23 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro: no tengo ni idea de cine; cuando todo entendido pontifica sin dudarlo que esta película es una obra maestra uno piensa o que no entiende de cine o que tiene otra percepción. Leo las críticas para intentar entenderlo y ante la persistencia del misterio doy por zanjado el asunto: no sé de cine. Yo lo que vi fue una historia contada por un viejo senador en cuya analepsis relata como llegó a enfrentarse con un terrible villano, LIberty Valance; vayamos al villano: Lee Marvin: donde está el miedo que provoca con sus ínfulas de borracho matachín y sus venganzas de delincuente problemático, como de inadaptado, sin más. No le veo la brillantez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Julien Tormá
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de noviembre de 2011
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía hará no demasiado tiempo, tras ver 'Sin perdón' por primera vez a mis 21 años, que le debía mucho al Western, que tantos y tantos años de odiarlo sin motivo no podían seguir siendo la nota dominante en el futuro, que me comprometía a ir hincándole el diente pero con ganas, nada de forzar su digestión. Pues bien, al igual que a mí me dio por empezar por el final, con esa obra crepuscular del bueno de Clint, de nuevo me encuentro ante otra cinta que va por los mismos derroteros, a saber: de las últimas de Ford (y la más redonda, dicen), de las últimas del western tal cual se concibió, de las mejor estimadas en la memoria colectiva, y me atrevería a decir también que la mejor de ese icono ya inmortal que es John Wayne. El puto John Wayne... Menuda conjunción de factores. Claro, no ha habido sorpresa, 'Liberty Valance' es un jodido peliculón. Con todas sus letras y toda la saliva que usted quiera. La merece.

Y es que el resultado no podría ser más redondo (olviden el 9, es porque soy un quisquilloso). John Ford decide, pues, empezar por el final para contar su historia, y le bastan dos minutos escasos para tenernos enganchados, agarrados por los huevos. La ambientación es asombrosa, el aura de violencia y decadencia del tipo que gusten cristalina, y sin embargo el manejo de cámara es delicioso, la pulcritud en tal ambiente sucio y chabacano de lo más impresionante que he visto... joder, que dan ganas de enfundarse un par de botas, coger una pistola y tirar para el Oeste, donde siempre, repito, siempre se imprime la leyenda. Y menuda es la del miserable de Valance y todos los que le rodearon en su caída inevitable. Fíjense si me ha gustado la película que voy a tener que retirar unas palabras muy muy feas que le dediqué al colega Lee Marvin, poniendo en duda su talento (tío, no podrías haberlo hecho mejor esta vez, con esa voz que parece salida de algún muerto, buah).

Pero ojo, que aquí el protagonista no es Valance. Ni Stewart. Ni mucho menos las mujeres, aunque se les dé bastante más barniz del que presuponía al enfrentarme a un western de los años 60 (bien por el director). Nada se ha apolillado en esta cinta, que sigue siendo tan moderna como cuando la estrenaron, y eso es señal de ganadores, desde luego. No obstante, decía que aquí el protagonista no es otro que John Wayne. El puto John Wayne. Todavía no me explico cómo han pasado 21 años hasta que nos han presentado oficialmente. Menudo puto crack que es este tío de ojos achinados y mirada inescrutable, de pose siempre fotogénica pero nunca fingida, de mueca constante y humanidad imborrable (aquí no hay personajes de una pieza)... Qué puedo decir salvo repetirme: menudo puto crack. Si hay leyenda en esta cinta, que la hay y a capazos de eternidad, es la tuya, muchachote rudo y dolido en el amor.

(...)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
José (FullPush)
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de agosto de 2011
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se puede hacer una crítica mínimamente decente de semejante maravilla en tan reducido espacio. Si Ford se ha dejado el alma en la película nosotros deberíamos hacer lo mismo y dedicarle como mínimo un ensayo o, como muestra ya de un cierto respeto, un libro. Y esto, por cierto, dando por descontado que tengamos para la crítica la décima parte del talento que Ford tenía para hacer películas. Así las cosas, dejando claro lo primero, mis limitaciones, comentaré algunas cosas sobre Ford y su obra maestra "El hombre que mató a Liberty Valance".
"Me llamo John Ford y hago películas del oeste..." Así se presentó John Ford y, a continuación, se puso a defender a Joseph Leo Mankiewicz en una reunión de directores en la que el 'vendido' De Mille acusaba a Manckiewicz de comunista. Así era Ford, un hombre de una pieza (y un solo ojo) que como muchos de los pioneros del cine no fueron meros observadores de la vida sino actores de la misma. Fueron: periodistas, escritores, aviadores, músicos... Vivían la vida y, lo más importante de todo: sabían contar historias. Esas historias que ellos mismos habían vivido. Ford conoció a Wyatt Earp, a muchos pistoleros (eran buenos sobre todo con el rifle), a muchos indios. Ford plasmó en sus películas el auge y la decadencia del Oeste. Quizás nunca lo hizo mejor que en "El hombre que mató a Liberty Valance".
Yo me pregunto: ¿Estuvo Ford en Shinbone?, ¿conoció a Tom Doniphon? Si no es así, ¿cómo ha conseguido que las miradas de Wayne, Stewart, Marvin, O'Brien o Miles digan tanto?, ¿cómo y de qué les ha convencido para actuar así, para dar lo mejor de si mismos, para dejarse el alma y el resuello en cada gesto, en cada palabra. No hay secreto. Creo que la respuesta es fácil. Simplemente ha reunido a actores, guionistas, directores de fotografía, cámaras, montadores, músicos, atrezzistas, especialistas..., se ha sentado con ellos al calor de la lumbre y les ha contado la historia de "El hombre que mató a Liberty Valance" y, al contarla tan bien y con tantos detalles, se han levantado tan emocionados y con las ideas tan claras que entre todos han realizado un trabajo simplemente perfecto.
el chulucu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de julio de 2010
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la tercera vez que veo esta película. La primera porque me encanta el Western y tuve una época, terminando la adolescencia, en que veía todo lo que sonara a caballos. Pero recuerdo que, aquella vez, me hice dos preguntas: ¿cómo es posible que con un pistolero como Tom Doniphon (John Wayne) a quien además respalda ese fortachón llamado Pompey (Woody Strode), él mismo y la gente de Shinbone, se soporte a ese incompetente tarado que tiene de comisario? y ¿Cómo ha de ser, que se va a dar un duelo entre el buenazo de Stoddard y el fanfarrón de Liberty Valance, y el pueblo entero que aprecia al abogado -incluída su enamorada Hallie-, se esconde y lo deja a merced del cobarde asesino? Este grado de absurdo narrativo, lo corroboré tras el segundo visionado del filme algunos años después, cuando además sentí que, la lucha de los más progresistas ciudadanos norteamericanos por avanzar en la conquista del civilizado ejercicio de la ley en contra del imperio del revólver, se veía refutado y en entredicho, cuando algunos de los más acreditados directores de películas como George Marshall, Nicholas Ray o John Ford, entre otros, hacían filmes de gran éxito comercial, cuya tesis básica era esta: “Con los malos lo único que sirve es un balazo”.

Acabando de verla por tercera vez, con el único propósito de escribir sobre lo que me inspira en estos momentos, siento que, “EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE”, es más de lo que ya nos dieron en “Arizona” o “Johnny Guitar”: la historia del buenazo bien intencionado (esta vez el abogado Ransom Stoddard) quien siente que ya es hora de vivir sin el juego infantil y aterrador de las pistolas, pero que pronto se rinde a las tentaciones y termina por enfermarse del síndrome John Wayne: “Sólo se es hombre siendo duro y portando un arma”.

Ford, nos viene entonces con una leve sorpresa que le da un tinte diferente a la historia, pero en nada cambia una tesis reaccionaria que ya ha quedado debidamente plantada.

Como ya es costumbre en Ford, se rescata una atinada fotografía con un perfecto uso de los encuadres emocionales, los contraluces y los claroscuros; se desarrolla con efectividad el triángulo amoroso entre Tom-Hallie-Ransom, donde se dan algunas sutilezas muy bien planteadas; y las actuaciones cumplen con su cometido, pese a que se cuelan algunas caricaturas.

Aquí, otro personaje ha perdido en sus propósitos de búsqueda de la dignidad humana. La deshumanización ha triunfado y las armas siguen siendo la forma expedita para deshacerse de aquellos que transgreden las normas. Pero, dígase lo que se diga, toda sociedad que siga prefiriendo la venganza a la resocialización, es todavía salvaje y primitiva.

Título para Latinoamérica: “UN TIRO EN LA NOCHE”
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 5 6 7 10 44 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow