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La colmena

Drama Camilo José Cela escribe en el prólogo a la primera edición de la novela: "La Colmena no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad (...) no aspira a ser más que un trozo de vida narrado sin reticencias, sin extrañas tragedias, sin caridad, como la vida discurre, exactamente como la vida discurre. Queramos o no queramos. La vida es lo que vive -en nosotros o fuera ... [+]
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
24 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable adaptación de la novela de Cela (con apropiado cameo suyo incluido), teniendo en cuenta la cantidad de personajes que aparecen en el libro. Varios son más protagonistas y otros menos que en el mismo, pero lo importante es cómo Camus describe a todas esas abejas que - de una u otra forma - están ligados al café de Doña Rosa. Un lugar donde guarecerse de la miseria, aunque sea a riesgo de no poder pagar o esperar a ser convidados por otros asiduos. Un panal de rica miel.
Por otro lado, queda muy bien descrita la hipocresía reinante en aquella época de la posguerra, en algunas ocasiones como mero instrumento de supervivencia (ver spoiler).
El reparto incluye a muchos de los mejores intérpretes del cine español de esos años (se echa en falta quizá a Alfredo Landa y Fernando Fernán Gómez), aunque la película adolezca de un final que ponga conclusión a cada historia.
Mi nota: 7,7
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luis Miguel
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23 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nació obra maestra imperecedera desde el mismo momento en el que se parió su idea primigenia. Resultaba imposible que no lo fuera y que no marcara el cine de los 80 en particular y nuestro cine en general, para siempre. Mario Camus se puso al frente de la complejísima labor de adaptar una novela tan vocacionalmente coral como “La colmena” de Camilo José Cela. Junto a “La familia de Pascual Duarte”, la gran obra maestra de este genio de la literatura que hizo caminar por el realismo tenebroso y tremendista la literatura en castellano.

Nadie mejor que Camus, auténtico especialista en la adaptación al cine de textos literarios, habiendo dejado obras maestras atemporales como “Los santos inocentes” o “La casa de Bernarda Alba”. Para que todo fuese un éxito sólo hacía falta la concurrencia de tres elementos fundamentales:

1.Un guión magistral que fuese capaz de trasladar al cine el lenguaje literario tan diferente cuando de una novela profundamente coral se refiere. Tenían que aparecer muchos personajes y que el espectador no se perdiese en ningún momento entre la maraña de personas y situaciones que desfilan por delante de sus ojos. José Luis Dibildos fue capaz de lograr este milagro en equilibrio y de resultar “cum laude” mostrarnos tantos personajes sin perdernos en ninguno de ellos y creando profundidad en todos ellos. Absolutamente magistral.

2. Para que fuera posible, había que conjuntar una pléyade de actores y actrices del momento, los más reconocibles y los mejor valorados en el panorama actoral. Y eso también acabó resultando igualmente “cum laude”, porque por delante de una cámara elegante y magistral desfilan Paco Rabal, José Luis López Vázquez, José Sacristán, Ana Belén, Rafael Alonso, Victoria Abril, Charo López, Luis Escobar, María Luisa Ponte, Fiorella Faltoyano, Concha Velasco, Agustín González, José Sazatornil, Antonio Resines, Imanol Arias, Francisco Algora, Emilio Gutiérrez Caba, Mari Carrillo, José Bódalo, Manolo Zarzo, Luis Ciges, etc. Es decir, puro caviar.

3. Una dirección a la altura de todo ello, subrayando lo coral de la obra pero creando la pátina de hipocresía, miseria, hambre, prostitución oculta para que siempre queden bien los hombres de las familias como Dios manda, enfermedad, beaterío, injusticia, cafés donde se encuentran depauperados literatos muertos de hambre, timadores, picaresca, sometimiento y humillación de la mujer, diferencias de clase repugnantes, fascismo, pobreza, falta de piedad hacia los perdedores… y todo lo que conformaba la insoportable posguerra a la altura de 1942, cuando la cinta está ambientada. Y también Mario Camus obtiene otro redundante “cum laude” en todo ello.

Si sumamos la espléndida partitura musical original, como siempre, de Antón García Abril, ni más ni menos, así como la dirección de fotografía cargada de pobreza y miserabilidad de Hans Burmann, corroboramos que estamos ante una de las más grandes obras maestras de nuestro cine.

Alcanzó en 1983 el Oso de Oro en el Festival de Berlín. No es para menos.
Sergio Berbel
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10 de septiembre de 2008
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que no he leído la novela , pero sabiendo que su autor ganó el nobel de literatura y después de ver la película estoy segura de que la novela también lo será y dede luego tengo ganas de leerla.

La película empieza en un bar, que es la colmena donde todas las clases sociales se reunen, desde los poetas y timadores hasta los ricos. A pesar de la más de hora y media de metraje, la película se hace llevadera y entretiene sin llegar cansar, los tiempos están muy bien llevados y el que tenga tantos personajes favorece a que no se haga aburrida. La ambientación del Madrid de la posguerra está muy bien hecha y los vestuaris de los personajes muy trabajados. Las interpretacioes por parte de todos son muy buenas y están dotadas de un gran dramatismo. Y por último el retrato de ese Madrid de posguerra es sencillamente genial. Y me parece bien que la película no conste de el desarrollo, nudo y desenlace, que es lo que al principio apela Don Juan, pero es que realmente la vida no tiene nunca unos comienzos ni unos finales definidos.
virgo
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19 de enero de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y no tener ni para un café con leche, y no tener donde dormir, y no tener trabajo, y no saber qué hacer, y ser observado, y ser criticado, y robar, y ser pícaro, y engañar, y hablar, y matar el tiempo, y esperar algo mejor, y callar, y tener miedo, y fumar, y tener envidia, y desear, y mirar hacia arriba, y pasar frío, y tener hambre, y compartir, y desesperar.

En mitad de una escena de esta inolvidable película me vino a la memoria el no menos inolvidable monólogo “Relaxing cup of café con leche in plaza mayor”, que pronunciara aquel prodigio de la raza humana. Llegó así, de repente, sin avisar y sin preocuparse por si tenía un baño cerca. Me imaginé entonces, como amante cafetero que soy, qué bien sabría y qué a gusto se tomaría un café en el café de doña Rosa compartiendo mesa con buenos amigos, y qué pesadilla sería tomarlo en aquella plaza con ciertas abejas de la colmena.

Es bien conocida la tendencia ideológica y política del que bebe agua por el culo, con lo que no cabría esperar ni en esta película ni en su novela una crítica al régimen franquista ni una dura visión de la realidad más cruel de aquellos años, pero no por ello dejan de ser una importante novela y una gran película.
DaniBalboa
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27 de mayo de 2022
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El mundo perdió a don Mario Camus no hace demasiado y, siendo el director de La casa de Bernarda Alba o Los santos inocentes, esta España nuestra, sedienta de Cine bueno y acaso áspero, se quedó, a su vez, sin el tipo que había entendido como nadie parte de esa nuestra Literatura del siglo pasado y también, como es el caso, el espíritu de LA COLMENA: que al espectador, atónito, se le traslada frío, se le traslada hambre y se le traslada miseria. Factores todos que hicieron de la década de los cuarenta algo inhóspito y como sin esperanza.
Espectaculares, igual que siempre, Jose Luis López Vázquez, José Sacristán, José Bódalo, Francisco Rabal y María Luisa Ponte. Y, casi fuera de todos los parámetros, Rafael Alonso, que más parece haber pasado toda su vida en los billares viendo posturas que venir de Villar del Río.
Todos somos contingentes, pero él fue necesario.
PROT
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