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Los caballeros las prefieren rubias

Comedia. Musical Lorelei y Dorothy son dos cantantes que hacen un crucero desde los Estados Unidos a París. Una rubia y otra morena, con su belleza y encanto seducirán a todo el pasaje. Lorelei tiene el objetivo de casarse con un millonario, pero hay un inconveniente: tiene un novio cuyo padre contrató un detective para descubrir su juego. (FILMAFFINITY)
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
11 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pobre de Jane Russell tuvo que quedar hundida en la miseria tras compartir cartel con ese bombón rubio y dulcísimo que es Marilyn Monroe. Creo que ese apelativo, el de bombón, dicho con todo mi respeto y cariño, nunca le vino tan bien a una mujer, porque es que la Monroe emboba y embelesa, y contra ella la Russell no puede competir. Vaya caída de pestañas, qué forma de vocalizar, con qué ritmo mueve las caderas, qué voz deliciosa y qué continua expresión entre la ingenuidad y la lujuria. Supongo que ese es uno de sus secretos: que su magnetismo sexual se mezcla con una inocencia bondadosa y despistada que, supongo, resulta irresistible a un hombre.

Uno de sus títulos más emblemáticos, «Los caballeros las prefieren rubias» es una comedia musical y romántica que, a parte de tener un título con gancho que no tiene nada que ver con la historia, cuenta con un buen y gracioso planteamiento que nos sitúa en un barco rumbo a París con una rubia avariciosa, una morena que quiere pasarlo bien, un señor misterioso con el deber de perseguirlas y un prometido en tierra que suspira por la rubia. Con estos datos, cualquier cosa puede ocurrir, y lo curioso es que realmente ocurre, pero es la peor de las opciones. La historia de amor de Dorothy ni te gusta ni te interesa porque es sosísima, inexplicable y ella te cae tirando a mal, y la de Lorelei, un personaje encantador, divertido y con más entidad, no se ve, así que el resultado es que la trama y el juego amoroso que podía dar se tira por la borda. Ellos están desaparecidos, no cuentan.

Una lástima, porque entre diamantes, números musicales bastante coquetos y una diva como la Monroe se podría haber hecho una película de mucho interés. Aún con todo, te entretiene.

Marilyn, tú sí que brillas.
Kaori
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24 de septiembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marilyn Monroe y Jane Russell luciéndose delante de las cámaras durante hora y media, ni más ni menos. Marilyn haciendo de rubia tonta (cuando la interesa), de caza fortunas y en definitiva de una persona interesada y superficial, vamos una auténtica joya. Por su parte Jane Russell equilibra la personalidad excesivamente egoísta de Lorelei (Marilyn) con un personaje un poco más humilde, al menos no está motivada únicamente por conseguir una fortuna.

La película no es ninguna obra maestra, tampoco parece pretenderlo, pero los diálogos son inteligentes, algunas situaciones son divertidas, los números musicales y las canciones son notables y como tal es un producto muy entretenido. Una parodia sobre la ambición, el deseo y la superficialidad seguramente más cercana a la realidad de lo que a muchos nos gustaría.

Marilyn vuelve a demostrar que no solo es una chica guapa sino que también sabe actuar, hacer reír y sobre todo sabe cantar dejando a los oyentes hipnotizados con su particular vibrato. Nos dejará para el recuerdo la emblemática escena interpretando la canción 'Diamonds Are a Girl's Best Friend'. Cada escena en la que Marilyn aparece en pantalla el resto se difumina siendo imposible centrar el foco en otra cosa que no sea ella. Otro ejemplo más que confirma a Marilyn Monroe era una gran actriz.

Está lejos de estar entre mis películas preferidas pero merece la pena ser vista; primero porque es muy entretenida; segundo por ser uno de los grandes clásicos del cine; tercero por su influencia en otras obras; cuarto y último por ver a la actriz que mejor ha interpretado jamás el papel de rubia tonta, o no tan tonta.
Mankuku
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5 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Niágara fue la película que, por fin, engatusó al público. Y aunque no las tenían todas con Monroe, al final se decidieron.

Redujeron la sensualidad de Monroe para equilibrarla con Russell. Russell cobró mucho más por su papel que Monroe, que no estaba en el estrellato aún. Aún así Monroe aceptó, ya que según ella "yo soy la rubia", como diciendo, que era la protagonista, al fin y al cabo. Y finalmente, esta película la puso en lo más alto. Es por eso, que ese mismo año, y en formato panorámico se hico "Como casarse con un millonario", que bien podría ser la secuela de esta película, porque relata más o menos lo mismo: como ligarse a un rico para dejar de ser pobre.

En esta película está el número musical más famoso de Monroe, con su vestido rosa. Que estuvo a punto de no ser así, ya que originalmente iba a ir vestida con una tela negra, todo lleno de piedra brillantes, simulando un gran collar de diamantes. Pero los productores se opusieron al ser demasiado descarado. Y al final el vestido rosa, es el que realmente se recuerda más de Monroe. Que curioso.

También iban a doblar las canciones, porque no eran cantantes profesionales, pero finalmente, con ensayos, demostraron cantar muy bien, y Russell incluso se dedicó cantando en obras de Broadway. Monroe, pues ya conoces como cantante también, y con su voz tan sensual, no pegaría otra voz que no fuera la suya.

La película, como comedia, con tintes de humor negro hechos por el personaje de Russell, hace que sea una comedia entretenida, y que vista a día de hoy, la hace entrañable.
edugrn
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6 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Si yo soy la rubia de la película ¿por qué Jane Rusell cobra más?" preguntó Marilyn Monroe a su agente y con razón.

Ya que si bien Lorelei Lee es la rubia y simpática amiga de Dorothy Shaw, también es la verdadera razón de ser de esta cinta en la que Jane Russell nos enseña que hay cosas más importantes que la belleza, pues en la comedia romántica y musical que interpretan ambas amigas en sus duros periplos del corazón si bien es cierto, queda el fondo, no lo es por estar al lado de un ser tan formidable como Marilyn Monroe.

Y es que Marilyn estaba en la mejor época de su carrera, la intermedia.
Sus dotes de seductora despistada, sus canciones, sus escenas memorables de comedia, lo eran todo, pero a la vez solapada por la vibrante Dorothy, quien era la dureza de su dulzura. Por eso ambas al menos debieron cobrar lo mismo. Porque son como las dos caras de una moneda, pero si hay que ponerse exigente la rubia gana.

Con canciones tan icónicas como "Bye Bye Baby" cantanda por ambas o la inherente a la figura de Marilyn que cantara vestida de rosa chillón "Diamonds are a best girl´s friend", la película es pegajosa como un chicle, pues cuando las canciones no te envuelven lo hace la simplona, pero endiablada trama de la desesperación de las coristas por casarse con el mejor partido posible.

Con un vestuario sobrio para Russell y deslumbrante para Marilyn, la película funciona a la perfección.
Es un placer verla una y otra vez. Les valió a ambas actrices sus huellas en el paseo de la fama, ya que jamás se ha repetido una pareja que funcione tan bien en la comedia y la música.

Podían haber repetido, pero tal vez a la que creían inferior era demasiado para la superior.

Todo por Marilyn. Siempre será así, al igual que los únicos siempre serán James Dean o Elvis, iconos de rebeldía y belleza, tan solo entre todas las actrices de la historia del cine Marilyn lo es. O ella o nadie.
barbara12
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25 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta agradable comedia romántico-musical no se encuentra entre las mejores cintas del gran Howard Hawks, quien volvió a contar con la despampanante Marilyn Monroe tras una primera colaboración juntos en esa obra maestra de la comedia screwball llamada en España "Me Siento Rejuvenecer" (1952).

Aquí la rubia Marilyn aparece acompañada por otra señora de armas (y curvas) tomar, la morena Jane Russell, conformando una explosiva y complementaria pareja que trae de cabeza a los hombres durante un viaje oceánico en barco rumbo a París.

La película, con guión de Charles Lederer, satiriza la manida imagen de la rubia tonta y pone de relieve el interés monetario de unas mujeres que, como suele suceder en el cine de Hawks, demuestran actuar con mayor determinación e inteligencia que los hombres, a los que convierten en monigotes a su merced, tras quedar estos encandilados (¿y quién no?) con su deslumbrante belleza natural ensalzada por un impresionante vestuario.

La imponente presencia del exuberante dúo femenino junto a algún inspirado golpe de humor verbal y a los maravillosos números musicales, entre los que destaca el legendario "Diamonds Are A Girl's Best Friend", representan lo mejor de este entretenido film basado en una novela y obra teatral de Anita Loos.

La ausencia de un intérprete masculino estelar que constituya un contrapunto a la altura de las protagonistas, supone un claro hándicap para esta película, que sin embargo gozó de un gran éxito comercial, tanto que Jane Russell (esta vez sin Marilyn) protagonizó un par de años después una muy floja secuela titulada "Los Caballeros Se Casan Con Las Morenas" (1955).

Nota: 7,5
BartonKeyes
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