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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama Camilo José Cela escribe en el prólogo a la primera edición de la novela: "La Colmena no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad (...) no aspira a ser más que un trozo de vida narrado sin reticencias, sin extrañas tragedias, sin caridad, como la vida discurre, exactamente como la vida discurre. Queramos o no queramos. La vida es lo que vive -en nosotros o fuera ... [+]
19 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace muchos años leí la excepcional novela de Camilo José de Cela de título La Colmena. Novela que por la censura sólo pudo publicarse en 1951 en Buenos Aires y que finalmente, con la anuencia de Manuel Fraga, se editó en España en 1955. A mí me cautivó esta obra, considerada entre las mejores novelas españolas del pasado siglo.

Fiel al espíritu de la novela, Mario Camus consigue una película costumbrista de la época, con una magnífica ambientación; se trata de un cine ponderado, minucioso, de precisa puesta en escena, realizado con maestría soberbia y una depurada técnica a todo nivel. Y sobre todo con tres puntos de apoyo que soportan con genialidad este proyecto. El primero la dirección de Camus. De otra parte un guión excepcional de José Luis Dibildos, con la ayuda de Cela, que hace una adaptación ejemplar, soberbia y admirable de esta novela de nuestro Nobel de Literatura en 1989.

El otro puntal es un elenco actoral extenso y de primer nivel donde todos, actores y actrices hacen papeles memorables que ya quedan en el recuerdo del buen cinéfilo. La cosa de que todos los actores sean de primera línea se fundamenta en que al ser tantos los personajes que intervienen, de no haber sido interpretados por figuras estelares, la trama habría podido parecer una maraña de personajes confundibles. Mientras que de esta manera, todos los roles son asociados a un actor o actriz grande, lo cual que todos los personajes quedan identificados. Participaron otros muchos ejemplares todos como Mary Carrillo, José Luis López Vázquez, Francisco Rabal, Elvira Quintillá y ¡hasta el mismísimo Cela tiene su papel como el singular “inventor de palabras”!

Excelente música del egregio Antón García Abril, y una fotografía de Hans Burmann, tenue y amarillenta, que casa a las mil maravillas con la historia.

En la historia, una colmena de personajes cuyo epicentro es el café de Doña Rosa. En la trama, no sólo se describe la escasez de recursos económicos de los clientes hasta para tomarse un mísero café, sino otras temáticas propiuas de la picaresca de la postguerra. Principalmente, esta película narra con un descarnado humor, la situación económica, política y social del momento. Una especie de soberbio y preciso documento histórico, como lo es la novela de Cela, si bien la obra literaria es insustituible.
Kikivall
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