La colmena

Brillante adaptación cinematográfica de la obra maestra de Cela. Camus aporta calidez y empatía a la dura y fría mirada de la novela. Muy buena ambientación del Madrid de la posguerra y magnificas interpretaciones. Una de las grandes películas españolas de todos los tiempos.

PD: Un 7 de nota media, en serio???

Magistral y Mario Camus lo borda con su puesta en escena donde todos los actores -y son una auténtica colmena- tienen su lugar y espacio llenándolo de frases como: "Funcionarios! quieren comer todos los días y encima escriben versos"... "¿Porqué la llaman 'la uruguaya'?" "Porque es de Buenos Aires"... y así todo y más, como esos cigarrillos 'tritones' que Padilla va vendiendo y apuntándolos en cuenta, o ese cementerio de lápidas bajo las mesas de un café...

Es, era una posguerra triste, incluso el director dijo, cuando concluyó el rodaje, que resultaba aún más sombría de lo que había imaginado pero en aquella época no iba mucho mejor con piedras entre lentejas, prostíbulos en pensiones, realquilados picarescos, vendedores de estraperlo (consultar el diccionario) o escritores sin recursos pendientes de unos juegos florales para pagarse la consumición -o un agua con bicarbonato-... Y completando la escena una señorita Elvira (Elena Mª Tejeiro) esperando, soñadora, a que se produzca el milagro de poder salir de allí (aunque por derecho propio ilumina ese anhelo al compás de "Ojos verdes...").

Siempre es un placer el volver a visionarla y disfrutar de todos ellos: Sacristán, Velasco, Rabal, Abril, Belén, López Vázquez, Bódalo... están todos! incluso un muy joven Resines como atractivo 'sarasa' (volver a mirar el diccionario) junto a un Rafael Alonso estupendo al igual que los demás. Hasta sale Cela también quién escribiendo esta obra ya cumplió y dejó su huella, una colmena repleta más de aguijón que de miel.

La novela del gran Cela necesitaba una adaptación cinematográfica de otro grande. Y ese necesariamente debía ser Camus. Una novela compleja, ramificada y colmenada, donde las biografías se cruzan y de su interconexión extraemos los mensajes y la descripción de una España humilde y de aquellos tiempos indefinidos, es muy difícil de llevar al cine sin aburrir y sin abrumar. Pero Camus lo logra, y muestra un Madrid auténtico, donde los personajes son la reproducción exacta de los personajes leídos en la novela.
¿Te apetece lo tradicional, echar un vistazo por la mirilla a los tiempos remotos? ¿Y entre tanto, disfrutar de una plantilla de actores estelares, y de bastantes sonrisas-unas compasivas, otras con inquina? Esta es tu peli.
No tanto para divertirse ni para buscar un plan el sábado, sino para reconocer un cine español necesario y auténtico. Realista y convincente.

La colmena de Mario Camus, es un drama basado en la novela del mismo nombre de Camilo José Cela. Dirigida con un ritmo sosegado y majestuoso, es propia y particular además de admirable y maravillosa por estar realizada sin altibajos, narrando varias historias normales que están entrelazadas. Siendo impecable y sublime, es de las mejores cintas del director, ya que mezcla en la trama distintos personajes que no tienen nada de excepcional, de ahí su grandeza y perspicacia.
La fotografía, es naturista y usa una luz tenue y evocadora a la época en cuestión, además es confortante y estéticamente acertada por estar repleta de detalles que te transportan al lugar, mezclada además con algunas imágenes de archivo. La música, es alusiva a la época, ya que suenan pasodobles, tangos y coplas, dando su toque folklórico con nostalgia y melancolía. Y cabe también resaltar, un sobrio y bien elaborado trabajo técnico de movimientos de cámara y planos, con uso de travellings, generales, planos detalle, reconocimiento y tercera persona que sacan lo mejor del film.
Las actuaciones, son naturales y deslumbrantes del primero al último. Con soberbias actuaciones de José Sacristán, Victoria Abril, Luis Escobar, Charo López, Ana Belén, Fiorella Faltoyano, Concha Velasco, José Luis López Vázquez, Francisco Rabal, José Sazatornil, Antonio Resines, Elvira Quintillá, Luis Ciges, Imanol Arias y Agustín González entre otros. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones sugerentes a la época, siendo elegantes y distinguidos por un lado, y humildes por otro, marcando claramente la diferencias de clases.
El guion, adaptado de la novela del mismo nombre, es abstracto por tener distintas historias en su interior, y está muy trabajado, con un resultado inspirador e interesante que agrada ver aun sin tener una trama apasionante, sino más bien sencilla y acogedora. Y utiliza para llevarlo a cabo, una narrativa natural y correcta, además de equilibrada que es usada con mucho acierto por cada uno de los personajes, dejando patente sus condiciones sociales.
En definitiva, la considero una obra inmortal e indispensable en el cine Español, por ser excelente y magistral, la cual entretiene, divierte y capta la atención del público por sus múltiples historias entrelazadas que tienen el mismo denominador común, la novela de Camilo José Cela. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones, vestuarios, fotografía, montaje y narrativa que convierten a La colmena, en un film a tener en cuenta dentro del mejor cine español.

Hace muchos años leí la excepcional novela de Camilo José de Cela de título La Colmena. Novela que por la censura sólo pudo publicarse en 1951 en Buenos Aires y que finalmente, con la anuencia de Manuel Fraga, se editó en España en 1955. A mí me cautivó esta obra, considerada entre las mejores novelas españolas del pasado siglo.

Fiel al espíritu de la novela, Mario Camus consigue una película costumbrista de la época, con una magnífica ambientación; se trata de un cine ponderado, minucioso, de precisa puesta en escena, realizado con maestría soberbia y una depurada técnica a todo nivel. Y sobre todo con tres puntos de apoyo que soportan con genialidad este proyecto. El primero la dirección de Camus. De otra parte un guión excepcional de José Luis Dibildos, con la ayuda de Cela, que hace una adaptación ejemplar, soberbia y admirable de esta novela de nuestro Nobel de Literatura en 1989.

El otro puntal es un elenco actoral extenso y de primer nivel donde todos, actores y actrices hacen papeles memorables que ya quedan en el recuerdo del buen cinéfilo. La cosa de que todos los actores sean de primera línea se fundamenta en que al ser tantos los personajes que intervienen, de no haber sido interpretados por figuras estelares, la trama habría podido parecer una maraña de personajes confundibles. Mientras que de esta manera, todos los roles son asociados a un actor o actriz grande, lo cual que todos los personajes quedan identificados. Participaron otros muchos ejemplares todos como Mary Carrillo, José Luis López Vázquez, Francisco Rabal, Elvira Quintillá y ¡hasta el mismísimo Cela tiene su papel como el singular “inventor de palabras”!

Excelente música del egregio Antón García Abril, y una fotografía de Hans Burmann, tenue y amarillenta, que casa a las mil maravillas con la historia.

En la historia, una colmena de personajes cuyo epicentro es el café de Doña Rosa. En la trama, no sólo se describe la escasez de recursos económicos de los clientes hasta para tomarse un mísero café, sino otras temáticas propiuas de la picaresca de la postguerra. Principalmente, esta película narra con un descarnado humor, la situación económica, política y social del momento. Una especie de soberbio y preciso documento histórico, como lo es la novela de Cela, si bien la obra literaria es insustituible.