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El tren de las 3:10

Western El azar obliga a un pobre campesino a sustituir al sheriff para escoltar a Ben (Glenn Ford), un peligroso delincuente, que es, además el jefe de una banda de temibles forajidos. Tras cometer un asesinato, Ben es apresado y escoltado hasta un pueblo, por donde pasa el tren que debe llevarlo a Yuma (Arizona) para ser juzgado. Mientras tanto, su banda prepara su rescate. (FILMAFFINITY)
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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
2 de noviembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay western de todo tipo: diligencias, tiroteos, duelos, indios, traiciones... Éste es diferente a todo ésto y no deja de ser un gran western. La mayor parte del film transcurre en un sólo decorado, dónde tiene lugar un duelo de diálogos entre los dos protagonistas digno de admiración. Éste duelo, sin armas, confirma la grandeza del dúo protagonista así como la diferencia de caracteres entre ambos. El remake hecho hace varios años no le llega a la altura del betún desde cualquier punto de vista que se aprecie; lo que confirma la precariedad del cine actual.
oscar
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23 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Parece que la calle se despeja, todos se van a su casa. Seguramente habrán olfateado la tormenta".
Y mientras, dos hombres en una habitación, cara a cara, con el calor exterior abrasando las paredes, las gotas de sudor mojando el suelo y la aguja del reloj precipitándose a las inevitables 3:10 de la tarde. Pero por mucho que se estruje el reloj el tiempo no se congela...

Comienza un periodo glorioso para el "western", los años '50, y sus raíces más grandilocuentes y solemnes parecen torcerse hacia terrenos oscuros. Anthony Mann pone en pantalla "Winchester 73" nada más comenzar la década, donde no sólo abunda la utilización del paisaje natural sino también el desarrollo de la psicología de los personajes, encontrando los hombres justos una nueva identidad por la cual se movían perpetuamente por la venganza y con un ambiguo proceder que escapaba a la conducta de los héroes más tópicos del género. "El Pistolero" o la obra maestra "Solo ante el Peligro" se alzan entre las más significativas de esta corriente.
Pero aún quedan muchos otros grandes títulos donde se pone énfasis no en el frenesí de las persecuciones a caballo, sino en la tensión psicológica y la intriga. En esta etapa Delmer Daves ha demostrado su habilidad y oficio dentro del género como gran artesano que es; deja su huella en "Jubal", que hace en Columbia Pictures, y pronto vuelve a rodar para sus ejecutivos tras llegar a éstos una historia que ha pasado por la compañía de Robert Aldrich, quien decide venderla en forma de guión firmado por Halstead Welles (más tarde responsable del libreto de "El Árbol del Ahorcado"), la cual es original del gran Elmore Leonard y publicada en 1.953 en una revista "pulp" especializada en relatos "westerns": "3:10 to Yuma".

"There is a lonely train, called the 3:10 to Yuma. The pounding of the wheels is more like a mournful sigh...". Frankie Laine inicia con su cálida voz esta aventura situada en los grandes páramos de Arizona, cantando la gesta de la misma (y recordándose una vez más la tan influyente apertura de "Rancho Notorius"); sin embargo este comienzo evocador finaliza violentamente cuando el forajido Ben Wade (Jim Kidd en el libro) asalta junto a su banda una diligencia con destino a Bisbee. La polvareda levantada y la intriga de este momento tan bien medido por Daves son una buena muestra de su gran manejo de la tensión, que reafirmará más tarde.
Atraco presenciado por un hombre, no llamado Paul ni marshal como en el texto, sino Dan, un pobre ranchero prácticamente hundido en la miseria cuya familia también se ve arrastrada con él; ya están presentados ambos protagonistas, quienes muestran rasgos maniqueos (el villano y el antihéroe), pero su confluencia y los futuros hechos que van a vivir provocará que las apariencias se diluyan y poco a poco surjan inesperados rasgos en sus carácteres. Baste esa memorable secuencia dramática entre Wade y Emmy, la camarera del bar de Bisbee, para recalcarse que lo esencial de este "western" reside en la instrospección psicológica de sus personajes.

La organización de un grupo para escoltar a Wade hasta la ciudad de Contention (nombre muy apropiado) y una breve parada en casa de Dan sirven de puente entre esta primera parte y la siguiente y para ir desgajando las capas de dureza y frialdad con las cuales se cubre el supuestamente peligrosísimo forajido, y que revelarán, ni más ni menos, a un melancólico romántico sin verdadera pasión por la sangre. No obstante Dan, ahogado por su situación, acepta ocupar el puesto del sheriff; es decir, ni el honor, ni el deber, ni la bondad, guiarán a este hombre en su tarea (por lo menos aún no). Únicamente el dinero y la desesperación serán su incentivo.
Las aristas se perfilan por la terca insistencia del suspense y la angustia, que modelan una atmósfera en constante tensión, y que con la excelente fotografía en blanco y negro de Charles Lawton y el milimétrico montaje de Al Clark desvían al film hacia terrenos más propios del cine negro y el "thriller" psicológico (lo describiré mejor en Zona Spoiler). Glenn Ford, quien ya aparecía en "Juval", mantiene un duelo vibrante y encarnizado con Van Heflin, exhibiendo una gran química en pantalla.

A los buenos Robert Emhardt y Henry Jones les acompañan dos preciosas actrices, Leora Dana y una Felicia Farr que demandaba más papel y que protagoniza un momento único en la película, engrandeciendo así su primera parte. Aun lastrada por un desenlace dado a lo innecesariamente efectista, poético y evocador, quizás por orden de los productores (aunque la novela presenta el mismo final...), esta obra sería una de las más redondas del cineasta en el "western", y con la que se enfrentaría a otros clásicos en aquel 1.957.
Poco después, Sturges estrenó "El Último Tren de Gun Hill", con evidentes similitudes, y cinco décadas más tarde James Mangold una correcta nueva versión, más extensa y oscura y con Russell Crowe y Christian Bale de protagonistas...quienes en absoluto superan a los originales Ford y Heflin. Por supuesto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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14 de mayo de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Delmer Daves firmó el más, admirable, sugestivo, claustrofóbico, y mejor western en B&N o color. Glenn Ford & Van Heflin componen una partitura a cuatro manos que parecen una docena y además una galería de villanos digna de la casa del terror. Obra maestra insuperable que deja en bolas a los western del fascista. Mann, Daves, Walsh, Sturges y Hathaway son los amos del western y lo demás son falacias de los come troncos. Y pensar que la primera que la vi la puse un 6. Que me cuelguen boca a bajo.
Multador
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4 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable western psicológico que destaca por la notoriedad interpretativa de sus dos actores protagonistas enfrentados en un duelo sin fin. Película rodada con una magnífica fotografía en blanco y negro, Delmer Daves (que ya rodó con Glenn Ford “Jubal” y sometería a Richard Widmark a situaciones límite en “La Ley de Talión”) puso en práctica un guión escrito por Halsted Welles, partiendo de un argumento de Elmore Leonard, autor de “Jackie Brown”.

Estamos expuestos a una cinta del oeste con aire de thriller policíaco, donde se desconocen fronteras, las sequías convierten el agua en oro y muchos granjeros vivían al margen de la ley como cuatreros o atracadores de banco. Excelente caldo de cultivo para generar centenares de películas inolvidables enmarcadas en el lejano y hostil Oeste Americano.

Es en esos páramos desérticos que tanto familiarizan el género donde Ben Wade (Glenn Ford) y su banda de forajidos asaltan una pequeña diligencia ante la presencia de Dan Evans (Van Heflin), ganadero y padre de familia que intenta salir adelante y que, después del altercado, y por petición del sheriff, la caza de Ben con su recompensa puede ayudarle a afrontar sus deudas.

Cinco décadas más tarde James Mangold (En la Cuerda Floja) realizó una versión considerada para muchos superior a ésta de 1957 interpretada por Christian Bale y Russell Crowe.
Natxo Borràs
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23 de octubre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El tren de las 3:10" constituye la mayor aportación de Delmer Daves al western aunque también filmó otros destacables como "Flecha rota" o "El árbol del ahorcado". Partiendo de una gran puesta en escena "El tren de las 3:10" nos cuenta la historia de Dan Evans (Van Heflin), un granjero arruinado que decide aceptar 200 dolares por llevar a Ben Wade (Glenn Ford), un conocido ladrón de diligencias hasta el tren que se dirige a la prisión de Yuma. El problema radica en que la banda de Wade intentará rescatarlo antes de que eso se produzca, el traslado de Wade se convierte al final en algo mas que un simple encargo llegando a surgir una extraña complicidad que culminará en un inesperado final. La dirección a cargo de Daves resulta notable, en parte gracias a una excelente fotografía en blanco y negro y a unas brillantes interpretaciones a cargo de Glenn Ford y Van Heflin.
En resumen, sin ser uno de los mejores westerns de la época es una película que merece ser recordada por algo mas que por ser el original del remake que filmó en 2007 James Mangold con Russell Crowe y Christian Bale, la versión de Daves es mucho mejor la verdad, un western de los de antes.
Scarface
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