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tick, tick... Boom!

Musical. Drama Basada en el musical autobiográfico de Jonathan Larson, sigue a un aspirante a compositor de obras teatrales que trabaja de camarero en Nueva York mientras escribe Superbia, que espera que sea el próximo gran musical americano y lo que finalmente le dé su gran oportunidad. Jon también se ve presionado por su novia, Susan, cansada de poner las aspiraciones profesionales de Jon por delante de su propia vida. Mientras tanto, su mejor amigo ... [+]
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Críticas 50
Críticas ordenadas por utilidad
23 de noviembre de 2021
52 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que la crítica actual, se supone que especializada, me despista bastante. Y no me refiero solamente a los de nuestro país. No sé si son aficionados a ir a museos, a la lectura, ir a exposiciones, conciertos o al teatro. Me consta que muchos de los que se dedicaban hace algún tiempo en nuestro país, y que ojalá no sigan en activo, no fueron al teatro en su vida. Igual los actuales, con la proliferación de los teatros musicales, aunque no sean como los deslumbrantes montajes de Broadway, se han aficionado. El caso es que aún sigo sin saber por qué defienden, sin mucho fundamento, productos más que discutibles y en otras ocasiones, como el presente caso, sacan más defectos de los que realmente tiene.

“tick, tick... Boom!” es un musical, ante todo, agradecido de ver y oír, ya que cuenta con una banda sonora espléndida. Ha sabido perfectamente asumir sus limitaciones de varias índoles y plasmar, con más acierto que otros musicales con más pompa y presupuesto, su objetivo: el contar la historia del músico Jonathan Larson, creador de varios musicales que supusieron la renovación del género y que, a través de los años, su figura se ha ido reivindicando con toda la razón.

En algunos momentos puede que falte más hondura en los personajes, saber más de ellos, pero están defendidos con tanta verdad y con tanto placer, que en ningún momento ni huelen a falso ni se quedan a medias tintas. No se trata de un film con la hondura de, por ejemplo, “All That Jazz (Empieza el espectáculo)” entre otras razones, aunque ambas sean imposibles de comparar a priori, porque Bob Fosse no era un primerizo y sabía perfectamente cómo contarlo, y este es el debut en el largometraje de Lin- Manuel Miranda, para mí una “ópera prima” más que respetable, neoyorkina hasta las trancas (y eso para la historia que se nos cuenta es muy bueno), pero el nexo es que ambos manejan muy bien lo que es el mundo del teatro musical, sobre todo no desde su envoltorio, si no desde las tramoyas, el esfuerzo de los talleres teatrales, los ensayos y los montajes más básicos de los que pueden nacer grandes obras.

Aunque para algunos se trate de una tarjeta de presentación de su compositor más que de un biopic, agradezco el tono empleado, alejado de cualquier línea archisabida en estos casos, manejando muy bien los tiempos que se cuentan, con un notable montaje, preciosas canciones, un notable trabajo técnico, como su fotografía y una dirección inspirada. Puede que su coreografía sea algo simple, pero va muy de acorde con el tono que se utiliza. En estos aspectos es superior a la sobrevalorada obra de Chazelle “La la Land”, que fue rodada con la intención de musical a la antigua usanza y que, al compararla con cualquier ejemplo gigante del género, palidece a la primera.

Y algo bastante personal. No me refiero a que tengan la misma calidad, pero “tick, tick... Boom!” está pensada de entrada como aquella notable película (e injustamente olvidada) de Yaron Zilberman “El último concierto”, un “musical” muy diferente a este, pero con las mismas trazas, o la película (que no la serie) “Fama” de Alan Parker: ambientes teatrales neoyorkinos, modestia en recursos, una línea argumental bien dibujada sobre el mundo del “artisteo” y frescura a raudales.

Como hemos dicho antes, su reparto es estupendo y no son doblados al cantar, desde su larga lista de secundarios, como Judith Light en el breve papel de Rosa Stevens y estando encabezados por Robin de Jesús como Michael, a su protagonista, Andrew Garfield, que encarnando a Larson, logra una actuación antológica, está maravilloso. Tras su Tony de teatro por el revival de “Angels in America”, porque es de esos actores que hacen teatro, debería ser de nuevo nominado al “Oscar” como protagonista por este gran trabajo, imperdonable sería que no lo fuera. Ha demostrado que es uno de los mejores y más camaleónicos de su generación. Lo que parece innegable es que el Globo de Oro como mejor actor en comedia o musical se lo puede llevar sin discusión.

Y puestos ya a hablar de quinielas para los “Oscars”, aunque esta película, de entrada, llegue con el prejuicio de estar distribuida por Netflix, debería de tenerse en cuenta para varios apartados. Un soplo de aire fresco para un género, como el musical, que parece no terminar de resucitar y que tantos momentos de gloria le proporcionó a Hollywood. Y brevemente pasamos al spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maggie Smee
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19 de noviembre de 2021
36 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este biopic musical con tintes dramáticos, dirigido por Lin-Manuel Miranda, explora el proceso creativo y las dificultades diarias por las que muchos artistas pasan hasta conseguir el éxito. Esta obra es, entre otras cosas, un homenaje al autor teatral neoyorquino Jonathan Larson y su aportación a la industria del teatro musical. Esto transcurre en el Nueva York de los 90 con la pandemia de VIH/sida, el reverso del sueño americano y la pérdida de la inocencia como los temas latentes en esta historia. No obstante, considero que la cinta trata con vacuidad todo lo relacionado al VIH.

Andrew Garfield brilla con luz propia y ofrece la mejor interpretación de su carrera, dando vida a Jonathan Larson. La enérgica actitud del protagonista se ve reflejada en la propia estructura narrativa y el montaje, pues el director trata de ofrecernos un ritmo vibrante, una constante energía visual y mucha frescura. Esto se evidencia con los cambios repentinos de escenarios o la intercalación entre monólogos y escenas musicales. La película resulta bastante entretenida aunque reconozco que en algunos momentos concretos esta energía me ha podido parecer desbordante.

Personalmente, no considero que las canciones sean el elemento más relevante de la película para un espectador casual que, como es mi caso, no conozca en profundidad la obra de Larson. En mi opinión, lo más importante de esta película es que evidencia, de forma bastante creativa y original, un problema intrínseco en el sistema que rige nuestra sociedad: las encrucijadas vitales y la lucha diaria por perseguir tus sueños con el tiempo pisándote los talones.
Víctor
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10 de enero de 2022
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fascinante biopic de Jonathan Larson, el autor de la genial ópera-rock, "Rent", una auténtica carta de amor, una oda sensible y tierna a la creatividad, al teatro musical y al modo de vida de la bohemia del Greenwich Village, que sueña con el éxito en los escenarios de Broadway y que el director, un casi desconocido para mí, Lin-Manuel Miranda, que ya destacase como actor interpretando al nuevo Bert en "El regreso de Mary Poppins", demuestra haber conocido en profundidad.

A él le corresponden los méritos del producto final, pero después de deleitarme con la espléndida actuación de Andrew Garfield, inesperada para mí, por identificar al actor con uno más de los héroes Marvel, no puedo más que atribuirle todos los méritos de esta fascinación, tierno, vulnerable, divertido, encantador, lleno de energía y pasión, capaz de transmitir a lo largo del film la perturbadora angustia que siente una gran parte de la juventud cuando siente aproximarse la amenazadora barrera de los 30 años, y debe decidir si puede seguir viviendo sus sueños o debe. darse un baño de realidad.

Garfield cuenta además con la ventaja de un gran parecido con el propio Larson que ayuda mucho a la identificación con el personaje, por otra parte tiene una química excelente con sus dos partenairs femeninos, encantadoras Alexandra Shipp y Robin de Jesus, que contribuyen a hacer que su actuación brille con luz propia, convirtiéndola en una seria candidata a los Oscars de este año.
Maximillian
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21 de noviembre de 2021
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jonathan Larson, aunque en España no sea tan conocido como debería, es una de las figuras indiscutibles del teatro musical, gracias a esa obra maestra que es Rent y gracias a su habilidad para mezclar una enorme emotividad con personajes complejos e interesantes, temas sociales (especialmente la epidemia de SIDA en Nueva York y la pobreza) y grandes canciones rock que no dudaba en combinar con otros géneros musicales. Sin lugar a dudas, tenía un estilo propio a la hora de componer y, aunque el éxito le llegó, desafortunadamente, de forma póstuma (Larson murió de un problema de corazón sin diagnosticar a los 35 años, en la mañana del día en que Rent iba a estrenarse en el off- Broadway), el mundo teatral lo reconocería y reconoce como uno de los maestros indiscutibles, a la altura sin duda de su ídolo Sondheim y otros magos del musical, como Lloyd Webber, Kander & Ebb, Rodgers & Hammerstein, Schönberg, Brown, Schwartz o Pasek & Paul.
Así pues, sólo había un director posible para llevar a la pantalla tick, tick... Boom!, y ese era Lin-Manuel Miranda, el mejor y más aventajado discípulo de Larson. Porque cualquiera que haya visto Hamilton e In the Heights, los dos grandes musicales que ha compuesto hasta la fecha el artista neoyorquino de origen portorriqueño, se da cuenta de la enorme influencia musical, narrativa y argumental que tiene Larson en Miranda, para suerte de los fans de ambos artistas. Y hay que decir que Miranda, para ser su debut como realizador cinematográfico, sabe muy bien lo que hace. Pese al marcado carácter teatral de la propuesta (atención a la metaficción que marca toda la película, ya que todo lo que vemos es la narración de Larson mientras representa el propio tick, tick... Boom!), el co-protagonista de El regreso de Mary Poppins comprende el poder de la imagen y sabe cómo encuadrar un plano con elegancia y cómo aprovechar una buena fotografía y dirigir con acierto a sus actores. Aunque sin duda, lo más bonito que tiene la película es su oda a la creatividad, al teatro musical, a la lucha continua del artista por ser y a ese estilo de vida bohemio neoyorquino que practicó el propio Larson y que quedó inmortalizado en Rent. El otro mayor acierto de la cinta es un extraordinario Andrew Garfield. Vamos a repetirlo: extraordinario. Tierno, vulnerable, divertido, encantador, con un parecido físico espectacular además con el propio Larson, el segundo Spider-Man cinematográfico entrega una interpretación llena de energía, pasión y cariño. Su química con Alexandra Shipp y Robin de Jesús, además, es fabulosa. Ojalá sea reconocido en la temporada de premios, porque lo merece.
Lástima que la cinta sea tan larga, porque el ritmo no siempre aguanta, pese a las virtudes de las excelentes canciones que suenan en pantalla, y quizás el resultado no sea demasiado interesante para el público general que no esté muy puesto en el teatro musical. Pero sobre todo, existe la sensación de que se queda un poco a medias, de que tenía material para ser algo mucho más grande, como lo es Rent, sin ir más lejos.
Mágica, llena de alma y de amor a su esencia, pero podría haber sido mucho mejor.

Lo mejor: Su alma, maravillosa y pura, su carta de amor a la creatividad y el teatro musical, y la maravillosa interpretación de Andrew Garfield.
Lo peor: Le falta algo para ser más grande, y el ritmo es algo irregular.
Sibila de Delfos
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20 de noviembre de 2021
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miranda ha logrado plasmar de forma magistral una de sus mayores influencias en su carrera. Durante un tiempo interpretó a Larson, en la readaptación de “tick, tick,… BOOM!” donde además de utilizar el monólogo musical de Larson se añadía el trágico final de este autor antes de que pudiera ver el éxito que lograría “Rent”.

Logra una gran adaptación compaginando las partes del monólogo, con escenas presenciales de la vida cotidiana del autor. Es cierto que un poco exacerbadas, pero parece que solo es una muestra de cómo era el propio carácter de Larson, y ese entusiasmo ya se mostraba en las canciones que podemos disfrutar aquí. No solo podemos ver esto, sino parte de sus inquietudes, problemas y la intrahistoria del Nueva York de esa época como puede ser la pandemia del SIDA.
Personalmente lo que más me ha gustado, esas ganas que tiene Larson de aprovechar cada momento para intentar hacer algo memorable, que en cierto modo puede llegar a ser inspirador. Que gracias a ello pudo cumplir su sueño a pesar del poco tiempo que dispuso.

Lo que más me ha sorprendido de la cinta es la actuación de Andrew Garfield, haciendo uno de los mejores papeles de su carrera.

En conclusión, es cierto que hay cientos de historias de genios que solo lograron reconocimiento, pero aquí tenemos una muy especial. Ya que el propio autor plasmó su autobiografía en forma de musical. Una historia de la cual podremos obtener gran número de lecciones que hacen que la película pueda tener un valor para el público que no sea interesado de los musicales o la obra de Larson.
VRMASTER
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