Todos tenemos un plan

Bueno bueno, nos sentamos a ver la última de Vigo (que por cierto a Silvia no le gusta mucho) y la verdad es que no fue buena idea. La cinta es lenta, haciéndose pesada en algunos momentos y además, recurre al típico argumento en el que un hermano suplanta la identidad de su gemelo muerto (Avatar, 9 días...) pero con menos acción y cero de humor.

Está rodada en la zona argentina del Delta del Tigre, donde parece que todo el mundo anda en lancha, caza para comer y las condiciones de vida, al menos las que refleja la película, no son muy buenas y/o esperanzadoras. Además debió de grabarse en invierno y da una sensación continua de frío y tristeza al espectador.

Junto al ya mencionado Mortensen (cuya actuación es discutible), aparece fugazmente Soledad Villamil (El secreto de tus ojos) y todo un elenco de actores y actrices argentinos, entre ellos destacamos a la joven y polémica Sofía Gala, la "pichona". Por cierto, el papel que interpreta Soledad , la mujer de uno de los gemelos, desaparece de la película sin saber qué va a hacer o decir.

El final, aunque predecible, es bastante justo y un símil de lo que cuentan al principio sobre las colmenas de abejas y su reina.

TODOS TENEMOS UN PLAN prometía ser algo tremendo, y más si la principal caracterización se la debemos a Viggo Mortensen, un actor de bajo perfil pero que no desmerita en las actuaciones que le hemos visto. Los parajes en la selva junto a los caños y ríos aumentan el estupor de una historia de dobles que empieza bien aunque acaba un tanto mal. Y es que la película apenas se sostiene argumentalmente más allá de las primeras sorpresas. Agustín es un hombre apocado y sin fuelle, cansado de las rutinas urbanas y de su propia mujer que le quiere imponer una paternidad por la fuerza. Pedro, es el hermano pendenciero, que vive al margen de la ley. Y cuando el intercambio de identidades se produce, no hay el vértigo junto al desencadenamiento de situaciones imprevistas, sino el consabido y rutinario amor “bueno” que inesperadamente salva a quién “no tiene un plan”. Hay veces que la actuación de Mortensen es desesperantemente monótona, y si bien su español no es del todo malo, tampoco es muy convincente que se diga. Por otro lado, el sonido es pésimo y cuesta saber con claridad lo que dicen los diálogos. La verdad es que ésta película prometía bastante y de acuerdo a nuestro criterio se quedó a medio camino.

Áspera película, hosca como la mirada abisal de Viggo Mortensen. Ana Piterbarg no parece sentir una gran simpatía por el género humano, y bastante menos aún por el masculino. Su desolador pesimismo se ve subrayado por una fotografía seca, helada como el filo mellado de un machete, sin duda lo más destacado del páramo moral, un tanto hiperbólico, que plantea esta cinta.
Todas las interpretaciones rayan a gran altura. Argentina es, indudablemente, una cantera de muy buenos actores, ciertamente intensos. Más todavía si se le suma la imponente presencia de Viggo Mortensen, aquí por partida doble. Junto al propio Mortensen, Soledad Villamil y Daniel Fanego, todos ellos intérpretes de calidad contrastada, cabe destacar a la joven de llamativo nombre Sofía Gala Castiglione, a la que habrá que seguir la pista.
El gran pecado de "Todos tenemos un plan" radica en el guión, también obra de su directora. Y es que las decisiones de cada uno de sus personajes, todas de enorme trascendencia, carecen de un fundamento lo bastante sólido. Desaparecer del mapa, adoptar otra identidad o cometer un asesinato son opciones vitales que exigen motivaciones de mucho más calado que las que se nos muestran, cuando se nos muestran. Digamos que la coherencia está cogida con alfileres, y demasiado endebles además. El propio "quid" de la trama, la asunción de una identidad falsa, no se sostiene. Nadie con dos dedos de frente tardaría una película entera en darse cuenta de que Viggo Mortensen no es quien dice ser, por más que se esfuerce en simular una encubridora tosecilla pertinaz.

Thriller argentino interpretado por Viggo Mortesen, bien rodado, bien interpretado y tiene algún escaso momento del interés (sobre todo en el arranque). Es un producto bien manufacturado con vocación internacional que seguramente hará las delicias de algunos pero aburrirá al resto.

El problema es una historia del todo inverosímil. Que cuentes algo imposible con tono lento y voluntad humanista no significa que lo que cuentes sea imposible. Este intercambio de gemelos es forzado y el resto de elementos dramáticos que giran en torno al intercambio también son forzados además de estar desconectados de la historia principal (la adopción, el cáncer, la historia de amor, etc).

Son demasiados elementos añadidos a una historia ya de por si inverosímil que hacen que el espectador nunca consiga meterse en la piel del personaje porque un exceso de elementos dramáticos sin aparente relación. Si a eso le sumamos una dirección buena pero un ritmo lento, se puede caer en el riego de que al espectador le interese bien poco lo que está sucediendo o pierda interés en el desenlace. Este error narrativo en el drama y la lentitud de “Todos tenemos un plan” hacen que al espectador dle importe bien poco como acaba esta historia. Se deja ver pero es lenta y, por momentos, soberanamente aburrida.

Si la virtud de los films americanos es hacer creíble lo increíble, la especialidad de las coproducciones argentinas es hacer más increíble lo increíble (que es peor que hacer increíble lo creíble, pecado de una gran cantidad de películas argentinas).
Pobre Viggo, un gran actor al cual, está ampliamente demostrado en esta película, el hablar en argentino no le pega, convirtiéndolo en un actor inexperto e inseguro. El resto de los actores muy bien, al igual que la dirección y la imagen. Pero una vez más, falla el guión, el cual no tiene sentido por momentos. Para no hacerla larga, me pregunto en el spoiler: