Río Grande

Peliculón dirigido por el genio del cine y especialista en western, John Ford, en el que cuenta la historia de un coronel del ejército américano en el que se incorpora su hijo, el cuál no veía desde hace 15 años. La exmujer de York aparece en el cuartel en busca de su hijo y surgirá otra vez el amor entre la pareja de divorciados. Los intérpretes John Wayne y Maureen O´Hara coinciden además de en esta película en otros cuatro, El Gran Mclintonck, Escrito bajo el sol, El hombre tranquilo y en El gran Jack. Aparecen durante el metraje, los personajes típicos de Ford, entrañables y a la vez graciosos. Tiene varias canciones. Si es fan del western, no se la pierda.

La última de la Trilogía de Caballería, quizá la menos conocida, pero tan bonita como las otras dos, o quizá más, porque profundiza en los valores familiares, en los personales y en el amor y el papel de las mujeres en el ejercito.
Me emociona hasta las lágrimas algunas escenas, me pasa mucho con Ford, con películas como éstas. Es algo primario y básico, lo sé -soy plenamente consciente- y no me importa reconocerlo. La renuncia a la felicidad conyugal por el cumplimiento del deber es un aspecto de la vida que no sólo siempre he comprendido bien, sino que he admirado.
Como siempre la música juega un papel muy importante en las películas de Ford. No sólo como momento para que se relajen las tensiones del día a día en el cuartel, sino como recurso técnico para dar paso de escena a escena.
El empuje del muchacho por buscar un lugar bajo el sol constituye la pulsión dramática esencial de la cinta; la búsqueda de un camino propio, el que cada uno elige es una de las mayores conquistas de la madurez, la que garantiza el paso definitivos de la niñez o adolescencia a la vida adulta. Para Ford, que nada humano le era ajeno, aproximarse a esta temática en el escenario del Oeste era lo más natural. Y le sale una película maravillosa, redonda, épica e inolvidable.
Maravillosa Maureen O'Hara, mujer de rompe y rasga que borda el papel, como siempre, desde las entrañas, desde la racionalidad, desde lo salvaje.
Lo de John Wayne es escandaloso, realmente un actor mayúsculo, impresionante, sobre todo en este tipo de papeles. No le pongas en papeles clásicos de cine arte/ensayo, porque se perdería. Él era para este tipo de papeles, en películas que cuando se rodaron y expusieron no eran consideradas obras de arte, estatus que han ido adquiriendo con los años.
El resto de la troupe de Ford está presente: Ben Johnson, Victor McLaglen, junto con Chill Wills, Ken Curtis, Claude Jarman Jr., Harry Carey Jr., y J. Carrol Naish.

John Ford no quería hacer otro western, quería rodar ya la de "El Hombre Tranquilo", pero los productores intuían que esa película sería un fracaso y querían compensar las pérdidas con esta película, por eso lo obligaron y finalmente aceptó. Luego, cuando se estrenó "El Hombre Tranquilo" en 1952, tuvo mucho más éxito que esta película.

Las condiciones de calor, no favorecieron la película, haciendo que actores y trabajadores en decorados, lo pasasen mal.

La película fue todo un récord en días de rodaje, planos y secuencias, y eso, pues se nota en el resultado final, habiendo escenas un poco "que está pasando aquí" o "algo raro estoy viendo". Hace que la película caiga sin interés.

Pues eso... una película muy floja, donde los indios vuelven a ser lo malos sin motivo aparente, ni se molestan en explicar nada. Sólo es una típica película de western de los 50 que el argumento sólo es acción.

Tercera parte de la trilogía de John Ford sobre el ejercito americano.
Descripción de la vida castrense con un John Wayne correcto y una Mauren O'Hara espléndida.
Nunca me atrajo mucho este film. Seguramente le tengo un poco de manía. De todas las grandes obras de John Ford es la única que la recuerdo con hastío. Sólo me atrae el momento que practican hípica al estilo romano y el personaje de J. Carrol Naish.
El problema principal es que no me gusta la excusa argumental, no es que sea mala, sino que la relación que se establece entre padre e hijo en el mismo fuerte es incómoda, y a mi me lo resulta también como espectador. Volviéndola a ver he comprobado el tremendo error de casting, el actor que interpreta a su hijo Claude Jarman Jr., es más desaborido que una piedra. No sólo su personaje, ya insípido, no le ayuda sino que el actor que lo interpreta es de lo peor que ha tenido el cine siempre sobresaliente de Ford.

Río Grande cuenta la historia de un coronel del séptimo de caballería que debe mantener a raya a los apaches en la frontera con México. Al mismo tiempo su hijo se alista en su regimiento después de fracasar en West Point, y su mujer acude al fuerte con la intención de llevarse al muchacho para alejarle del peligro de los ataques de los indios.

El honor, la familia, el sentido del deber, el valor y la disciplina son algunos de los temas de los que trata la película, que recuerda vagamente a otras de su autor como Centauros del desierto o La legión invencible.

De nuevo la buena química entre John Wayne y Maureen O'Hara convierten este western "menor" de John Ford en una obra destacable en su inigualable filmografía.