tick, tick... Boom!

Pues me ha gustado muy mucho "tick, tick… Boom!". Y eso que este tipo de cosas, y véase por 'este tipo de cosas' eso también llamado musical, no suelen gustarme. ¡Qué narices! No solo me ha gustado, si no que me ha llegado a la patata. Sí, estoy en la treintena y aún no he hecho nada relevante. Ni pinta que lo vaya a hacer.
Lin-Manuel Miranda debuta en la realización de largometrajes, una de las pocas facetas en las que aún no había debutado en 2021, con "tick, tick… Boom!". Cinta que adapta el musical homónimo de Jonathan Larson que a su vez adaptaba sus propias vivencias de treintañero perdido. A partir de ahí el tal Miranda desarrolla un musical nunca dado a la grandilocuencia pero capaz de quedarse grabado en tu retina. La letra y música de las canciones tienen gancho, hay números disfrutones tanto de cara a la galería como en las distancias cortas, Andrew Garfield está soberbio… Lo dicho, me ha llegado.
A ver. Está claro que ser coetáneo de la "West Side story" de Steven Spielberg es un golpe muy bajo que prácticamente te deja en el ostracismo, pero yo soy del equipo "tick, tick… Boom!" a muerte.

Jonathan Larson es quizá uno de los grandes desconocidos para el gran público en lo que a musicales se refiere. No escribió Los Miserables, no escribió West Side Story o Cats, pero fue el autor de una ópera rock que cambió el presente y el futuro del espectáculo musical con Rent (cuya representación, sea directo onstage o la película, recomiendo ver antes que Tick Tick Boom).

Larson no pudo ver su gran obra terminada, ya que falleció el día antes del estreno en Broadway. De él solo quedan dos libretos: el de Rent y el de Tick Tick... Boom, un musical autobiográfico que Lin Manuel Miranda ha adaptado y dirigido para la versión cinematográfica. (¿Hay algo que no esté haciendo ahora mismo Lin Manuel Miranda, por cierto?).

Tick Tick Boom no es un musical espectacular. No se escribió y diseñó para ser representado en un gran teatro. Al principio, era solo su autor con un piano. Luego le añadirían un par de actores. Esto ocasiona que no haya un Memories, que no haya un I dreamed I dream, ninguna canción que puedas identificar con el clímax emocional de la película.

Sin embargo esto no significa que la película sea mala, o se quede coja, sino que hay que tomarla como lo que es, la adaptación cinematográfica de una obra experimental de un joven compositor con mucho talento y muchas ideas. Tick Tick Boom es una obra autobiográfica, y Andrew Garfield consigue transmitir la angustia, el estrés, y la lucha interna de un Jonathan Larsson ansioso por triunfar y que siente que la vida se le escapa de las manos.

Sin duda una película recomendable, sobre todo para los amantes de los musicales.

Muy bueno el musical que dirige un experto como Lin-Manuel Miranda, con Jon Larson (Andrew Garfield) como protagonista. En realidad es un musical que hace las veces de biopic, pues es la propia vida de Larson la que se narra en el musical que está creando. Un joven que está a punto de los 30 y se ve acuciado por una novia que siempre está en segundo plano, por detrás de sus sueños (Alexandra Shipp) y un amigo con el que dejará de convivir (Robin de Jesus) y que ha abandonado su sueño de ser actor por el de publicista. Jon, sin embargo, todavía trabaja en un restaurante mientras escribe la obra que le hará triunfar en Broadway. Es un musical que narra la vida de Jonathan Larson en el que Andrew Garfield se encarga de mimetizarse con él.

TICK, TICK... BOOM! tiene algunos altibajos, aunque la esencia de la película trata de la búsqueda del éxito, contra todo y contra todos, mientras a su alrededor el amor se desmonta y los sueños caen como un castillo de naipes, acuciado por los impagos y viendo que los 30 están a la vuelta de la esquina. A nivel musical, la obra es de Jonathan Larson y funciona realmente bien, pues es su musical. Quizás en algunos aspectos de su vida se podría haber ahondado mas, aunque a nivel artístico muchos se sentirán identificados con esa búsqueda del éxito que nunca llega, del todo o la nada. Se ubica en los años 90, por lo tanto, también se nos habla del auge de las nuevas tecnologías y de la lacra del VIH que tantas vidas se llevó. A nivel de producción, no falta ni un detalle de la época.

En definitiva, TICK, TICK... BOOM! es un buen musical y también biopic. La vida de Jonathan Larson fue tan exitosa como abrupta, pero sus musicales todavía perdurarán. Andrew Garfield logra seducir con un soñador con tanta labia que no se amilanó ante el mundo y logró, a costa de algunas cosas importantes, el éxito que tanto buscó. Buena opción para Netflix, que además ha participado en Globos de Oro. Hay algunos números musicales que son muy buenos. No os la perdáis.

No me acerco fácilmente a las producciones de Netflix, los musicales me suelen dar pereza y Andrew Garfield no es un actor que me entusiasme. Con este prologo no era fácil acercarse a esta película y el que escribe debe reconocer que siempre es bueno encontrarse con algo que te haga remover prejuicios.
Resistir el atropellado inicio de la película aplicando cierta indiferencia a mi despiste, preocupación ante el histrionismo del actor con apellido gatuno, pero trascurren los minutos y todo va hacia arriba: la concordancia narrativa, la construcción de los personajes, los diálogos, la música; aceptamos ese in crescendo para convertimos en compañeros del desventurado protagonista.
No hay tiempo ni compas para encontrar imperfecciones que las tiene, el entretenimiento va de eso.
El talento recordando al talento, bonito homenaje. Nada más que añadir.

El actor Lyn-Manuel Miranda ha debutado en la dirección de largometraje con este proyecto que se ha estrenado de manera limitada en cines antes de estrenarse en Netflix una semana después. Basado en el musical autobiográfico de Jonathan Larson, sigue a un aspirante a compositor de obras teatrales que trabaja de camarero en Nueva York mientras escribe Superbia, que espera que sea el próximo gran musical americano y lo que finalmente le dé su gran oportunidad. Jon también se ve presionado por su novia, Susan, cansada de poner las aspiraciones profesionales de Jon por delante de su propia vida. Mientras tanto, su mejor amigo y compañero de piso, Michael, ha renunciado a sus aspiraciones como actor por un trabajo en publicidad en Madison Avenue y está a punto de mudarse. A medida que se acerca el treinta cumpleaños de Jon, se siente abrumado por la ansiedad, preguntándose si su sueño merece la pena.

La película estadounidense es un estupendo musical dramático con aspecto teatral en que Miranda rinde homenaje a uno de sus referentes que tuvo un final trágico y está estructurada a partir del monólogo que hizo tras no prosperar el musical "Superbia" y antes de que tuviera éxito el musical "Rent" del que él no pudo disfrutar. La trama se centra en el periodo de encrucijada vital y desesperación del protagonista que ve cómo no ha conseguido avanzar en su sueño antes de cumplir los treinta y se pregunta si es mejor perseguir su objetivo o decantarse por un trabajo quie le permita llevar una vida más acomodada. Más que las canciones, lo más destacado es la actuación enérgica, tierna y vulnerable de Andrew Garfield, que demuestra que sabe cantar bien, en uno de sus mejores papeles, y en el reparto hay actores como un eficaz Robin de Jesus ("Los chicos de la banda"), Vanessa Hudgens y Bradley Whitford (“La llamada de lo salvaje”).

La propuesta gustará a los amantes del género musical aunque no es muy profundo. El film es uno de los de Netflix que está presente en la temporada de premios: fue elegido en el top diez del American Film Institute, obtuvo siete nominaciones a los Satellite awards incluyendo mejor película musical, dirección, actor principal de musical, actor de reparto para Robin de Jesus, fotografía, montaje y sonido, fue nominado a los Critics choice awards a mejor pelícuila y actor, ganó el Globo de oro a mejor actor principal de musical y ha gustado a varios gremios al estar nominado al sindicato de productores, directores, guionistas y actores a mejjor película, dirección novel, guion adaptado y actor y tiene opciones de ser candidato a los Oscar a mejor largometraje, actor y guion adaptado.

Valoración: 7

Lo mejor: la interpretación de Andrew Garfield.

Lo peor: hacia la mitad de metraje la historia se estanca un poco.

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